En Guinea Ecuatorial, la población más pobre sigue esperando las viviendas sociales prometidas


Por Samuel OBIANG

Relucientes vehículos de gama alta e imponentes todoterrenos están aparcados en el barrio de Buena Esperanza de Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, donde miles de viviendas sociales prometidas por el jefe de Estado a los más pobres son ocupadas por las clases medias o ricas desde hace 13 años.

El presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, que gobierna con mano de hierro este pequeño país centroafricano rico en petróleo desde hace 43 años, será con toda seguridad el ganador de las elecciones presidenciales del 20 de noviembre, frente a una oposición reprimida y silenciada.

En algunos barrios de Malabo, hileras de edificios nuevos idénticos se extienden hasta donde alcanza la vista. En Buena Esperanza hay 2.300 casas de aspecto acogedor, calcadas, que han proliferado desde comienzos de la década de 2010.

Durante las elecciones presidenciales de 2009, Obiang prometió «viviendas sociales para todos».

Estos inmuebles han surgido como setas en un momento en el que el aumento de los precios del petróleo ha enriquecido considerablemente a este país, que tiene uno de los regímenes más cerrados y autoritarios del mundo, pero en el que la riqueza se concentra en manos de unas pocas familias, relegando a la gran mayoría a la pobreza.

El Sr. Obiang, que a sus 80 años ostenta el récord mundial de longevidad en el poder para un jefe de Estado vivo, al margen de la monarquía, afirmó que iba a arrasar todos los barrios de chabolas del país.

Y ante todo la de Nubili, una auténtica verruga en el corazón de una capital bastante atractiva, donde miles de personas se hacinan en pequeñas chabolas de hojalata o madera en un laberinto de callejuelas estrechas e insalubres.

  • país rico, población pobre –

A partir de entonces, se han construido unas 20.000 viviendas sociales en este país de casi 1,5 millones de habitantes, según la empresa nacional de gestión inmobiliaria (ENPIGE). Pero los más pobres siguen sin tener acceso a ellas.

Sentado a los pies de su chabola de madera en Nubili, Julio Ondo, de 70 años, desespera de vivir alguna vez en una «vivienda digna». «Se han burlado de los pobres», dice.

Aunque Buena Esperanza debía ayudar a realojar a algunos de los habitantes de Nubili, las exigencias de recursos son exorbitantes: 10 millones de francos CFA (15.000 euros) para una pequeña casa, a pagar en cuotas mensuales de 50.000 francos CFA (75 euros).

El Banco Mundial estima que la gran mayoría de la población vive por debajo del umbral internacional de pobreza, con unos ingresos de 2,15 dólares (2 euros) al día por persona.

No obstante, Guinea Ecuatorial está clasificada por el Banco Mundial como el tercer país más rico del África subsahariana en términos de PIB anual per cápita en 2021 (8.462 dólares). Pero ocupa el puesto 172 de 180 países en el barómetro de corrupción de Transparencia Internacional.

En 2006, cuando la bonanza petrolera estaba en pleno apogeo, la institución de Bretton Woods estimó que casi uno de cada ocho habitantes (76,8%) vivía «por debajo del umbral de la pobreza extrema». Desde entonces, estas estadísticas ya no están disponibles debido a la falta de datos sobre el país.

«El gobierno nos había dado vales de vivienda para ir a vivir a Buena Esperanza, pero tuvimos que pagar» una cuota de entrada de «1,5 millones de francos CFA (2.270 euros)», se lamentó Antonio Omecha, de 72 años. Es una suma astronómica para este agricultor de plátanos que dice ganar 20.000 francos CFA al mes (30 euros).

  • bienes malversados –

«¿Crees que alguien que pasa siete días sin ganar ni siquiera 2.000 francos CFA (3 euros) puede ser dueño de estas casas?», añade un vecino, Tobias Ondo, de 65 años. «Quizá después de mi muerte me vaya a vivir a una vivienda social prometida a los pobres por el presidente», murmura con su barba canosa.

Estas promesas habían levantado una ola de esperanza en Nubili, para escapar de las deplorables condiciones higiénicas, las epidemias y los frecuentes incendios en la barriada.

El 6 de noviembre, en el tercer día de su campaña, el presidente Obiang reconoció fríamente que las viviendas sociales para «personas con pocos ingresos» estaban «siendo ocupadas» por «personas capaces de construir sus propias casas». No dijo cómo remediarlo.

En Buena Esperanza y en otros lugares, estas propiedades han sido desviadas de su objetivo social, dijo a la AFP el sociólogo Nsogo Eyi. «Algunos hombres ricos y poderosos los han comprado para alquilarlos, sobre todo a expatriados» que pagan un alto precio, dijo.

En estos barrios, los propietarios se niegan a hablar.

Para que fueran accesibles a los habitantes de Nubili, «estas casas no deberían haber costado más de 500.000 francos CFA (756 euros) con pagos mensuales de 1.000 o 2.000 francos al mes», calcula Martínez Obiang, de Atom Finances, una empresa de microfinanciación.

sam-lad-gir-tg/blb (https://afrique.tv5monde.com/information/en-guinee-equatoriale-les-plus-pauvres-attendent-toujours-les-logements-sociaux-promis)

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