
En La Haya, las audiencias continúan ante la Corte Internacional de Justicia. En el centro de estos procedimientos está el estatus de la mansión privada del 42 de la avenida Foch en París. Malabo asegura que el edificio albergaba a su embajada desde 2011. Francia afirma que entonces era propiedad privada de Teodorin Obiang, quien la semana pasada fue condenado a tres años de prisión con suspensión de la pena, a una multa de 30 millones y a la confiscación del 42 de la avenida Foch.
El destino de la mansión sólo se conocerá una vez que se haya decidido el recurso de casación presentado por el hijo de Obiang; y después de la decisión de los jueces de la Corte Internacional de Justicia, que se espera en los próximos meses. Después de los alegatos de Guinea Ecuatorial el lunes 17 de febrero, le tocó a Francia el martes desarrollar sus argumentos.
Para los abogados de Francia, no hay duda: el 42 de la avenida Foch no tenía ninguna función diplomática. No era otra cosa que el suntuoso «picadero» [o si se quiere decir más finamente: «nido de amor«] parisino del hijo del Jefe de Estado ecuatoguineano. Durante tres horas, los representantes franceses refutaron los argumentos de Malabo, rechazando cualquier acusación de violación del derecho diplomático.
El 42 de la avenida Foch fue registrado, incautado y debería ser confiscado en un procedimiento judicial privado, asegura Francia. Los abogados quieren probarlo por medio del registro del edificio de 4.000 metros cuadrados. La justicia francesa había elaborado un inventario que ponía en evidencia los gustos lujosos de su propietario, sin ningún rastro de actividad diplomática.
«Un abuso de derecho», según los abogados franceses…
«Los únicos bienes muebles incautados durante el registro de febrero de 2012 eran de uso estrictamente personal del entonces ocupante. Basta con señalar que los efectos personales incautados eran todos de la mismo talla – 54, número de calzado 43 – y algunos de ellos llevaban el nombre Teodorin Ngoma Obiang o las iniciales TNO«, explicó la abogada Maryline Grange ante el tribunal.
Basándose en estos datos, los abogados han denunciado «un abuso de derecho» por parte de Malabo, que según París quería disfrazar un domicilio privado de embajada en un intento de impedir su incautación.
El viernes, los representantes de Malabo y París presentarán sus conclusiones finales. Los jueces comenzarán entonces sus deliberaciones.
Rfi