Para una africana sin África, excluida de la“africanidad” definida para mí y sin mi permiso, es muy difícil definir África.
África Negra de la que es parte Guinea Ecuatorial constituye un trozo del mundo muy complejo. Nací en Guinea Ecuatorial y la piel, la cultura, los bosques y los mares, me nombraron “africana de piel negra”. Todo estaba indicado para mí, había nacido mujer y tenía que “ser mujer” toda la vida y con todas las consecuencias establecidas. Algo salió mal.
Algo salió mal porque hoy la comunidad de la que me siento parte dice que no soy africana. No soy heterosexual. Soy feminista militante. Dos formas de vivir, amar, reivindicar y sentir “no africanos”. “Cosas de los blancos”, dicen en mi tierra. Me siento africana, a veces, de hecho, creo que me encuentro aquí por error hablando de la cooperación africana y de los prejuicios que los medios de comunicación reproducen sobre África.
Es un honor para mí participar en una mesa redonda formada por individuos que llevan toda la vida trabajando por y para cooperación. Permitidme por favor ser políticamente incorrecta. Reconozco que las directrices de las intervenciones están bien marcadas pero me gustaría tocar el tema de los prejuicios que muchas veces no ponemos nombre. Aquellos que la gente negra de África –voy a hablar de guinea Ecuatorial- una buena mayoría, tiene sobre su condición de personas negras, y la gestión que hacen sobre su identidad negra con respecto a las personas blancas. “Soy una persona negra. ¿Qué es una persona negra? ¿Qué es una persona negra con respecto a una blanca?”
La identidad negra y el fenómeno“las cosas de los blancos”, ambos relacionados, son los aspectos que vamos a analizar hoy en una sala llena de estudiantes, politic@s, cooperantes, profesorado universitario.
La piel negra constituye una de las principales semejanzas y una de las trascendentales causas de nuestra infelicidad si relacionamos felicidad con libertad. Es muy fácil encontrarnos con personas negras en mi tierra y con la misma facilidad se tropieza en cualquier tienda, con una crema para cambiar el color de la piel. El paso de ser una persona negra a una blanca.
A África negra le gustan las cosas grandes. Es suficiente con asomarse en los medios de comunicación de Camerún, Gabón, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial y sorprendernos en el camino de las naciones negras hacia la emergencia. Cumbres grandes. Carreteras grandes. Hombres con vientres grandes. Mujeres que los varones, dueños del espacio público, encuentran poco interesantes por inteligentes, pero sí valoradas por sus traseros grandes. Esposas de jefes de estado grandes.
Cuando trabajaba en un medio de comunicación guineoecuatoriano del que me echaron por no ser grande ni cobrar salario grande, participé en el desfile del día de las fuerzas armadas. El 12 de Octubre guineoecuatoriano celebramos la marcha de España oficialmente de las tierras guineanas como colonia. Asistí como periodista. Me llevé una preocupación. Todos los jefes de estados africanos andaban con esposas de piel clara, blanqueadas de piel, mulatas, blancas, afrodescendientes… porque las negras de piel son feas, del todo.Luego en la redacción elaboré un texto sobre blanqueamiento de la piel, mi jefe de entonces dictaminó que el contenido del artículo no era noticioso. Había violado una ley del poder: cuestionar al jefe. Y es que él blanqueaba la piel. Luego me echó, no sabía por entonces que en mi país y en muchos otros el jefe siempre tiene la razón.
Si echamos la mirada al pasado descubrimos que en la colonia española estaban prohibidas las relaciones sentimentales entre hombres negros y mujeres blancas, y las formadas por mujeres negras y hombres blancos, pero lo segundo no se cumplió. Mandaba entonces el hombre blanco. Lucía Mbomío, periodista, acaba de publicar un libro al respecto, se titula “Las que se atrevieron”, las que se atrevieron a amar a hombres negros. No me arrepiento de haber leído el libro.
En la mente del negro y de la negra se clavó desde entonces la idea de que la mujer blanca representa prosperidad, éxito, madurez económica… no tanto para la mujer sino para el propio hombre negro.
La mujer blanca, de piel blanqueada, de piel clara, afrodescendiente, mestiza… en Guinea Ecuatorial se asemeja a un objeto que representa la clase social del varón. Es como comprarse un coche de lujo y lucirlo en las calles de Bata y de Malabo.
En mi país se empieza a blanquear la piel a las personas cuando son bebés. Cuando un bebé nace con la piel negra, malo. Se mezcla las cremas blanqueadoras, movate, tempovate, dermovate y otras, con glicerine,con el fin de aclararle la piel. Pobrecita. Pobrecito. Ha nacido con la piel negra.
Y si la/el bebé llega al mundo con la piel blanca se pone en funcionamiento unos dispositivos de seguridad aterradores. Una curandera prepara la cama contra el mal de la piel, el mal negro. Lo negro no es hermoso.
