
El oscuro negocio de la digitalización de la televisión en Guinea Ecuatorial
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En Guinea Ecuatorial donde la corrupción no es una desviación del sistema, sino su propio fundamento, surgen constantemente nuevos casos que reflejan cómo se maneja el dinero público. Documentos recientes obtenidos por nuestros reporteros exponen las turbias maniobras detrás del proyecto de digitalización de la Televisión de Guinea Ecuatorial en 2017, una operación que sigue el patrón habitual de adjudicaciones a dedo, contratos opacos y redes de favoritismo.
El 14 de septiembre de 2017, la Presidencia de la República aprobó el proyecto de digitalización de la emisión televisiva, confiando la ejecución a la empresa WAYANG TEKNICAL. Según el documento oficial, la empresa asumiría hasta el 50% de los fondos necesarios para iniciar las obras, un movimiento que en muchos casos no es un gesto de generosidad empresarial, sino una táctica común en contratos amañados: la empresa adelanta dinero para asegurarse un contrato que luego se inflará con sobrecostes y pagos irregulares.

Apenas diez días después, el 25 de septiembre de 2017, la Comisión Nacional para la Transición de la Televisión Analógica a la Televisión Digital Terrestre (CNTDT) emitió otro documento en el que se ratificaba la orden presidencial y se facultaba al presidente de la Comisión para establecer una «comisión tripartita» con el Ministerio de Hacienda y los Abogados del Estado para la firma del contrato con WAYANG TEKNICAL.

Todo el proceso muestra signos claros de una adjudicación directa, sin ninguna competencia real ni licitación transparente. Además, no hay detalles sobre el costo total del proyecto, los plazos de ejecución ni las penalizaciones por incumplimiento. Este nivel de opacidad no es casualidad, sino una estrategia para permitir el desfalco de fondos públicos sin rendición de cuentas.
En un sistema donde la economía nacional funciona como una caja chica al servicio de la cúpula gobernante, resulta ingenuo hablar de «lucha contra la corrupción» si no se sienta en el banquillo de los acusados a las piezas clave del saqueo: el pagador nacional y la familia de la Primera Dama, quienes manejan las arcas del Estado con total impunidad. Mientras sigan blindados por el poder, las promesas de transparencia no son más que discursos vacíos para justificar nuevos desfalcos.
Es inútil hablar de lucha contra la corrupción en Guinea Ecuatorial si no van a poner en el banquillo de los acusados al pagador nacional y la familia de su mujer que le tiene secuestrado mentalmente.
El caso de la digitalización de la televisión es solo una muestra más de cómo Guinea Ecuatorial sigue atrapada en una red de corrupción institucionalizada. Y como siempre, la factura la paga el pueblo.