
Alport G.E. : ¿Una transferencia de la soberanía económica bajo la apariencia de modernización?
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El estruendoso anuncio de la creación de Alport Guinea Ecuatorial S.A. (Alport G.E.), fruto de una asociación público-privada con el grupo logístico turco Albayrak para la gestión de los puertos estratégicos de Malabo y Bata, suena a sentencia de muerte para la soberanía económica de Guinea Ecuatorial. Mientras el gobierno de Malabo enarbola la bandera de la modernización y la ambición regional, un análisis objetivo revela una peligrosa externalización de palancas económicas esenciales, sinónimo de insidiosa pérdida de la independencia.
Por OLBIF
La intención, desvelada en febrero de 2025, de confiar la gestión del pulmón económico del país a una entidad extranjera plantea cuestiones fundamentales sobre la soberanía nacional. Es cierto que el comunicado oficial destaca la promesa de modernizar las infraestructuras portuarias, incluido un puerto seco en Ebibeyin, reducir los costes de flete y facilitar el acceso a un mercado regional de más de 40 millones de habitantes mediante acuerdos de tránsito con Chad y la República Centroafricana. Sin embargo, tras esta atractiva fachada se esconde el espectro de una mayor dependencia de intereses externos para la gestión de activos vitales.
El gobierno justifica este enfoque con una estrategia nacional de diversificación económica, destinada a desligar al país de su peligrosa adicción a los ingresos del petróleo, y con un programa de privatización de empresas estatales diseñado para atraer inversión extranjera directa. Aunque la diversificación es una necesidad imperiosa, entregar la gestión de infraestructuras fundamentales como los puertos a una empresa extranjera plantea dudas sobre la capacidad del Estado guineoecuatoriano para dirigir su propio desarrollo económico. ¿Es posible que el régimen de Obiang esté vendiendo el país sin darse cuenta? ¿No existe el riesgo de que los intereses de Albayrak primen sobre los imperativos nacionales a largo plazo?
El argumento de la competencia con Camerún, cuyos puertos de Douala y Kribi dominan actualmente el tráfico regional, merece ser examinado con prudencia. Es cierto que los corredores Douala-N’Djamena y Douala-Bangui son regularmente criticados por su falta de fluidez, plagados de burocracia y corrupción, como puso de relieve un informe del Observatoire des pratiques anormales (OPA) en 2023, que estimaba los pagos informales en el corredor Douala-Bangui en una media de 64.000 francos CFA (unos 111 dólares). Sin embargo, ¿la respuesta a estas disfunciones debe pasar necesariamente por delegar la gestión de sus propias infraestructuras a una entidad extranjera? ¿No existen alternativas propias para mejorar la eficacia y la competitividad de los puertos guineo-ecuatorianos?
La ambición declarada de Guinea Ecuatorial de convertirse en un centro portuario estratégico en África Central mediante «el rendimiento logístico, la competitividad arancelaria y la integración regional» a través de Alport G.E. se basa en una fe potencialmente ingenua en las motivaciones de un actor privado extranjero. La historia económica africana está plagada de ejemplos en los que asociaciones similares han conducido a una pérdida de control sobre sectores clave, con beneficios marginales para las poblaciones locales y un enriquecimiento desproporcionado para los socios extranjeros.
Aunque la creación de Alport G.E. pueda tener visos de modernidad y oportunidad regional, no deja de ser una decisión con consecuencias de largo alcance para la independencia económica de Guinea Ecuatorial. Confiar la gestión de sus puertos, las puertas de entrada y salida de su economía, a una empresa extranjera, por muy exitosa que sea, es una apuesta arriesgada. Hay que subrayar que el peligro de esta externalización podría acabar alejando al país de su capacidad para determinar su propio destino económico y beneficiarse realmente de sus activos estratégicos. La «Guinea mejor» prometida por la dictadura de Obiang no puede construirse sobre una base de dependencia y pérdida de control. Es imposible.