Guinea Ecuatorial está formado por varios grupos étnicos, la etnia fang es una de ellas. Mi padre y mi madre son fang, así que no me ha quedado otra opción que crecer en medio de la cultura de ambos y conocerla.
Una parte muy importante de la tradición fang son los mitos sobre la menstruación y los embarazos antes de los cuatro meses.
La menstruación y los embarazos en la etnia fang representan la maldición. Esterilizan tierras, echan a correr los peces de los ríos, traen desgracias. Una mujer que menstrua no le debe hacer trenzas a la otra, se le caería el pelo.
Una mujer que menstrua no debe sentarse en la cama que acoge a un bebé menor de cuatro meses. Podría cambiar su piel de blanca a negra. Y tanto es así que se producen peleas entre familias porque un bebé nacido con la piel blanca, ha ido adquiriendo una piel oscura. También las mujeres embarazadas ostentan poderes sobrenaturales para el cambio de piel. Una mujer embarazada de menos de cuatro meses no puede sentarse en la cama que acoge a un bebé nacido claro ni cargarlo, pues puede ennegrecerlo.
Volvemos al caso del desfile militar que estaba contando. Asistí como periodista y no precisamente como invitada de honor. Los jefes de estado eran los invitados de honor, una mujer feminista y no heterosexual en África negra lo primero que pierde es el honor y el derecho a vivir. Sus excelencias se llevaron esposas de piel blanca. Todas. Ya no hablo de personas de a pie sino de figuras máximas de las élites políticas de destacados países de África negra. Los referentes de la parte negra africana, un trozo del mundo en el que la élite política no está separada de la económica.
Desde que las conferencias y los talleres empezaran a comienzos de la semana se repite una y otra vez la idea de que Occidente tiene que conocer África a través de las y los africanos. Yo tengo mis dudas. Yo no sé si sabemos lo que somos. Si supiéramos lo que somos, no blanquearíamos la piel para convertirnos en blancos entre otros prejuicios que tenemos sobrenosotr@smism@s. África tiene que definirse, sí, desde la mente, trabajando el complejo de inferioridad que sienten las personas negras con respecto a las blancas, y el sentimiento de superioridad que muchas personas blancas manifiestan hacia las negras.
Si hoy elaboro un proyecto, el que sea, sobre desarrollo humano, y me planto en instituciones políticas de África negra con las pintas que llevo, ni Dios apoyaría. Imagínense por un momento que le robo la piel blanca a esta muchacha que está aquí sentada. Los representantes de las instituciones, casi todos varones, primero me recibirán con rapidez, me mirarán la piel y el culo, pensarán en lo que representa la mujer de piel blanca en sus vidas, prosperidad, riqueza, ascenso social, un coche de marca que lucir, y en menor tiempo, me harán caso, también buscando intereses económicos propios, preguntarán qué porcentaje les toca dentro del presupuesto del proyecto, para qué nos vamos a engañar.
El complejo de inferioridad de las personas negras guineanas con respecto a las blancas, es una de las principales causas del subdesarrollo del país: subdesarrollo que se manifiesta en Occidente por ejemplo, a través de la victimización de África y la eterna pobreza difundida por los medios de comunicación, dos hechos que muchos colectivos utilizan para enriquecerse, y otros para solidarizarse. Y no solo colectivos occidentales, también miembros de las élites político-económicas africanas.
En África negra somos personas. Sí. Con figura humana. Sí. Sin embargo, no tenemos identidad ni autoestima una buena mayoría.Nos avergüenza lo que somos porque después de las independencias, los estados están como están, el trabajo por la construcción de una identidad negra, de estados, de continente, está pendiente. Los traumas del proceso colonial siguen latiendo en nuestras vidas. Nos sigue produciendo asco ser negros y negras. Y las personas son lo que dicta la mente. Las personas somos ante todo cultura. Y nuestras mentes nos siguen repitiendo “sois débiles e inferiores a los blancos”.
Seguimos pensando cómo nos enseñó el proceso de esclavitud que en Guinea Ecuatorial duró 200 años de manera chapucera, que ser una persona negra es sinónimo de inferioridad, poco inteligente y resignada a que “los blancos” vendrán a cambiarnos la vida algún día.
