Por José Eugenio Nsue , filólogo
Parafraseando un estribillo de una de las canciones del gran Santos de Dios; ¡qué gran artista y qué gran poeta para el pueblo de Guinea Ecuatorial! Todo lo que dice en sus canciones son verdades como un templo. Una lástima que nunca un profeta es querido en su pueblo como dijo el Señor; si no, Santos de Dios sería un verdadero profeta para nuestro pueblo.
Ya ha llegado la hora de que hablemos claro, los guineoecuatorianos, y nos posicionemos ante la que se avecina en nuestro país.
Por la millonésima vez la banda de los que mal gobierna Guinea Ecuatorial; el rey de Akoakam y su cohorte, han convocado otro aquelarre para el próximo 12 de noviembre. Ellos lo llaman ‘elecciones municipales, senatoriales y parlamentarias.
Hablar de elecciones en todo el mundo civilizado es hablar de una alternancia real de gobierno; en Guinea de Obiang y los suyos, eso no es posible porque entre que el mismo vetusto rey dice y repite una y otra vez entre los suyos que no piensa abandonar el poder porque lo cogió con fuerza y el que lo quiere, que haga lo mismo que él hizo, es decir, que hay que pasar por encima de su cadáver igual que él pasó encima del de su tío; entonces, ¿qué sentido tiene acudir a las inútiles convocatorias de elecciones cuando se sabe que los votos del pueblo de Guinea Ecuatorial no sirven para nada?
En unas elecciones de verdad, ha de haber una campaña en la que todos los partidos políticos deben de gozar la igualdad de oportunidades, de los mismos medios materiales por derecho y de acceso a los medios de comunicaciones para explicar al pueblo, al que piden su voto, lo que quieren hacer en caso de ser elegidos; en cambio, en el país de Obiang y su familia, además del PDGE, nadie más puede convocar a la gente, hablar de su partido en un mitín sin que uno de los esbirros colocados estratégicamente en todos los rincones del país con un grupo de descerebrados y vulgos aparezcan en el lugar para reventar el evento (desde que empezó esa broma de campaña se habla de varias agresiones, innumerables heridos, detenciones arbitrarias y hasta desapariciones en el seno de los partidos de la oposición); el rey de Akoakam ha decidido no subvencionar a sus «colaboradores necesarios» de ese viaje a ninguna parte simplemente porque no le sale de las narices (escuchándole al secretario general de CPDS ayer en la Radio Nacional de España contando todas las trampas y demás juego sucio que el régimen está haciendo esta vez y todas las veces anteriores; clama al cielo la terquedad del guineano y cómo como locos siguen bailándole el agua a eso impresentables esperando obtener resultados diferentes; ningún medio de comunicación nacional dedica un solo minuto a hablar de esos partidos colaboradores necesarios del pucherazo que se están organizando.
En unas elecciones de verdad, ha de haber una junta electoral seria e independiente compuesta por personas ecuánimes, cualificadas y demócratas que sean capaces de jugar limpio, de velar por el buen funcionamiento de las elecciones y de impartir justicia en caso de litigio; en cambio, en Guinea Ecuatorial la junta electoral es nombrada por decreto del que se atribuye «árbitro y moderador» que, a su vez, compite con su partido megalómano en las mismas elecciones (es como el árbitro de un partido de fútbol es al mismo tiempo capitán de uno de los equipos que juegan; ver para creer); y los miembros de esa junta electoral están encabezados por el ministro de policías, de los alcaldes, de los delegados y gobernadores distritales y provinciales que son y actúan como la Gestapo hitleriana (la policía secreta creada para aplastar, literalmente, toda la oposición a Hitler), y por todos los sabuesos que custodian la hacienda del rey de Akoakam para que no vengan otras gentes a disfrutar de la miel y demás manjares que ahí se produce.
