En África hay dictadura, miseria, inseguirdad y violencia, pero como en Guinea Ecuatorial, no hay comparación


Por José Eugenio Nsue

Desde que leí el artículo de Josimar OYONO ESENG titulado «Sobrevivir o morir en un país donde el salario no alcanza ni para lo básico», publicado en su página web: radiomacuto.org el 26 de este mes, no he parado de pensar en mis familiares, parientes, compañeros, amigos y conocidos que me quedan ahí, y de cientos de miles de paisanos que son víctimas de lo que se describe en ese más que un artículo, el encefalograma, el diagnóstico de la realidad incuestionable que se vive.

A pesar de que, a ojo de buen cubero y teniendo en cuenta de los testimonios y experiencias que cuentan tanto los que viven habitualmente en el país, como los que van de visita lo que califico como un infierno, Estado fallido o esperpento de país; cuando lo describen con tanto realismo, tanta exactitud y con datos irrefutables, uno vuelve a darse cuenta que toda realidad supera la ficción, aquello no es vida, es supervivencia; la vida en Guinea es una constante lucha para la supervivencia.

Omar BONGO ONDIMBA, difunto Presidente de Gabón; fue un dictador, corrupto y criminal; hizo mucho daño a su pueblo, robó a más no poder, promocionó y benefició a los suyos; a pesar de eso, hizo que sus conciudadanos vivieran dignamente con las migajas que caían de su mesa. Como Trump con su eslogan «american first», el suyo fue: «le gabonais d’abord» (primero el gabonés), y lo llevó a cabo. Durante su mandato, ningún gabonés tuvo la necesidad de inmigrar ni por cuestiones de salud, Gabón contaba con hospitales de prestigio internacional: Polyclinic Sainte Véronique, Chambrier Polyclinic, CHU Foundation Jeanne Ebori, CHU Angondje Cancérologie, Hôpital Sino Gabonais, Hôpital Center University D’Ow…, Hôpital Instruction Des Armées, Hôpital Égypto – Gabonais…, solo en la capital, Libreville; ni por razones económicas, todo lo contrario, era imposible ver a un gabonés fuera de su país si no era para hacer turismo; Libreville, Port Gentil… fueron receptores de cientos de miles de africanos y libaneses, especialmente los guineanos que, peyorativamente llamaban «les équatos», en busca de oportunidades. En Gabón, hasta los maestros de primaria, todos los funcionarios gaboneses (profesores, administrativos, facultativos, ingenieros, etc, etc), tenían en sus hogares empleados domésticos, cocineros, conductores, jardineros, cuidadores de niños… porque cobraban lo suficiente para vivir como vivían; los estudiantes, no sólo universitarios, tenían ‘bourses’ (becas). Daba gusto y envidia ver como los estudiantes se lo pasaban en grande el día de las vacaciones de Navidad, Semana Santa o Verano cuando acababan de cobrar e iban con sus familias; la familia BONGO comía y dejaba comer a los suyos. ¿Qué familia guineana no ha tenido a uno de sus miembros en Gabón trabajando y mandando remesas prácticamente hasta anteayer? ¡Cuántas casas construidas, cuántos matrimonios realizados, niños escolarizados y familiares curados gracias a esas remesas traídas o enviadas desde Gabón!

Paul BIYA, Presidente de Camerún, es igual de dictador y criminal, pero en su país, los que trabajan viven de sus salarios; los funcionarios viven dignamente; la sociedad civil funciona, hay grandes empresarios y comerciantes independientes, no familiares ni parientes de la oligarquía, ni afines al sistema; los agricultores y ganaderos se han convertido en el granero y la carnicería del África Central, abastecen a la subregión. Las clínicas camerunesas, así como los productos de sus mercados, son el alivio y la salvación de la Guinea Ecuatorial; nuestro país depende totalmente de Camerún, se ha convertido en la undécima Región o Provincia de Camerún tras: Centro (Yaounde), Adamua (Ngaunderé), Norte (Garua), Extremo Norte (Marua), Litoral (Duala), Oeste (Bafussam), Noroeste (Bamenda), Sudoeste (Buea), Sur (Ebolowa) y Este (Bertua), por el exceso de dependencia. A pesar de la excesiva inmigración de sus habitantes, tiene una población de más de 28 millones, la mayoría de los cameruneses viven, trabajan y les da para vivir; en Camerún, hay pluralidad informativa (varios periódicos, emisoras de radio…) y libertad de expresión.

