Por José Eugenio Nsue
Cuando mis dilectos quieren contrariarme al custionar la naturaleza de los guineanos, que a día de hoy dudamos si son humanos o más bien quedaron a la mitad de la evolución entre homínidos y esos; si son bonobos, chimpancés, marcianos, alienígenas, extraterrestres o humanoides; les remito a los comportamientos y las actitudes que día sí día también se ven en el país y allá donde hay una colonia de guineanos, como lo vivido este pasado domingo en la jornada de las farsas y fraudulentas elecciones celebradas para elegir por un lado a los alcaldes, los diputados y los senadores, por otro lado para sellar y legitimar la perpetuidad del dictador y criminal, el santo de los delicuentes Obiang; antes, durante dos largas semanas se vivió una serie de espectáculos y escenas a cuales ridículos, kafkianos y surrealistas posibles solo en la República de Guinea Ecuatorial.
Con esos simulacros de elecciones, ha vuelto a quedar en evidencia y demostrado que los guineanos somos harina de otro costal; difícilmente somos homologables, comparables con ninguna otra especie humana. Durante dos semanas, se ha visto a familiares directos de los últimos secuestrados y torturados por Obiang, el pastor y exministro, Rubén MAYE, y el predicador y líder de CI, Gabriel NZÉ OBIANG, con trapos oficiales del sindicato del crimen organizado, PDGE, jaleando y espoleando a los demás para que voten y apoyen a los verdugos de sus parientes; cómo los prohombres y estómagos agradecidos del régimen llevan sus ostentosos y potentes todoterrenos a los pueblos más recónditos del país, donde nunca había llegado coche ninguno, tampoco se habían acordado de ellos jamás ni sabían su existencia; pringados de barro y ataviados con los trapos uniformes del gran movimiento de masas, se les veía haciendo de ingenieros improvisados de puentes y caminos bajo unas intensas lluvias o un sol abrasador no para llevarles medicamentos, ni para ir a mejorar la paupérrima vida de los miserables aldeanos, sino para intimidarles y mofarse de ellos; se ha visto a cientos de miles de aldeanos enclenques, famélicos y enfermizos obligados a caminar kilómetros y kilómetros para ir a escuchar y hacer acto de presencia en los entretenimientos y mofas del PDGE a la exhausta población, algunos ancianos hasta llegan a bendecir públicamente con rituales tradicionales a los mismos que les han relegado a llevar una vida misérrima y vivir en auténticas pocilgas y madrigueras como animales; y muchos ciudadanos parados, desesperados y frustrados por falta de expectativas y futuro cómo llenaban estadios de fútbol y plazas habilitadas para entretenerles con sandeces y bravuconadas durante horas y horas.
Fuera de Guinea ha sido la traca; en España, por ejemplo, concretamente en Las Palmas de Gran Canaria, País Vasco, Zaragoza o Madrid mismo, guineanos de nacimiento que llevan en España más de 50 años sin volver, si tuvieron alguna documentación identitaria como guineanos, la habían perdido, y como no se extienden pasaportes en las oficinas diplomáticas, por lo tanto solo tienen pasaportes y dni españoles, en cambio se les dieron carnets de electores y fueron a votar por la continuidad de Obiang y su familia; prostitutas y aquellos que viven de la beneficencia, gracias a las ayudas de los servicios sociales y Cáritas, viajan kilómetros y kilómetros para ir a Madrid a votar a Obiang; ya no digamos a las etnias minoritarias (combes, bubis, annoboneses, bisios y fernandinos), víctimas de la barberie del régimen dominado por los fang en el país, acá furibundos y acérrimos defensores de este régimen en el exterior, organizando macrofiestas, movilizando a sus paisanos y reclutando a la gente hasta el mismo día de votación para ir a votar al PDGE…
Que los guineanos de dentro que sufren en propia carne todas las vicisitudes y calamidades que vemos a diario, y también esos otros que si bien no han padecido ni sufrido físicamente las barbaridades y las atrocidades que Obiang y sus criminales colaboradores cometen contra la población, pero han llorado y lamentado la suerte que han corrido y corren sus allegados que viven en el país; vayan a votar por la continuidad de esta barbarie, por la ruina total del país, las torturas, los asesinatos, las persecuciones, la miseria y pobreza extremas en el país tras más de 43 años, demuestra que los guineanos padecen de muchas patologías, como el síndrome de Estocolmo, la abulia, la desidia y la cobardía, entre otras; ¿qué nos enseña esa actitud y qué consecuencias o conclusiones sacar a partir de aquí?
A la espera de que cada uno saque su propia conclusión; podemos no obstante afirmar que no hay nada que hacer con los guineanos, no podemos esperar nada absolutamente ni contar con ellos; con su obrar, comportamientos y actitudes como los demostrados durante los 54 años de la independencia con las dos dictaduras de los parientes Nguema, se ha quedado más que demostrado que no son de este planeta, no son terrícolas; y con ellos tenemos a los Obiang hasta el final de los tiempos.
Entonces, si no se puede contar con ese pueblo, si tampoco ha funcionado nada de lo que la oposición ha intentado hacer hasta el momento para acabar con el régimen e instaurar la democracia en el país, ¿qué hacemos: rendirse y admitir que Obiang es invencible y perenne, Guinea Ecuatorial está predestinado al exterminio y su población a la esclavitud; o seguir con los mismos planteamientos y las mismas palabrerías de la llamada oposición, que han sido un fiasco hasta ahora?
Si yo fuera un político y tuviera una varita mágica, la habría utilizado para solucionar nuestra situación hace tiempo; de todas formas, a la espera de que los políticos que dicen luchar contra la dictadura de Obiang vuelvan a rediseñar nuevas estrategias, sugerimos que se abstengan todos esos cantamañanas, embarrulladores y listillos que pasan por políticos opositores hablar de política porque lo único que están consiguiendo es el menosprecio, la desconsideración, el descrédito y la ineficacia del conjunto de la oposición. No cualquiera es político y hace política; sin la unidad, confianza mutua, convicciones, principios y medios materiales y económicos, no se puede hacer política. Está claro que lo que se ha hecho hasta ahora no ha valido y el panorama no pinta bien; para empezar había que hacer una purga en el seno de la oposición verdadera o una selección de unos cuantos guineanos serios, competentes y dispuestos a sacrificarse por el país y formar una plataforma conjunta. No es de recibo que un país minúsculo como Guinea tenga tantos partidos como los clanes, más que Estados Unidos que tiene dos (demócratas y republicanos), más que cualquier país europeo, asiático, americano y hasta muchos países africanos.
Si la oposición real y verdadera guineana no se resetea, se refunda y cambia de planteamiento, funcionamiento y estructuras; la democracia no llegará a Guinea Ecuatorial; a no ser, a no ser, a no ser que un illuminati llegue a dar un golpe de estado y encarcela a todos los miembros de la maligna familia de Obiang así como a todos sus colaboradores aunque no habría tantas cárceles en el país; se necesitaría cárceles flotantes en forma de barcos.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?