Hemos seguido con mucha atención el artículo publicado recientemente por la llamada oposición radical. Esperamos que no nos incluyan en el apartado de los que hacen oposición a la oposición en Guinea Ecuatorial.
En dicho artículo, se habla de muchas cosas y de mucha importancia. En resumen, se hace una sintética presentación de una coalición electoral con la que concurrir en las próximas elecciones. Y, por otra parte, se desglosa las razones por las que los partidos suscribientes se han aliado. En último lugar se hace un alegato a favor de participar en las contiendas electorales y se arremete contra los partidarios de boicotear los comicios o de abstenerse de participar en ellas.
El artículo señala que ciertos ciudadanos recriminan a esta llamada oposición radical el haber concurrido en las elecciones que se vienen celebrando aquí en Guinea Ecuatorial (en las últimas presidenciales no participó), acusándole de connivencia con la dictadura o de legitimarla. A esas acusaciones, dicha oposición se defiende arguyendo que, nada puede legitimar a una dictadura y alega que la abstención no sirve para nada. Y a lo largo del artículo, se reconoce que todas las elecciones que se han celebrado últimamente son fraudulentas o beñiáticas (de hacer beñia o jugar a las casitas).
Nosotros somos de la opinión de que cuando las cosas se enredan o se hacen muy grandes o muy complejas, conviene simplificar o al menos intentarlo y volver a los principios, a lo sencillo. Así que veamos los conceptos: una dictadura es un Régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad. Mientras que una democracia es un Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. Por lo que si se considera que se vive en una dictadura (como se defiende en el mencionado artículo) lo coherente es que no se participe en unas elecciones que se organicen en el marco de esta dictadura, sobre todo, cuando se tiene la experiencia de que esas elecciones suelen ser beñiáticas.
En las últimas elecciones parlamentarias, la oposición llamada radical obtuvo sólo un diputado. El parlamento nacional es de 100. Y sabemos que en realidad no lo obtuvo, sino que le fue asignado. Pues, incluso con las trabas y trampas que hubo en aquellas elecciones, nos consta que un cómputo transparente de las papeletas, les hubiera deparado muchos más diputados que solo uno. Sin embargo, esa participación y la posterior aceptación del único escaño asignado, le permiten al régimen tachado de dictatorial poder presentarse descaradamente como una democracia y poder hacer representaciones teatrales en la cámara de representantes en forma de sesiones parlamentarias con un bloque de gobierno y un de oposición. Esa habilitación que la oposición radical le hace al régimen, es decir, este hecho de permitirle al gobierno disponer de un supuesto adversario en el parlamento, aunque sea ridículo (99 contra 1) es lo que la ciudadanía o parte de ella interpreta como venderse régimen.
Nuestra lógica de desenredar a base de volver a los conceptos nos hace entender que si consideramos que vivimos en una dictadura, la actitud más constructiva de la oposición de cara a desbaratar esa dictadura (si es que esta es su intención) es hacer oposición como en una dictadura, es decir, no participando en las instituciones. Porque la participación lo único que consigue de verdad, es prestarle al régimen los instrumentos que necesita para presentarse como lo que no es: una democracia. Por lo que, en nuestra opinión, la oposición radical (en tanto que oposición de verdad) se confunde de escenario y es incongruente: pretende hacer oposición al estilo de un sistema democrático cuando ella misma sostiene que estamos en una dictadura.
El régimen vigente necesita la oposición (de verdad) sólo para poder hacerse pasar por una democracia. Y cuando la oposición participa en las elecciones, ya le está ofreciendo al régimen lo que necesita. Sin embargo, no queda muy claro que la oposición consiga sus objetivos en esta transacción; si es que éstos incluyen la democratización del país; porque al ser las elecciones inexorablemente una farsa, el sistema siempre les va a otorgar una cantidad de escaños o de concejales ínfima: sólo la necesaria para proseguir la representación del teatro. O lo que es lo mismo, seguir jugando a las casitas o haciendo beñiá!!
Mene, Bata, a 10 de julio de 2017
Yo pienso que pocos políticos de nuestro país en verdad no acaban de entender lo que es hacer política o lo que es lo mismo se confunden entre lo uno y lo otro; ser político, creo que no es necesariamente tener un partido sino más bien es tener un posicionamiento contra las doctrinas de otros y tomar la decisión de enfrentarlas. Cuando se habla de política en este país todos casi todos piensan solo en la integración y participación para luego lucir como actores directos. Me parece absurdo que casi la mayoría de los guineo-ecuatorianos se hayan olvidado de un elemento tan importante en política y consecuentemente de la democracia y es «la abstención». ¿Porqué nunca la invocan esos que se llaman políticos y que añoran un Estado Democrático?, ¿porque no conocen su existencia o es que creen que ante la dictadura no hay otra alternativa?. Yo estoy de acuerdo con en un Estado dictatorial, cualquier presencia de una oposición que dice ser radical, es una forma de fortalecer a la dictadura y hacer creer a la comunidad interna y externa que estamos en democracia cuando realmente no. Recomiendo a todos estos actores que cesen su posicionamiento y busquen los verdaderos elemento para derrocar a la dictadura establecida.
Abstención, abstención, abstención….. hasta el inifinito?? No es otra ventaja para hacerle perene a este maldito regimen??
En otro sentido, habría algún cambio democrático en G.E. al presentarse, presentarse y presentarse en una elecciones celebradas en el marco del mismo ordenamiento jurídico, cuyo cumplimiento ha de ser garantizado por las mismas autoridades que violan inpúnemente los derechos democráticos-constitucionales del pueblo? NO HABRA CAMBIO ALGUNO, SEÑORES.
Para que haya cambio, se debe:
1. Organizar una coalición fuerte con todos los partidos políticos de la oposición.
2. La coalición, su militancia y sus simpatizantes, debe garantizar la existencia de una Junta Electoral independiente desde el levantamiento del censo electoral, so pena de enfrentamientos de cualquier naturaleza si el gobierno sigue imponiendo las cosas como lo ha venido haciendo.
3. La coalición debe exigir, no pedir ni solo convencerse con lo que haga el gobierno, la existencia de observadores internacinales en todos los rincones del país, pudiendo abstenerse de la votación si estas condiciones previas no se dieren.
Mientras no existe coalición en la oposición no se puede enfrentar este regimen. Mientras que los politicos siguen respetando escrupulosamente el ordenamiento jurídico que el mismo gobierno viola sin exigencia alguna no habrá mejora.
QUE HAY UNION, E INICIEMOS LA LUCHA, MUERA QUIEN MUERA.