¡Bata a oscuras , otra vez!

Por José Eugenio Nsue, filólogo

Primero fue Radio Macuto, menudo invento pro Guinea libre, que nos ha informado estos días que la segunda ciudad de nuestro país, Guinea Ecuatorial, y, sobre todo, la ¡capital económica! del país, llevaba sin luz más de un mes y, como consecuencia de esa falta de luz en la ciudad, una paisana, Casemira, había perdido la vida durante una simple intervención de parto por cesárea en el quirófano del destartalado y putrefacto hospital general de Bata; y esta mañana, una madrecita mía me ha mandado un WHATSAPP contándome lo invivible que está resultando estar en Bata hoy en día porque llevaban más de un mes sin luz.

Notando lo angustiosa que estaba porque, entre otras consecuencias de vivir hoy en día sin luz en una ciudad, ella no puede llevar adelante su actividad comercial que es el sustento para poder criar a su prole; me he acordado e imaginado a todos y todas que tienen negocios de productos congelados; de los dueños de restaurantes y bares que necesitan la luz para sus comercios como el agua de mayo; a todos los hoteleros y demás miembros del mundo del turismo que, habiendo invertido ingentes cantidades de dinero fruto de ímprobos esfuerzos y sacrificios, la mayoría de ellos para poder una actividad productiva más digna; a los centros de enseñanza, centros culturales; ¿centros médicos? y demás actividades productivas, comerciales o administrativas que por tener turnos nocturnos la energía eléctrica les es imprescindible; cómo no iba a recordar al resto de la población que está prácticamente confinada en sus hogares sin poder escuchar la radio ni poder ver la tele, ni que los niños puedan hacer sus deberes; ya no hablamos del miedo que debe de tener al pasear de noche por las calles inseguras de estas ciudades.

Llueve sobre mojado. Esta historia de la falta de luz en Guinea es un cuento «déjà vu; déjà lu et déjà écouté plusieures fois».

Tres años después de mi nacimiento y algo menos de un año tras la independencia de Guinea Ecuatorial, ya se oía esa musiquilla de que «la luz se ha ido»; «no hay luz»; tanto es así que mi generación y todas las generaciones posteriores hasta hoy, nos habíamos acostumbrado a ingeniárnosla para poder estudiar y repasar durante el día, antes de las puestas del sol. Tras la macabra llamada «golpe de libertad»en 1979; muchos alumnos y estudiantes guineoecuatorianos iban disputándose las escasísima farolas que se veían en Malabo y Bata (Caracolas o Pequeña España en Malabo y la UNED y la Carretera del aeropuerto en Bata), para poder estudiar durante las noches (nosotros los seminaristas y las internas éramos unos verdaderos privilegiados en todos los aspectos: comíamos tres veces al día; un privilegio entonces y hoy; teníamos grupos electrógenos propios que nos permitían estudiar como personas; un auténtico lujo entonces y hoy).

Cincuenta años casi con la misma historia de falta de luz en nuestro país; ni el anterior dictador de la saga de los NGUEMA pudo, quiso ni supo arreglarlo; ni mucho menos el actual dictador está haciendo nada para que ese problemón (en ninguna parte del mundo actual, ni siquiera en el Corea del Norte, Cuba, Birmania o Venezuela; ocurre lo que ocurre en Guinea con eso de la luz). Lo más sangrante y vergonzoso, si es que a esos humanoides que dicen gobernar el país tienen vergüenza, es que habiendo gastado tantos miles de millones con la excusa de que están construyendo hidroeléctricas y demás sandeces, los resultados son siempre los mismos.

¿De quién salió la idea de ir a construir una hidroeléctrica no donde la corriente y el caudal del río son más fuertes, sino donde el río casi nace porque ahí cerca está el pueblo o el distrito donde se supone que habían nacido o nacen los NGUEMA gobernantes?

¿Quién les ha dicho a esos «speciments» de personas que dicen gobernarnos que todo lo que se ha de hacer en Guinea que tenga que beneficiar a todos los guineanos, ha de hacerse siempre en Mongomo o en la región de Wele Nzas?

Ya veis los efectos devastadores de decisiones de mentes obtusas que, por querer agradar al ‘sumus’, al rey de Akoakam, son capaces de cometer hasta suicidios profesionales y ocasionar para toda Guinea disgustos morrocotudos.

Y, a pesar de esa tomadura de pelo que este régimen viene haciendo a la población sufriente de Guinea Ecuatorial,sigue teniendo la desvergüenza de mandar a sus lacayos para que vayan precisamente a esos pueblos cuyos moradores viven como ratones y culebras en la oscuridad y en la más absoluta indigencia casi EXIGIENDO que les sigan votando; que ellos son los únicos capaces de hacerles ¿qué?

