Los procedimientos de Obiang y Sánchez son idénticos, tienen otro concepto de democracia


Por José Eugenio Nsue

Cuando el saber popular dice que de tal palo, tal astilla, se suele referir a la misma forma de ser, obrar, comportarse, actuar o parecerse y tener los mismos gustos entre los hijos y sus progenitores; eso es lo que les pasa con España, la madre patria, y la República de Guinea Ecuatorial, colonia española durante casi dos siglos (1778 – 1968). Cuando algunos guineoecuatorianos afirmamos que nuestro país de origen, Guinea Ecuatorial, es un calco de España, muchos paisanos lo toman como un halago ya que sigue habiendo en el país muchos nostálgicos que afirman con hechos probados que con la presencia de España en Guinea, la gente vivía muchísimo mejor que con la independencia, hasta siguen añorando y deseando que vuelvan los colonos para que puedan vivir como personas, disponer de hospitales y escuelas envidiables en la región, alimentos garantizados, una verdadera devoción y prácticas religiosas cristianas, y sobre todo respeto a la dignidad humana, a los valores cristianos; el matrimonio y la familia como las instituciones fundamentales que sustentan la sociedad.

Mas, nuestra comparación no va en ese sentido; está más que claro que la sociedad española ha evolucionado desde el punto de vista material, sanitario, científico, tecnológico, cívico, académico, industrial y democrático más que Guinea Ecuatorial, que está a años luz del nivel de España. De lo que hablamos, es la forma de ser y de actuar de sus dirigentes.

Si bien es cierto que tras la muerte en la cama del Generalísimo y Caudillo de España por la gracia de Dios, Francisco Franco Bahamonde, el 20 de noviembre de 1975 y sus posteriores honores fúnebres (se le enteró con todos los honores); en 1978, España votó en referéndum una nueva Constitución cuya efeméride se celebra cada 6 de diciembre, con ella se aceptó la democracia que incluye todo tipo de libertades, desde la más sagrada como la libertad de expresión pasando por la de pensamiento, credo, hasta la de la orientación sexual y la elección de género (ambas nuevas) como forma de gobierno, y donde los políticos de entonces aceptaron aplicar y respetar la separación de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), base fundamental de toda democracia. A medida que ha ido avanzando y ‘madurando’ esa forma de gobierno, estamos viendo cómo distintos políticos de las distintas formaciones con posibilidades de gobernar: izquierda (PSOE) y derecha (PP), sin contar las formaciones independentistas aunque gobiernan en sus territorios o Comunidades, y de nueva creación: PNV, ERC, JUNTS, BILDU, BNG, PODEMOS, SUMAR, VOX…, han ido maquinando artimañas y triquiñuelas para reventar, erosionar y maniatar la democracia para perpetuarse en el poder y actuar como César e imponer sus ideologías a la sociedad.

El último y el más osado y descarado está siendo el doctor Pedro Sánchez Pérez – Castejón, Presidente del Gobierno de España, que compite en esa forma de ver la democracia y gobernar con el que podía ser su bisabuelo, Teodoro OBIANG NGUEMA MBASOGO, el eterno dictador y criminal de Guinea Ecuatorial, quien ha visto a todos los Presidentes españoles de la democracia, desde Adolfo Suárez hasta Pedro Sánchez pasando por Calvo Sotelo, Felipe González, José Maria Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

¿En qué se parecen Obiang y Sánchez?:

