Por Fco ELÁ ABEME
Ilustre paisano: Lo tuyo me ha sorprendido. No porque no merecieras ese triunfo y otros muchos más, sino porque, además de tu genial inteligencia y buen hacer, has logrado brillar, con luz propia, en el mundo de la chabacanería.
Lograr que el mismo público que entroniza a personajillos que pusieron en la almoneda todos los detalles de su vida irrelevante, sepa apreciar los destellos de una inteligencia brillante, mediando todas las demás contingencias, es poner una pica en Flandes.
Aún tengo los pelos como escarpias… La larga pausa del presentador, a la hora de pronunciar tu nombre, lejos de exasperarme, me confirmó que ibas a ser tú. Lo que pasaba era que tú triunfo había que notificarlo con calma. Con esa misma sencillez y solemnidad de tu rapsodia.
Ser poeta y saber declamar, amigo Brandon, no es nada fácil ni frecuente. Grandes poetas, a lo largo y ancho de la Historia de la poesía, desde Homero, no supieron cantar sus poemas.
Ilustre paisano, al mismo tiempo que te envío un fuerte abrazo y mi ferviente felicitación, quiero decirte sólo esto: Brandon, GRACIAS. Nunca sabrás el servicio que has prestado al país en el que viste la luz por primera vez.
Un abrazo.