¿Qué les promete ahora a la población guineoecuatoriana que no le habían prometido en los cincuenta años que llevan al frente del país?

¿Serán osados esos del PDGE? ¿Con qué cara se presentan ante una señora que acaba de perder a su hija que se había ingresado para parir sana e ilusionada para luego y sale cadáver o un empresario que acaba de perder todos sus productos congelados por falta del fluido eléctrico o una hotelera que lleva más de treinta días sin poder abrir su negocio porque no hay corriente eléctrica o a esos jóvenes que no pueden estudiar no pueden repasar de noche porque no hay luz?

Me exaspera lo tranquilo, lo adormilado, lo relajado y lo paciente del guineano. Jamás había visto a una gente más inactiva, más miedica y más cobarde como el guineoecuatoriano.

La imagen puede contener: 1 persona, sonriendo, textoLos mismos que les han arruinado sus vidas directa o indirectamente; les han privado de toda ilusión y de toda esperanza de poder vivir como personas durante los últimos cincuenta años; los mismos que les torturan impunemente; matan a sus familiares, amigos y conocidos; violan a sus hijas, hermanas y mujeres; les cobran impuestos revolucionarios típicos de bandas mafiosas de servicios inexistentes y no prestados como pagar facturas de luz que no se han beneficiado y peajes de carreteras construidas con el dinero público, de todos; que les han demolido sus habitáculo donde guarnecían las nulas pertenencias que muchos habían tenido todas sus vidas cuales son sus huesos y sus esqueletos; a esos rufianes se les consiente todo; se les abre las puertas hasta sus cocinas; se les tolera todo para que al final todo quede como ahora; como en el tema de la luz. Me he preguntado muchas veces si realmente el guineano de Guinea Ecuatorial tiene sangre en las venas; si realmente el guineano de Guinea Ecuatorial siente, ve, oye, tiene gusto y si habla el lenguaje de los humanos. ¿Qué le conmueve y qué le puede conmover al guineano para que se espabile y para que diga de una vez: ¡trop c’ est trop!, e intente; solamente eso: intentar morir que, al parecer, es el sino que nos espera a todos los guineo ecuatorianos, desde que nacimos en ese país; como persona y no como una escoria?

El guineano se ha vuelto tan insensible que aunque le apaleen, no le dice nada. Termina de llorar y en seguida se va con su torturador para servirle.

Se ha vuelto tan ciego que, en su presencia le arrebatan a su mujer o violan a su propia hija en su propia casa que, dice a los que osen murmurarlo que mienten; no es lo que ven. Se ha vuelto tan sordo que hasta insultándole y humillando a sus familiares; va y dice que se merecen esas vejaciones y lo otro eran cantos a la Santísima Virgen. Uno no sabe lo que le conmueve al guineano para que se despierte de una vez y ser capaz de decir como los gaboneses, congoleños, togoleses, nigerianos, cameruneses, que «esto no es permisible: si me muero, que me muera no como un perro sino como una persona «.

Estos días, Me he acordado de la conversación que mantuve con mi amadísimo, entrañadísimo y malogrado hermanito (otra víctima del régimen abyecto imperante en el país), la primera vez que le invité venir a visitarnos y hacerse un chequeo ya que se quejaba mucho de su salud; él me contó las de Caín que, lo estaban pasando siendo funcionario; era también docente; cómo los «profesores» se mataban para coger los cursos de reválida y de madurez o selectividad porque ahí es donde se ganaba mucho dinero vendiendo las notas para poder sobrevivir o saciando sus apetencias primarias; y de cómo le era imposible viviendo como vivía honestamente poder comer durante un mes con lo que cobraba (150000Fc = 225€/ mes). Yo le dije que en ese caso, mejor utilizar un poco de lógica. Que al principio de mes cuando les paguen, se vaya al mercado con su mujer para hacer la compra del mes: un saco de arroz y una o dos cajas de congelados en plaza para que aunque se queden sin nada, por lo menos tuvieran qué llevarse a la boca. Él me hizo casa cuando regresó. Y en las siguientes Navidades, al llamarle para felicitarles a él, a la mamá y al resto de la familia; le noté triste y, al preguntarle lo que pasaba, me dijo que llevaban más de dos semanas sin luz y toda la compra que había hecho para las Navidades y el Año Nuevo, se había estropeado y no sabía que hacer. Me sentí tan culpable y muy triste porque me había olvidado de que Guinea Ecuatorial aún seguía en el siglo XIX. Eso fue en 2012. A día de hoy nada ha cambiado; todo sigue igual de pésimo mientras que algunos descerebrados van provocando y burlando a esos moribundos de los aldeanos. ¡Qué tristeza, Virgen Santísima!

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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