En unas elecciones de verdad, ha de haber una transparencia informativa; un equipo de unidad móvil de televisión y radio estatales en todas las caravanas de las formaciones políticas que participan en la contienda electoral para así informar a toda la población de lo que dice, promete, critica cada formación para que los ciudadanos que son los destinatarios de esos mensajes y son los que, en condiciones normales, van a ir a emitir su voto en conciencia tras escuchar y reflexionar lo que ha prometido cada partido político; este extremo es garantizado por ley y exigido por la junta electoral nacional para así dar oportunidad a todos los actores políticos que son hijos e hijas esta nación; en cambio, en Guinea Ecuatorial no hay nada que pertenezca al Estado; la radio, la televisión, la compañía aérea nacional, CEIBA, las carreteras construidas con el dinero del Estado guineano, las clínicas construidas con el erario público; los militares y policías que debían de velar por la integridad territorial, por la seguridad de todos los habitantes del país nativos y extranjeros así como velar por el cumplimiento de las leyes vigentes, etc.; todo absolutamente está al servicio de la familia real de Akoakam de tal forma que, nada ni nadie que no está relacionado con esa familia sagrada, es considerado un paria o una escoria; no tiene derecho a nada. Y eso lo saben hasta los que dicen ser «la oposición legal» del país.
En las sociedades donde existen verdaderos partidos políticos que optan por el sistema de «primarias» en el seno de sus partidos; estas consisten en que los miembros postulantes del partido acuden a sus bases electorales y hacen campaña a favor de cada cual; hasta se organizan debates donde asisten la militancia y simpatizantes para escucharles y ver cuáles son las diferencias y las similitudes de cada postulante que se presenta en las primarias (No hay que olvidar que todos son del mismo partido por lo tanto, defienden los mismos intereses; sólo que por un matiz o por la forma de ser de cada uno, los votantes se inclinan a favor de uno o a favor de otro sin que eso sea considerado o visto como una afrenta); en cambio, en las primarias del PDGE lo que se ve son verdaderas batallas campales en las que, menos hablar de programas de cada uno, del talante o de la preparación de cada uno y, sobre todo, del porqué quiere ser diputado, senador o alcalde de esa jurisdicción para que los votantes de esos lugares se inclinen por uno o por otro. Lo que hacen es golpearse físicamente hasta que uno tumba al otro; otros se envenenan; otros sobornan y otros amenazan e intimidan. Los gerifaltes de esa banda mafiosa utilizan las ‘primarias’ como una especie de «purga» donde mandan a todos a luchar contra todos para ver quién es el más asilvestrado, más bruto. Y para el colmo, ni siquiera el haber ganado las primarias en tu localidad te garantiza ser candidato de lo que aspirabas; además, se están haciendo negocio por esa tontería de primarias donde para postularse a ser candidato a diputado o senador, hay que pagar un millón de francos cefas, para concejal, quinientos mil francos; o sea, un verdadero chollo. Obiang exige que todos los partidos presenten sus listas de candidatos para ver si cumplen con «su legalidad» pero, en cambio su partido nunca presenta su lista de candidatos. Todos los del PDGE, que son todos los ‘¡¿poderosos?!’ de todos los distritos están diseminados por todo el territorio matándose entre ellos sin saber quiénes son los elegidos. Esto significa que el único candidato conocido en el Parlamento, en el Senado y en todas las alcaldías es el PF; y una vez, arrasado en las urnas al no poder ejercer de 100 diputados y 99 senadores y tropecientas alcaldías, magnánimemente irá dando escaños a los que él quiera. Así de simple.
Los postulantes a candidatos para el Senado, Parlamento y Alcaldías del PDGE es más sangrante. Desde hace casi 40 años, los mismos que habían sido miembros del Consejo Militar Supremo en 1979 son los mismos que después han ido formando parte de los múltiples gobiernos que ha ido formando el rey de Akoakam hasta la fecha y han sido los mismos que vienen siendo nombrados, no elegidos porque nadie los elige, diputados, senadores y alcaldes, etc.
