Por Okenve Nsue
Cómo panafricanista uno es ante todo anti-imperialista, anti-neocolonialismo y ante todo vemos África con ojos positivos y entendemos a la perfección como la supremacía blanca se basa en presentar una caricatura de África, presentando a esta y a su gente como retrógrada, carente de sentido, sanguinaria, violenta, incivilizada y salvaje.
Al ser anti-imperialista, el/la guineoecuatoriano/a panafricanista tiene el deber a cuestionar y luchar contra las estructuras que apoyan tal ideología opresora de las masas Africanas (FMI, USA, CJI, EU, ONU, Monsanto…).
En nuestra lucha anti-neocolonialista el Guineoecuatorian@ nuestro deber es luchar en contra las estructuras externas e internas que mantienen este sistema que oprime, explota y roba a las masas de su dignidad y futuro, entre estas estructuras encontramos: Francia, la dictadura, España, USA, China -hasta cierto punto- entre otras.
Con respecto a nuestro deber hacia África obviamente tenemos la obligación de contrarrestar el ataque mediático de occidente que bombardea las mentes de sus naciones (incluyendo nuestr@s herman@s en la diáspora) con imágenes de el continente ‘negro’, el continente pobre, el continente víctima; en definitiva el continente subhumano. Nosotr@s tenemos la obligación de presentar al mundo con la realidad de África, su belleza, su gran desarrollo de infraestructuras e humano, su gran historia, su dignidad, su gran humanidad y el potencial real que tendría si fuera gobernada adecuadamente bajo un gobierno popular que trabajará para el interés de las masas.
En el caso de Guinea, uno se encuentra en el abismo de la contradicción. En estos últimos días nos hemos encontrado animando a Francia a seguir luchando por la justicia que el pueblo guineano se merece. Nos encontramos ante la contradicción de que ambos banquillos, acusado y acusador, son partícipes de la opresión del pueblo Guineano.
¿A caso cuando embargaron sus/nuestros bienes nos los guardaron en una cuenta de ahorros para cuando Guinea esté libre de dictadura?
También al mismo tiempo creemos que las Cortes de Justicia Internacional son una herramienta imperialista y discriminatoria ya que solo juzga, mayoritariamente, a Africanos y otros líderes terroristas como Blair, Bush o incluso Obama, son nunca investigados. No obstante en el caso de Francia contra Teodorin todos esperamos que sea un juicio justo y sobre todo beneficiario para las masas guineoecuatorianas a sabiendas que tanto Francia como Teodorin son dos cabezas de un mismo dragón peleando por su botín.
Finalmente, y para acabar, cuando los cachorros de la dictadura cuelgan imágenes del desarrollo urbanístico de nuestra Guinea (ya sabéis a qué me refiero: carreteras, autovías, autopistas, Sipopo, Campo de Golf, D’jibolo y todas las demás fantasmadas que el pueblo no puede disfrutar debido al subdesarrollo educativo, sanitario y económico al que somos sometidos) nos vemos obligados a presentar la realidad, el chabolismo, la Guinea violenta y rampante, la Guinea de New Buildings -Campo Yaounde-, la Guinea de la violència domèstica, la Guinea de las barreras corruptas, la Guinea del partido único y del poder, en definitiva la Guinea de la dictadura.. y al presentar esta realidad el/la guineaecuatoriano/a panafricanista se encuentra en el abismo de la contradicción ya que al querer combatir esta dictadura neo-colonial y déspota con estos métodos mencionados nos convertimos en aliados de nuestros mayores enemigos, aliados y compinches de las fuerzas externas que una vez más utilizan la vieja táctica de divide y vencerás.
Muy interesante tu articulo. Entiendo que menciones el hecho de que el pan-africanismo pueda representar una contrariedad en el caso de Guinea y la diaspora, pero recuerda que el pan-africanismo envuelve tambien la expression de la realidad collectiva. En nuestro caso, Guinea sufre debido a la falta de la panafricanidad que pide liberacion. Cuando mencionamos el desastre social con ejemplos (mala education, mala vivienda), es porque nuestra union debe resolver tales dilemas. El pan-africanismo en Guinea no tiene contradicciones.