Obiang se cree que está por encima de las leyes, igual que Sánchez; y este controla todas las instituciones y empresas estatales colocando a sus afines: la Fiscalía General, el Tribunal Constitucional, el Banco de España, la RTVE, la RENFE, el CORREOS…, igual que Obiang; utiliza la Moncloa, residencia oficial del Jefe de Gobierno y los funcionarios como una agencia al servicio de la familia donde su mujer actúa como un miembro más del Gobierno, igual que Obiang; el Parlamento le es útil cuando convalida sus iniciativas y pasa de él cuando no cuenta con la mayoría (vamos a gobernar y sacar las leyes con o sin el Parlamento), igual que Obiang; todas las instituciones y todos los miembros del Gobierno, estómagos agradecidos; ¿quién iba a conocer a Félix Bolaños, Óscar Puente, Yolanda Díaz, María Pilar Alegría, Ernesto Urtasum, Diana Morant, Óscar López, Sira Abad o Elma Saiz, por ejemplo si no fuera porque los ha nombrado ministros el doctor Sánchez?, están a su servicio, igual que Obiang. En su partido, lo que era el PSOE, es el que manda y todos deben o tienen que obedecer, el que discrepe o disiente, es fulminado ipso facto (que se lo pregunten a Juan Lobato, Susana Díaz o Joaquín Leguina, por ejemplo), el que critica, es apartado, igual que Obiang; los jueces que osan juzgar a su entorno o dictan sentencias contrarias a sus intereses, son calificados fachas, ultraconservadores, si no franquistas, igual que Obiang; este no vacila ni disimula, directamente los nombra, les dicta las sentencias y los fulmina sin contemplaciones. Sánchez amenaza a los medios de comunicación y a los periodistas no afines, críticos e independientes, les quita las subvenciones y la publicidad institucional y hace leyes ad hoc para salir con la suya y querer acallarlos so pretexto de luchar contra los bulos y la desinformación para ello, cuenta con los apoyos de los partidos o grupos que les importa un carajo España en su conjunto, igual que Obiang quien ni siquiera tolera, ni admite que haya medios de comunicación independientes, ni una sola voz crítica de los medios de (des)información oficialistas.

Si me hubieran dicho hace más de 30 años que llevo en España y he vivido y convivido con los gobiernos de los dos signos ideológicos: socialistas (Felipe González y Rodríguez Zapatero), populares (José María Aznar y Mariano Rajoy), y ahora con los actuales socialistos de Pedro Sánchez, que iba a ver, leer y escuchar las mismísimas prácticas corruptelas y los mismos tics autoritarios en un Presidente occidental, español, propios de los presidentes tercermundistas, igual que en el régimen cleptocrático, dictatorial y criminal de los Obiang, que afortunadamente dejé, me alejé; les habría dicho que habían fumado banga, pero es la pura verdad; aquí en España los ministros y dirigentes de los partidos políticos también se corrompen, cobran mordidas, se practica el nepotismo y puertas giratorias con los amiguetes y gentes de confianza, ministros que dejan sus carteras para ocupar inmediatamente otras altas responsabilidades como Fiscal de Sala, Director del Banco de España o la Presidencia del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI, si no la Vicepresidencia de la Comisión Europea; se dirige el partido manu militari sin admitir discrepancias internas so pena de ser decapitado, políticamente; para el colmo, se tolera que la residencia oficial del Jefe de Gobierno se convierta en oficina de negocios para la consorte y poner a su disposición a los funcionarios del Estado haciendo que todos los miembros del Gobierno la traten como Primera Dama o Presidenta (Patxi López) y ponerla por encima de la Reina; exactamente lo mismo que hace Obiang. Pedro Sánchez, que sanchea (decir una cosa y hacer exactamente la contraria) y miente más que Pinocho («yo no miento, cambio de opinión», según la ocasión) y difunde él y sus ministros los bulos sin vergüenza, ni pudor, dice estar dispuesto a combatirlos, es lo mismo que cuando Obiang y su hijo tonto, Tontorín, dicen estar luchando contra la corrupción siendo los primeros y principales corruptos del país.

A diferencia de los Obiang, el doctor Sánchez hace lo que hace y está donde está porque el pueblo español ha votado a los que le sostienen (la coalición Franskeinten: Alfredo Pérez Rubalcaba) y le ríen las gracias, otros están encantados de la vida con su presencia en la Moncloa. Y como el pueblo es sabio y nunca falla, ahí le tenemos.

¡Viva el pueblo!

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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