Es una pregunta simple que podría hacer un niño, pero sorprende que, después de 45 años en el poder, el máximo responsable del país, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, la plantee como si desconociera la respuesta. Desde la creación de Ceiba Intercontinental, hasta la fecha, prácticamente todo sigue igual: el mismo jefe de Estado, los mismos administradores y, lamentablemente, los mismos problemas.
Los nombres detrás del fracaso empresarial de Ceiba no han cambiado: Marcelino Owono Edu, Tito Gariga, Bienvenido Ateba, Francisco Pascual Obama, Lucas Nguema Esono Mbang, entre otros, siguen presentes, algunos incluso premiados con nuevos cargos. Y es que la historia de Ceiba no es más que un reflejo de la crónica corrupción que impera en las instituciones del país. Cuando Ofa Mbo llegó para rescatar a una compañía que agonizaba, aún había tres aviones en funcionamiento. Sin embargo, tras una «inyección» de 9.000 millones de francos CFA —una cifra destinada a tapar los créditos concedidos a la familia presidencial cuando Ofa Mbo dirigía el Banco Africano de Desarrollo de África Central—, todo el dinero se desvaneció en menos de cinco meses. Nadie ha pedido explicaciones, y en lugar de investigar a los verdaderos responsables, se lanzó un circo mediático llamado «El Caso Ceiba». Los verdaderos culpables siguen libres, excepto uno o dos chivos expiatorios que apenas sirven para tapar el fracaso monumental.
Bienvenido Ateba Mangué, una de las mentes detrás de la ruina de Ceiba, ha sido recompensado con el puesto de Director General Adjunto de la Flota Presidencial, a cargo de la misma Ceiba. Ahora, los mismos actores que contribuyeron a la decadencia de la aerolínea controlan desde las sombras todos los aspectos financieros y operativos: ingresos, mantenimiento de los aviones y la compra de piezas. Mientras tanto, los pilotos no tienen licencias, las formaciones no se pagan y la administración es inexistente. Todo el mundo espera una nueva subvención presidencial de 10.000 millones que, como es costumbre, será repartida entre la élite: Tito Gariga, Bienvenido Ateba, el Ministro de Aviación Civil y otros, solo para repetir el ciclo corrupto una y otra vez.
Entonces, ¿dónde están los aviones? Quizás Obiang debería preguntárselo a él mismo, a Ofa Mbo, a su yerno Tito Gariga, a Bienvenido Ateba, al Ministro de Aviación y a Marcelino Owono Edu. Todos ellos, al igual que los «nobles» del régimen, han saqueado Ceiba durante mucho tiempo sin ser llamados a rendir cuentas. Tito Gariga, eterno miembro del consejo de administración, despacha directamente con el presidente, mientras que Bienvenido Ateba ha ocupado durante más de una década el cargo de Director Financiero manejando los fondos, como si fueran propios.
La pregunta de Teodoro Obiang no es más que un intento superficial de distraer a la opinión pública. No quiere señalar a quienes realmente han destruido Ceiba: Tito Gariga, Bienvenido Ateba, Marcelino Owono, Norberto Bartolomé y otros, incluidas figuras tan intocables como su Primera Dama y al hijo mayor de esta. Mientras tanto, Ruslan Obiang, con su paso por la cárcel y la humillación pública, parece haber pagado, al menos en parte, sus excesos. Pero, asombrosamente, los demás responsables siguen disfrutando de sus posiciones de poder sin que nadie los interpele.
Lo más escandaloso es que, mientras los responsables siguen enriqueciéndose, Ceiba permanece en un estado crítico. Pagos millonarios se realizan en efectivo, como el caso reciente de un desembolso de un millón de euros. Todo ello en un contexto en el que la impunidad y la corrupción son la norma. Y así, Ceiba, al igual que otros sectores del país, sigue siendo el juguete de unos pocos, mientras la población se pregunta: ¿dónde están los aviones? Pero, más importante aún, ¿dónde está la justicia?
Bueno, ustedes le piden a gente inculta que piensen. Gente que no tiene formación, educación y me paso…. Normalmente, esta gente se cayo de los arboles y no se debe esperar gran cosa cuando el mismo sátrapa no curso estudio. Sin embargo , se le adora porque le dio casa, comida, vestidos y les enseno a abusar como el mismo sabe hacer.
Estado de banana gestión estúpida.