La embajada rusa en España pidió explicaciones al juzgado por la detención de los presuntos testaferros de la familia Obiang en España
Por Pedro Jiménez/Santiago Moreno
El sumario de la investigación que se sigue en un juzgado de Las Palmas contra los presuntos testaferros de la familia de Teodoro Obiang en España revela las presiones a las que se han visto sometidos los investigadores. Al Gobierno de Rusia no le ha gustado nada que una juez española encarcele a Vladimir Kokorev, a su mujer, Julia, y al hijo de ambos, Igor. Todos de origen ruso. El pasado verano, la embajada rusa en España remitió un escrito al juzgado, firmado por jefe de la sección consular, en el que solicitaban información de la causa y en concreto «las razones de su detención y su estancia en centro penitenciario sin encargar reo«. La respuesta de la juez el pasado seis de julio fue que «no ha lugar a informar sobre las presentes diligencias al estar declaradas secretas».
Y a Vladimir, hijo del matrimonio Kokorev que sigue huido de las Justicia, tampoco le ha gustado nada que un antiguo abogado de la familia, Ismael Gerli, se haya convertido en el principal testigo de cargo contra ellos. Aunque está estrecha colaboración puede tener los días contados. Los últimos informes de la policía que obran en la causa alertan de que Gerli está «descontento con la Justicia española porque se ha visto perjudicado por haber colaborado con la policía y se está viendo obligado a negociar ahora con los investigados».