El primer proceso por el affaire de los “bienes mal adquiridos” conocerá el viernes su epilogo con el juicio en París del vicepresidente de Guinea Ecuaorial, Teodorin Obiang, acusado de haberse creado en Francia fraudulentamente un importante.
El hijo del presidente Teodoro Obiang Nguema, antiguo ministro de Agricultura y Bosques, nombrado vicepresidente por su padre, fue juzgado del 19 de junio al 6 de julio por blanqueo de bienes sociales, desvío de fondos públicos, abuso de confianza y corrupción.
Teodorin Obiang, de 48 años no compareció ante el tribunal correccional de París.
La fiscalía francesa financiera ha hecho una petición de tres años de cárcel, 30 millones de euros de multa y la confiscación del conjunto de los bienes embargados durante la investigación, entre ellos un inmueble en la avenida Foch, uno de los barrios más lujosos de París, valorado (solo él) en 107 millones de euros.
Corre el riesgo de de ser encarcelado durante diez años y hacer frente a una multa que podría alcanzar los 50 millones de euros.
La investigación abierta tras las denuncias de las asociaciones Sherpa y Transparencia International, puso en evidencia el importante patrimonio de Teodorin Obiang: objetos de arte, vehículos de lujo y deportivos y ese inmueble de la avenida Foch.
Cuando reside en Paris, este eterno soltero lleva un look muy estudiado (gafas negras, cabellos engominados, barba de varios dias…), gasta maletas enteras de dinero en las tiendas de sastres de la muy chic avenida Montaigne.
Un tren de vida (el que lleva en Francia) muy alejado de la vida diaria de los ciudadanos de su país del golfo de Guinea, en el que más de la mitad de sus habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza.
Al final de la investigación, los jueces determinaron que su patrimonio no podía haberse financiado solo con sus ingresos oficiales sino gracias “a desvíos de fondos públicos”, a la corrupción.
Muchos de estos gastos suntuosos se habían llevado a cabo por medio de Somagui Forestal, una empresa de explotación maderera. Un “cascaron vacío que, solo sirve para hacer pasar a través suyo dinero público” y para recaudar un “impuesto revolucionario”, según el fiscal.
«Ingerencia»
Malabo no ha dejado nunca de protestar contra la celebración de este proceso, que Teodorin Obiang calificó a finales de junio, fuera de las sesiones de la vista pública, de “montaje contra el gobierno legal de Guinea Ecuatorial”.
En el último día de la audiencia, su defensa denunció el juicio como una “injerencia en los asuntos de un Estado soberano”. Consideró también que, para juzgarlo por blanqueo de dinero, la justicia francesa debería decir si el dinero que ha servido para financiar todas estas compras tiene un origen ilícito o no, lo que equivaldría a “reconocer a Francia una competencia universal” a la hora de juzgar este tipo de delitos.
Malabo ha planteado batalla, además, sobre el inmueble de la avenida Foch queriendo presentarlo como locales con función diplomática y, por tanto, inviolables.
Si la confiscación fue decidida por la corte francesa, la realización del mismo deberá esperar al resultado de un procedimiento en curso ante el Tribunal Internacional de Justicia. A demanda de Malabo, que rechaza los procesos iniciados por la justicia francesa contra Teodorin Obiang, el TIJ emitió, el pasado diciembre una ordenanza según la cual Francia debe garantizar hasta la finalización de ese procedimiento de la corte de Haya (Países Bajos), la inviolabilidad del citado inmueble.
Teodorin Obiang es el primer dignatario juzgado en el marco de los procesos llamados de los “bienes mal adquiridos” iniciados en 2010 por la justicia francesa que intenta averiguar si las fortunas de varios dirigentes africanos han podido crearse en Francia gracias a fondos públicos desviados en sus respectivos países.
Hay otros dos procesos en curso. En la investigación sobre el patrimonio del clan del antiguo dirigente gabonés Omar Bongo, fallecido, los jueces han terminado sus investigaciones este verano. En otra parte congoleña de estos procesos, la investigación sobre el patrimonio de la familia del presidente Denis Sassou Nguesso está en curso.
Fuente : La Croix
Ojalá que sean 8, disminuyo dos años
Ojalá sean 30 años de cárcel, confiscación total e inmediata de todos los bienes, y una orden de búsqueda y captura a Interpol a fin de meter en las chironas a este gran LOCO que daña seriamente el honor y reputación de Guinea Ecuatorial y los tantos ciudadanos decentes que tiene este país.
Este sinvergüenza sin ser hijo de un presidente ladrón, tiene buena pinta de vagabundo.