«Dando perlas a los cerdos»(Mateo 7:6)

 

 

Por Nguema Emaga Eyui

ESCÁNDALO EN LA REAL BASÍLICA-SANTUARIO DE LA VERA CRUZ DE MURCIA

Mientras no se vacíe de poder mundano, la Iglesia romana seguirá de rodillas y seguiremos viendo escenas como las que se vio en Murcia donde unos «puercos», invitados por la Universidad Católica de Murcia y con la bendición episcopal, saboreaban lo sagrado. Allí estaba Anacleto Olo Mibuy oficiando de diácono, la Dama Dictadora, la Embajadora Huevera, el «Misionero» Alejandro Evuna, etc. La Basílica convertida en un corral de puercos, una porquería.

EL «CUERPO DE CRISTO» EN LA BOCA DE CRIMINALES

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Desde que el emperador romano Constantino se sirvió de la Iglesia romana y conformó el cristianismo, la Iglesia romana universal sirve a cualquier emperador y dictador de este mundo. Ni el más piadoso hijo de esta madre, «casta y meretriz»*, puede negar las evidencias históricas. No sólo es que ya no da a Dios lo que es de Dios, sino que pone a Dios en la boca del César, en la boca del «cerdo». Los guineanos ya sabemos que el poder corrompe y, si es absoluto, corrompe absolutamente. Quienes leen sabrosamente la biblia saben que el diablo subió a Jesús a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. ¿A cambio de qué? A cambio de adorarle arrodillado. Jesús rechazó la atractiva oferta diabólica. Dijo rotundamente NO.

CUANDO SE ACATA NO SE ATACA

Todo se echó a perder (la sal, la levadura) en la Iglesia cristiana cuando sus dirigentes SÍ aceptaron la oferta y convirtieron la Iglesia en un imperio universal, en Estados pontificios…. Hasta hoy día. Ni el más piadoso hijo de esta madre,»casta y meretriz», puede negar las evidencias históricas. Y cuando se acata no se ataca. No se está atacando a nivel institucional, sino todo lo contrario. En todas partes vemos el matrimonio indisoluble Iglesia-Poder. Lo que el PODER ha unido ni Dios puede separarlo. Iglesia arrodillada poniendo a Dios en la boca del César, es decir, en la boca de criminales. Esta Iglesia de la Clerecía está perdida, vive arrodillada. No aprende del Nazareno que supo decir NO. Esta Iglesia ya no sabe decir NO. Ni el más piadoso hijo de esta madre, «casta y meretriz», puede negar las evidencias históricas.

UNA IGLESIA DE MÁS CLIENTES QUE CREYENTES

La Iglesia de la Clerecía no es exactamente el “Pueblo de Dios”. En este pueblo sí encontramos los “pecadores de a pie”, la gente sencilla que procura vivir el mensaje de la buena nueva. A lo largo de la historia ha habido buenas personas dentro de la clerecía que han predicado cambios. Predicado en el desierto. El poder es impermeable al mensaje jesuánico. Desde el «monte muy alto» no se ha ayudado al cambio. No se ha potenciado la calidad sino la cantidad. Consta históricamente que esa Iglesia de la Clerecía, para ser “católica” o “universal”, siempre ha buscado hacer más clientes que creyentes. Lo mismo que las otras confesiones religiosas competidoras que van por el mundo vendiendo sus particularismos haciéndolos pasar por “divinos”.

EL PODER ES EL PECADO MORTAL DE LA IGLESIA ROMANA

Hoy por hoy el poder es el pecado mortal en que vive la Iglesia romana universalizada. En tanto no se vacíe del poder y del gusto por el honor y la gloria y los besamanos y las púrpuras y los títulos pomposos incompatibles con la sencillez exigida por la biblia… no hay nada que hacer. Seguirá de rodillas y seguiremos viendo escenas como las que se vio en Murcia donde unos «puercos», invitados por la Universidad Católica de Murcia y con la bendición episcopal, saboreaban lo sagrado. Allí estaba Anacleto Olo Mibuy oficiando de diácono, la Dama Dictadora, la Embajadora Huevera, el «Misionero» Alejandro Evuna, etc. La Basílica convertida en un corral de puercos, una porquería. ¿Dónde queda la exigencia bíblica: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos”? (Mateo 7:6)

* Así es como se define la propia Iglesia romana

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