Por Juan Carlos Ondo Angue
La lucha de poder entre potencias autoritarias como Rusia y China y las democracias liberales euroatlánticas lideradas por la UE y EE.UU alcanzó un nuevo nivel de intensidad con la invasión de Ucrania. Sin embargo, es importante recordar que esta lucha se desarrolla en todo el planeta y a veces en lugares inesperados, escribe Juan Carlos Ondo Angue.
Juan Carlos Ondo Angue es ex presidente del Tribunal Supremo, líder en el exilio de la oposición y presidente del Movimiento «Republicanos, Guinea Ecuatorial «.
El diminuto país centroafricano, Guinea Ecuatorial, es conocido por dos cosas: sus enormes reservas de petróleo y su brutal dictador, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, el presidente más longevo de la historia, que arrebató el poder a su tío Macias Nguema en 1979. Hasta que Guinea Ecuatorial pasó a ser el centro de atención como otro frente importante en la actual batalla geoestratégica mundial por la influencia. Informes basados en la inteligencia estadounidense advirtieron de que China planea establecer en el país su primera presencia militar permanente en el océano Atlántico. Con una nueva base en la costa occidental del continente, Pekín plantearía importantes desafíos a la seguridad transatlántica. Esta sería la segunda base militar de ultramar de China en África después de que en 2017 se estableciera una base naval en Yibuti, con un muelle supuestamente capaz de albergar portaaviones y submarinos nucleares.
Rusia también tiene sus propios intereses militares en el país. Guinea Ecuatorial es uno de los países en los que opera la organización paramilitar Wagner Group, vinculada al gobierno ruso. Según los informes, casi 200 soldados de Wagner protegían a oficiales de la inteligencia militar rusa en una base de Pico Basilé.
Estos vínculos no deberían sorprender a nadie. El régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial tiene mucho más en común con los regímenes autocráticos de Rusia y China que con los países democráticos. Guinea Ecuatorial, antigua colonia española con 1,4 millones de habitantes, obtuvo la independencia en 1968 y desde entonces ha estado controlada por una sola familia. El actual Presidente Obiang, que asumió el cargo en 1979, acomete desde entonces una violacion sistematica de derechos humanos, que abarca desde torturas, secuestros de opositores hasta asesinatos, lo que le ha llevado a ser descrito como un asesino en masa y el « dictador más sangriento del mundo ». Incluso ha sido acusado de canibalismo. La mayor parte de su riqueza procede de las enormes reservas de gas y petróleo descubiertas en 1996. A pesar de tener la tercera población más pequeña de África continental, Guinea Ecuatorial ostenta el PIB per cápita más alto gracias a estos vastos activos energéticos. Sin embargo, casi toda la riqueza del país está reservada a las élites corruptas (la tasa de pobreza publicada recientemente por el Banco Mundial es de mas del 70% de la poblacion).
El mes pasado, se supo que la Audiencia Nacional de España está investigando a otro de los hijos del presidente, Carmelo Ovono Obiang (que actúa como jefe del servicio secreto del país en el extranjero), junto con otros altos cargos de seguridad (el ministro de seguridad Nicolas Obama Nchama y el director genral adjunto de seguridad presidencial, Isaac Ondo Nguema), por el secuestro y tortura de dos políticos de la oposición, de nacionalidad española (de los que uno, Julio Obama, fue recientemente asesinado a consecuencia de tortura), para lo que se utilizó el avión del presidente para trasladarlos desde Sudán del Sur a Guinea Ecuatorial.
En noviembre de 2022 se celebraron en Guinea Ecuatorial las últimas de una larga serie de elecciones fraudulentas, en las que el gobierno afirmó que el presidente había ganado con el 97% de los votos y una participación del 98% (cuyos resultados fueron oficialmente cuestionados por el Departamento de Estado americano y por la Union Europea).
La corrupción endémica y la violencia de Estado han conllevado la desesperanza de la sociedad ecuatoguineana. Y allí donde los socios internacionales han intentado fomentar el cambio o se han distanciado de Guinea Ecuatorial, China y Rusia han intervenido. Se calcula que en 2021 la deuda de Guinea Ecuatorial con China ascendía al 50% del PIB. El intento de China de introducir instalaciones militares con fácil acceso a la costa estadounidense ha asustado, como es lógico, a las autoridades estadounidenses, que han enviado a altos asesores de seguridad nacional para tratar de disuadir a los dirigentes de Guinea Ecuatorial.
El presidente Obiang también asistió a la Cumbre de Líderes África-Estados Unidos organizada por el presidente Biden en diciembre de 2022. Lo cual transmitio un mensaje negativo a los activistas por la democracia de Guinea Ecuatorial, especialmente porque China, que no es ajena a los abusos contra los derechos humanos, tiene la sartén por el mango. Las democracias liberales del mundo no deben permitir que Obiang siga jugando a dos bandas. A la dictadura más longeva del mundo se le ha permitido abusar de su país y de su pueblo durante más de cuatro décadas. Ahora supone un riesgo para la seguridad de Europa y Estados Unidos. El Presidente Obiang tiene mas de 80 años, y ni siquiera los dictadores pueden vivir eternamente. El cambio está llegando a Guinea Ecuatorial. Ya es hora de que la Unión Europea y Estados Unidos estén a la altura del desafío, sancionando activamente a los dirigentes del país y apoyando una transición democrática urgente.