Por Juan Rafael MBELA, Profesor de Historia.
No hace falta tener muchos estudios, ni hace falta llevar lentes para ver el caos que se ha instalado en la cabeza del inmortal Obiang Nguema Mbasogo y, de rebote, en la cabeza de sus fans.
La FEGUIFUT, como las demás instituciones de la “Guinea *Peneclitorial”(donde predominan los placeres concupiscentes), siempre ha funcionado con sendas dificultades, debido a que siempre ha tenido al frente a una persona del régimen, aunque no fuera del agrado del mismísimo Obiang y/o de sus numerosos hijos. Por eso podemos afirmar, con toda certeza, que los pedegistas son los que han gestionado siempre esta institución, y, donde predominan siempre dejan “un señal”: (desorden y corrupción).
Lo de Bonifacio Manga Obiang no fue una excepción, por eso se hizo vitalicio. Ahora se entiende por qué su estancia se prolongaba, se debía a que Obiang, el “panafricanista”, no encontraba un sitio mejor para él. Ahora que ya le ha regalado la alcaldía de Bata, se siente seguro y tememos que vaya a durar lo mismo que en la FEGUIFUT. No es el tema de este artículo, cabe recordar que ya es un “okupa” porque el período del interino ya venció y Obiang ya lo mantiene en el puesto al margen de toda legalidad. Así piensa el “primer maestro” y así quiere que también pensemos, bueno, lo ha conseguido en sus fans.
Después del brevísimo paso de Ekua Osá al frente de FEGUIFUT, llegaba Lindo (el de las aduanas) El público amante del fútbol se las prometía felices. Se trataba de un primo de Obiang y “gran dominador” de los entresijos de este ente pedegista. La sonrisa de algunos fue de oreja a oreja cuando meses después Obiang coronó la obra nombrándolo ministro de Deportes, lo que le convirtió en juez y parte del fútbol ecuatoguineano.
Su primera “gran realización” fue cesar al seleccionador que su predecesor había contratado, el español Goicoitxea, con el pretexto de que “no tenía talla” para dirigir al Nzalang Nacional. Pero, para la sorpresa del mundo, promociona a Esteban Bécquer, entrenador del equipo nacional de mujeres, para que se ocupara del equipo que días después jugaría la Copa de África.
No queremos defender a Ekua Osá, no podemos, es otro bicho raro. Pero no encontramos motivos convincentes de este cambio en la gestión de la institución sino más bien en cuestiones de dividendos, un campo en el que el señor Ekua Osa es un puro lince. Si Ekua Osá se entendió con el uno, Mbmio Nsem Abua se ha entendido con el otro. De otra manera no se puede explicar que un equipo que ocupó el cuarto lugar de África hace dos años no pueda ni clasificarse para la CAN siguiente. Pero tampoco la FEGUIFUT se plantea el despido de un entrenador cuyo palmarés no aparece ni en Internet.
Por curiosidad, busqué por internet el palmarés del señor Bécquer y no hallé nada que fuera de antes de su aterrizaje aquí. En otros enlaces con el mismo nombre hablaban de la agricultura o de transporte urbano en algún país latino. No consta que nuestro seleccionador haya estado metido antes en cuestiones de fútbol. ¿ De dónde lo sacaron?
Ahora se está jugando la CAN en Gabón, donde se ve cómo los países que no hacen alarde de su economía, los países que “el gran panafricanista” quiere ayudar, se presentan con entrenadores de renombre. En esto se ve el deseo de querer hacer bien las cosas. Gabón, en estos momentos está eliminado, por el hecho de contratar a todo un Camacho le honra, le hace grande. ¿Con Andrés Jorge Mbomio, el hombre de muchos despachos, tendremos algún día un entrenador de fútbol del calibre de *Alain Giresse o José Antonio Camacho?*
Según un adagio fang, no se debe hablar del lugar de la caída, sino de la causa de la caída. La causa de nuestra caída es el presidente que nos ha tocado. Él puso al estadio de Mongomo el nombre de su padre, sin que hubiera jugado nunca al fútbol. Es el estadio que mejor se cuida en Guinea Ecuatorial, es todo un museo. No se practica en él. En cambio, la cancha de fútbol que tiene el nombre uno de los mejores futbolistas que ha tenido este país, hablamos de Macuandja Ngongolo, está en ruinas.
Mbomio Nsem Abua, como sangre de la sangre de su primo Obiang, tiene muy metida esta filosofía: crear estadios nuevos, mientras los anteriores están en desuso. Recientemente se le ha visto en Evinayong, hablando de la construcción de otro estadio y, con absoluta seguridad, querrá que se llame como se llamaba su padre.
¡Es lo que hay! No obstante, queremos recordar a Lindo (el de las aduanas) que el sufrido pueblo de Guinea Ecuatorial se acordará de ti cómo el presidente de la FEGUIFUT que conspiraba con sus jefes, sin aportar nada nuevo. Eres el Presidente de la FEGUIFUT que ha acabado con liga de fútbol. Eres el presidente de la FEGUIFUT que ha contado con buenas instalaciones, pero sin sacarles ningún provecho. Así lo haces y así lo contarán los que tengan este privilegio. De tal palo, tal astilla. Esta conducta la compartes con tu primo.