Durante todo ese tiempo no han hecho nada absolutamente ni por el país en general, ni mucho menos por las personas que dicen representar y dicen que les habían votado; ni tampoco han hecho nada en sus respectivos poblados o distritos. Hasta algunos miembros del gobierno o parlamentarios, senadores y alcaldes de las legislaturas anteriores son pájaros de mal agüero (WAAFIANG) en sus pueblos; cuando aparecen por ahí es señal de que algo horrible va a suceder; una desgracia. Son los únicos que «viven» y «¿disfrutan?»; son los únicos que circulan libremente y no pagan peajes para nada y son los únicos que tienen licencia para encarcelar, para pegar, para humillar y para ofender; también son los únicos para violar a mujeres como les apetece y hasta son los únicos que tienen licencia para matar sin que les pase nada; mientras que el resto del país que son más del 90% de la población de las ve y se las desea. 40 años de miseria, humillaciones, penurias, hambre, enfermedades…; es el resto de los guineanos los que entierran a sus seres queridos, víctimas de los atropellos de esos hombres del régimen que ahora vienen a pedirles que les vuelvan a votar; son los que viven en míseras chabolas desde siempre; son los que ven que sus hijos no pueden ir a estudiar ni fuera, por falta de medios; ni dentro por falta de centros educativos decentes; son los que pierden a sus hijos menores arrastrados por las inmundicias que corroen e inundan todas las ciudades y pueblos de Guinea sin que esos «ilustres» del PDGE que van estos días pidiendo votos, hayan hecho nada por encontrar a los desaparecidos pero continúan presentándose para que les voten; ¿qué creéis, queridos compatriotas, que esos del PDGE os van a hacer ahora que no pudieron haber hecho en los cuarenta años que llevan copando todas las instituciones?
Por todos estos antecedentes, yo, el que hace estas reflexiones, vuestro hermano- padre-hijo-tío; os ruego que no vayáis a votar.
Los Sabandeños, una Agrupación de Música Popular Canaria de Tenerife, cantan que: «si no trabajo me mata y si trabajo me mata; siempre me matará».
Queridos guineoecuatorianos: si votáis a Obiang Nguema y su pandilla os van a matar, de hambre, de enfermedades, de tortura, de encarcelamientos, apropiándose de vuestros escasas pertenencias, de falta de educación, de escolaridad y de falta de medicamentos y hospitales; y si no, os van a seguir matando a porrazos si no a balazos en las comisarías o en plena calle; y si no les votais, igualmente os matarán. Siempre os matarán porque está en su ADN; llevan en su sangre el instinto asesino. Entonces, ¿por qué votarles otra vez?¿No sería bueno y más humano que os muráis con la conciencia tranquila de no haber contribuido a este exterminio que esa gente está cometiendo en el país?
Un pariente y amigo me ha mandado esos días una viñeta que reza así: «Un pueblo que elige a corruptos no es víctima, es cómplice «. Queridos guineanos: ¿vais a seguir siendo cómplices de vuestras propias muertes? Esos humanoides no necesitan nada de vosotros; para ellos no existís, sólo sois unos números; os ha encerrado en unos campos de concentración y, como los judíos, No tenéis nombres; no tenéis sentimientos; No tenéis derecho a la vida digna ni a una sanidad digna ni a una educación, viviendas dignas; si no, habrían hecho algo por vosotros en 40 años. Guinea Ecuatorial es una granja para esa familia real de Akoakam y su órgano represor, el PDGE, donde sólo acuden a vosotros cuando tienen sed de sangre o hambre de carne humana, o cuando tienen necesidades de satisfacer sus apetencias libidinosas; para otra cosa, No existís. Por eso no se inmutan cuando lloráis por la pérdida de un ser querido; no se inmutan cuando exigís vuestros derechos; no se inmutan cuando os falta trabajo; no se inmutan cuando os enfermáis; tampoco se inmutan a la hora de quitaros un terreno o la hora de abusar de vuestras hijas menores o cuando se apropian de vuestros plátanos o cuando os dejan tirados en cualquier aeropuerto porque van a llevar sus aviones a pasear; o cuando os confiscan un contenedor que con mucho sudor habéis llevado al país para intentar alimentar a vuestras familias. ¿Cómo hay que decíroslo?
Por una vez, intentad defender vuestra dignidad. Por el amor de Dios, No vayáis a votar. No merece la pena.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?