Por José Eugenio Nsue, filólogo
Me fascina la lectura y creo que si no es el mejor ocio del que se ha de dedicar el mayor tiempo posible; al menos puede ser uno de los mejores porque en la lectura, entre otras ventajas, uno se cultiva, se culturaliza y se aprende mucho, muchísimo.
Una de mis lecturas favoritas son el refranero popular de los países y las frases dichas por los más célebres y grandes de todos los ámbitos: cultural, político, universitario, social, empresarial, económico, deportivo, religioso, etc.
Esta semana, pensando en el debate sobre la conveniencia o no de la aplicación en el ordenamiento jurídico español de la «Prisión Permanente Revisable«el pasado jueves, me he acordado de dos frases de dos célebres actores de cine: Groucho Marx , «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados»; y Woody Allen, «La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema».
La Prisión Permanente Revisable es la máxima pena privativa de libertad del Código penal de España; fue aprobada por el Congreso de los diputados el 26 de marzo de 2015, como parte de la Ley de Seguridad Ciudadana, con el único apoyo del Partido popular y en el contexto del Pacto antihiyadista; entró en vigor el 31 de ese mismo mes. Se trata de una especie de cadena perpetua para aquellos delitos de crimen de lesa humanidad, asesinos en serie y/o con saña y alevosía, violadores, torturadores; crímenes organizados, terrorismo…, de cuyos actores una vez juzgados y condenados en firme, no pueden salir de la prisión hasta que se compruebe fehacientemente que esos se hayan corregido de su conducta delictiva.
Si bien es sabido que la pena de prisión en España más que un castigo, viene a ser una medida correccional con la finalidad de reinserción en la que el recluta ingresa en un centro penitenciario para purgar sus delitos pero, sobre todo para corregirse y cambiar de comportamiento; de ahí el apelativo de ‘Centro Penitenciario o Correccional». Como se sabe por todo el mundo; sobre todo el mundo cristiano, penitencia es el sacramento por el cual uno se arrepiente de los pecados que se ja cometido, los confiesa a un confesor para obtener la indulgencia y hace el propósito de cambiar, de no volver obrar mal en adelante; también es cierto que estamos viendo y viviendo día tras día a individuos que cometen atrocidades brutales, salvajes e inexplicables que crean alarma social como no hace mucho hemos visto como se ha sesgado la vida de un angelito, el pequeño Gabriel, en Almería; tenemos todavía en nuestras mentes la cara del criminal que acabó con la vida de la joven Ana Quer; ni que decir de los fanáticos yihadistas que están sembrando el terror por doquier decapitando a todo lo que se mueve a su paso si no van pegando tiros indiscriminadamente en las discotecas y en los lugares de diversión de la gente o atropellando a viandantes allá donde pueden…
A pesar de esas evidencias incuestionables, los partidos políticos: PNV ( Partido Nacionalista Vasco), PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y Podemos, entre otros, están empecinados en derrogar dicha ley en nombre de un humanismo para los delincuentes. El caso de PNV no deja de ser llamativo ya que es de la región española desde donde nació una de las bandas más criminales y asesinas del mundo que ha hecho tanto daño desde el mismo País Vasco incluidos muchos miembros del PNV hasta en todo el territorio español con el escandaloso resultado de casi 1000 muertos, decenas y decenas de viudas y centenas y centenas de huérfanos; en cambio ese partido defiende con más vehemencia a los verdugos antes que a sus víctimas.
La bonhomía de los partidos políticos de izquierda española y su condescendencia con grupos radicales, rebeldes, anarquistas históricamente tampoco deja de sorprender a propios y extraños. Él creer que todo el mundo es bueno; que los que causan daños materiales y físicos hasta llegar a matar o que emplean la violencia para imponer sus ideas; lejos de ser considerados lo que son: verdugos, maleantes y malhechores; son considerados como víctimas del sistema y hay que luchar para que no sufran demasiado ni que deban pagar por sus crímenes es, cuando menos sorprendente.
Me habían contado que en los países democráticos, los diputados y senadores que son el órgano legislativo por antonomasia, representaban a sus electores; es decir que son la voz del pueblo; cuando legislan, lo hacen por y para el pueblo. Y yo me pregunto: cuando los diputados de PNV, PSOE, Podemos y otros toman iniciativas como esa de pedir la abolición de la Ley de Prisión Permanente Revisable, ¿lo hacen por mandato de sus votantes y del interés general o lo hacen por puros intereses ideológicos? ¿Esos partidos escuchan el clamor de todo un pueblo; un 80% de la población defienden la aplicación de esa ley?Con iniciativas como las que están promoviendo dichos partidos, ¿qué explicación le pueden dar a los padres de Gabriel, a los de Ana Quer, a los de Marta del Castillo; a los padres de Jeremi Vargas; a todas las mujeres violadas, a todas las víctimas del terrorismo, a los familiares de los asesinados, torturados, secuestrados o expulsados de sus lugares de nacimiento que están clamando justicia o perseguidos por motivos religiosos o étnicos?
No me extraña que haya tanta desafección entre los ciudadanos y la clase política; desde que un mortal es elegido como político y empieza a viajar en coches oficiales, a tener sueldos envidiables y goza de una inmunidad; se convierte y se cree en un inmortal y empieza a hablar en un lenguaje marciano, ininteligible para los mortales y ve las cosas al revés.
Me parece que es hora de que los políticos vuelvan al planeta tierra, vuelvan a escuchar al pueblo porque es sabido que «Vox pipuli, Vox Dei» (la voz del pueblo es la voz de Dios). Políticos, no hagáis como si vinieseis de otra galaxia.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?