Por Celestino Okenve Ndo
Mientras Teodorín anda buscando un turbohelice ATR72 que al parecer se vendió a la empresa canaria Binter, su padre ha viajado a Washington usando dos aviones enormes, DOS AVIONES ENORMES. Uno de ellos tiene pintura de lujo oriental, el B777 matrícula P4-SKN, interior de superlujo, valorado en más de 100 millones de dólares y el otro es un B767 matrícula ET-AWQ con los colores de Ceiba Intercontinental, su precio actualizado supera los 30 millones de dólares.
La pareja dictatorial viaja con dos enormes aviones, mientras Guinea, la población, solo tiene un B738 que hace la ruta Bata-Malabo más los vuelos regionales.
El B777 que hacía la ruta Malabo-Madrid anda desaparecido también y parece que se le vio por ultima vez en un aeropuerto chino, a donde debió ir a revisiones. Aparte de esto hay otros dos B737 de Ceiba y por supuesto 3 ATR que no se sabe dónde están, porque son los que deberían hacer las rutas regionales y no el B738.
O sea, si Teodorin quiere ocuparse de algo con enjundia, su familia, su padre, debe dejar de usar dos aviones simultaneamente enormes para sus vuelos.
Ultimamente, cada vez que vuela Obiang en el B777, vuela también el B767, adelantandole éste unas horas antes. Será que ese B767 lleva las reservas de divisas del país, o tiene un hospital de emergencia en su interior o será que lleva a la familia entera del dictador por si acaso no vuelve.
Que Teodorín busque todos los aviones que faltan, no solo el ATR72. Que Teodorín esté dispuesto a que en Guinea la ley penal se cumpla y dejen que los jueces hagan, por primera vez, justicia de forma independiente, para que sus hermanos, que son los que mayormente han producido un desfalco monumental a Ceiba, acaben en la cárcel y devuelvan lo robado.
Por supuesto, los jueces deberían juzgarle al mismo Teodorín por la corrupción del caso bienes mal adquiridos. Su hermano Ruslan y uno de sus hermanos de los gemelos saben lo que pasó y pasa en Ceiba, empresa pública donde su madre Koo hacía y deshacía a su antojo nombrando a sus directivos. Y hablando de Koo, su madre, ella también merece juicio por apropiarse de dinero público a través de Canige y por meter mano en empresas públicas como Ceiba, Sonagas, etc. etc.