Una editorial austriaca editó el año pasado el primer libro de Trifonia Melibea, Herencia de bindendee. Poco meses después la editorial española Flores raras publicó su segundo libro, La bastarda, que narra el calvario que sufren gays y lesbianas en Guinea Ecuatorial. Allí, su libro está casi prohibido
En Guinea Ecuatorial es imposible editar un libro simplemente porque no hay editoriales, explica Trifonia Melibea (Afaetom, 1982), que vive con un pie en su país y otro en España, donde cursa un doctorado en Estudios Interdisciplinares de Género y Políticas de Igualdad en la Universidad de Salamanca.
Y, aunque hubiera una floreciente industria del libro, difícilmente nadie publicaría La bastarda, la novela donde denuncia la represión que sufren gays y lesbianas en Guinea Ecuatorial, que presentará mañana, a las 19.00 horas, en la Feria del Libro de la capital grancanaria. Además, hoy, a las 18.00 horas, estará en la proyección de Born this way, en el Museo de la Ciencia y la Tecnología.
«El libro se puede encontrar en alguna institución pública de Guinea Ecuatorial, pero se prohibió hablar de él en televisión y en prensa escrita. Entienden que su contenido es perjudicial para la gente joven. A pesar de ello, algunos lo leen, incluso los que lo prohíben«, comenta la periodista y politóloga que escribió este libro hace ya siete años.
Su obra narra la historia de una joven de la etnia fang, la mayoritaria en el país. En esta cultura, la mujer es propiedad del hombre. De hecho, afirma, este grupo niega la condición humana de las mujeres. «La soltera no se considera como persona«, indica Melibea. Tutorizada por su hermano y sin derecho a la propiedad, su independencia es inviable.
Además, la protagonista de su obra es hija de madre soltera y lesbiana, en un país donde la homosexualidad es perseguida por las familias, que repudian a sus hijos echándolos a la calle. «No hay una ley que castigue la homosexualidad, pero tampoco la homofobia. Hay represión en la familia y en la calle, y nadie la castiga«, explica la autora que, pasados los años se percató de que había escrito un «pedazo de texto sobre gente que lo está pasando muy mal«.
Los parientes castigan a gays y lesbianas negándoles el techo, la comida o la vestimenta, e incluso les obligan a ocultar su condición teniendo hijos. «Te dicen: ya que eres una desgracia, danos un nieto normal», apunta la escritora que rechaza la idea de abandonar su país. «Si nos vamos todos, quién va a cambiar el país. Me pueden dar una paliza en cualquier esquina, pero hay que luchar para que esto cambie».
Fuente : Canarias7