El difunto Mobutu SESE SEKO, ex Presidente de la antigua RDC, Zaire, fue un dictador atroz, había sometido a su pueblo, mató a muchísima gente y encarceló a sus adversarios políticos (los llevaba como rehenes en sus viajes oficiales para que no conspiraran contra él durante su ausencia); en sus últimos años en el poder, fue incapaz de mantener unido el territorio, pero aun así, había vida; los que trabajaban vivían y lo que cobraban, sus salarios, les daba para vivir con dignidad; además, a los funcionarios del Estado, profesores universitarios, médicos, ingenieros, etc, etc, los incentivaba con coches de alta gama y viviendas dignas para ir pagando poco a poco; fue un populista por eso le seguía mucha gente y los había ganado. Los que estudiamos ahí en aquellos años, podemos dar fe de cuanto se afirma aquí.

Y así podemos seguir describiendo y contando cómo funcionan muchos países africanos y cuál es la realidad que se viven. Sin ir muy lejos, en la vecina República Gabonesa, el Presidente interino, el golpista Brice OLIGUI NGUEMA, otro populista y ¿demagogo?, sin embargo, en menos de 2 años, ha devuelto la ilusión al pueblo gabonés, dignidad a los funcionarios, alegría a la ciudadanía, alegría esperanza a los estudiantes; hasta a las personas de movilidad reducida, se les ha repartido gratuitamente vehículos adaptados, a los taxistas, coches nuevos para que trabajen en condiciones porque prestan un servicio fundamental. O sea, en 2 años, OLIGUI ha hecho por su pueblo lo que los Obiang no han hecho en más de 46 años en el poder.

Lo que pasa en Guinea, como viven los guineanos, clama al cielo. Desde un principio, Obiang y sus colaboradores en tiempo de Macías, ya empezaron a hacer la vida imposible a las personas, eliminar a todos los que les hacían la sombra, envidiaban o temían sin dejar rastros; ahora con su familia de sangre y política (su mujer principalmente), han aprendido, están convencidos en que la única forma de amarrar, aferrarse y permanecerse en el poder, además de seguir eliminando a los adversarios y los incómodos disidentes, y los críticos; había que matar de hambre a la población, someter a los funcionarios y controlar todas las actividades productivas y económicas del país de tal forma que nadie, fuera de su entorno y círculo familiar y de amigos, puede tener independencia económica, tampoco vivir libremente; de ahí la broma de salarios que cobran los funcionarios y los trabajadores de la República de Guinea Ecuatorial. Con petróleo y sin él, los sueldos de los trabajadores en el país no les permiten vivir con dignidad; no hay criterio, voluntad, ni interés por parte del régimen para que los trabajadores puedan cobrar y vivir con dignidad. Tratando así a los guineanos, el régimen de Obiang consigue doble objetivo: crear en el funcionariado una dependencia y el convencimiento de que lo que cobra no es por el fruto de su trabajo, sino una prebenda, dádiva por la benevolencia de los Obiang; por otra parte, no se debe ni se puede vivir solo con el salario percibido por lo tanto, hay que pluriemplearse, sacrificarse haciendo lo que sea para poder llegar a fin de mes, si se quiere vivir con principios; o simplemente hay que vivir haciendo trampas, chupar del bote y chantajear a la población, es decir, hay que vivir corrompiendo.

Quizás, lo que hace falta en este país, son los medios de comunicación, voces que representan a la sociedad, o una iglesia católica que sirva de altavoz para los desamparados, los pobres y excluidos sociales, que clamen al cielo, denuncien, pongan rostros y voces de los que padecen estas injusticias, hablen en nombre del pueblo y, además de darle las esperanzas de que Dios está con ellos, espabilarlo para que salga del letargo en el que está metido o se ha metido para empezar a exigir sus derechos. No es de recibo que los guineoecuatorianos vivan apurados, con estrecheces y humillados todas sus vidas habiendo nacido en un entorno agraciado por Dios o por la madre naturaleza simplemente porque así lo han dispuesto los Obiang y su coro de mariachis. No hay derecho ni es humano.

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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