He hablado de un proyecto sobre desarrollo humano llevado a instituciones de África negra y la seguridad de fracasar en el intento. También de robarle la piel blanca a esta muchacha que está aquí sentada. Creo que es importante señalar lo que se entiende en mi país por “Cosas de los blancos”. Imagínense que es domingo. En mi tierra es muy frecuente que la familia, con cita previa o no, se visite después de misa, culto, o borrachera del día anterior.Si la persona visitante come y tira los huesos al suelo, bebe y deja las botellas en cualquier parte, o se pone a tomar cervezas compartiéndolas con un bebé, tú no te puedes quejar y decirle “esto que haces no es sano”. En seguida te contesta “no molestes, ¿kíe? Tú siempre con costumbres de los blancos. El negro no se muere de cosas como la suciedad, los blancos sí”. Y continuaría. “Los blancos siempre serán blancos y nosotros siempre negros. ¿No lo ves? Cada día son mejores. Ellos son nuestros padres, el hijo nunca supera al padre. Si el primer presidente guineoecuatoriano papá Masie no hubiera expulsado de aquí a los españoles-guineanos a finales de los sesenta, hoy seriamos como Sudáfrica, al menos tienen habitantes blancos y son el motor del desarrollo”.
Una compañera feminista se fue a pronunciar una charla sobre derechos humanos y derechos humanos de las mujeres en una institución pública de mi país. Llegado el turno de preguntas, un diputado señaló que los derechos humanos son cosas de los blancos y que la desalojaran de la sala, de una entidad africana, puramente africana.La joven le preguntó si África pura no es humana, si los negros no son humanos y los blancos sí.
Las cosas de los blancos. Está extendida la idea de que algunas cosas son para los blancos y otras para los negros. “Lo nuestro”. “Primero lo nuestro”. “Lo bantú”. Son slogans que se repiten en los medios de comunicación guineanos. “Somos africanos, primero africanos”. La ropa de Occidente. Las lenguas de Occidente. La piel codiciada, de Occidente. Los cortes de pelo, los postizos que las mujeres compiten por comprar y que son carísimos con el fin de gustarles a los hombres, de Occidente. Algunas personas nos preguntamos qué es lo nuestro. Porque la juventud guineana, por hablar de un colectivo, hoy mezcla los ritmos musicales, desde Latinoamérica pasando por los Estados Unidos, Europa y regresando al continente negro. Y no lo hacen nada mal. Y el feminismo, cosas de los blancos, a juicio de algunos compatriotas, está demostrado en Guinea Ecuatorial que ya existía antes de la colonización. Sin embargo, la experiencia nos hace ver que las cosas de los blancos no son solo lo que se adora en Guinea Ecuatorial, es también lo que se rechaza a gritos, con enfados que terminan en decretos.
Eso ocurre sobre todo cuando sectores históricamente excluidos de la cosa pública, mujeres y la gente joven, toman un espacio no tradicionalmente suyo. Se oyen gritos sobre la recuperación del África antigua, esta que tenía a las mujeres y a la gente joven al margen de instituciones representativas.
África tiene que definirse. Se tiene que conocer África mediante african@s. ¿Quién la define? Porque hoy la juventud la define a través del rap y el hip hop agarrando los tabúes como la sexualidad, la política y la vida digna. La música joven es la representación de una revolución social sin armas, la primera en Guinea Ecuatorial con frutos y una identidad africana dibujada que no excluye identidades culturales de otros continentes, es una alegría para África, para Guinea Ecuatorial.
La escritura, escribir, inspirarse en el entorno, decir las cosas de otra manera, también es cosa de los blancos. Y tanto que para publicar la población guineana escritora se tiene que mover del país. Publica por solidaridad de aquí, allá, y mediante autoedición.
De viaje a Bata, a otras partes de África, a Occidente, difícilmente se ve en los aviones a personas africanas y negras africanas leyendo. Para qué si los libros son cosas de los blancos y sus contenidos traen el mal, las “ideas subversivas”. “El desarrollo es cosa de los blancos. El bienestar es cosa de los blancos. Los negros no nos morimos de estas cosas. Los negros siempre seremos negros”.
Esta mujer hace las cosas como un hombre. En mi país cuando te hablan así y eres mujer la sentencia es firme: estás haciendo las cosas bien. Has dejado de ser insignificante, una mujer, para convertirte en hombre. Es lo mismo que cuando te dicen, esta persona negra se comporta como una blanca, automáticamente te conviertes en algo superior, inalcanzable para el mundo negro. La sociedad empieza a amarte y el odio también brota con la misma intensidad, pero sobre el tema del odio al blanco hablaremos en otra conferencia, alcanza para mil libros.
Escribir. Plantear los problemas de otra manera. Hacer uso de la libertad de expresión para exteriorizar lo que se piensa a través de un libro como hemos dicho,también es cosa de los blancos. Cuando falleció María Nsue Angue, escritora guineoecuatoriana, fue juzgada como mujer, y no como escritora. Se habló de con quién se había acostado, con quién se tenía que haber acostado y la importancia de su obra se visibilizó muy poco, y tanto que se comenta hasta hoy más sobre ella que de las aportaciones literarias que le dejó en herencia a Guinea Ecuatorial. La experiencia fue muy dura para las guineanas que escribimos y que la admirábamos.
Escribir, definirte como escritor y varón siendo guineano te lleva a varios destinos. Morirte en la más absoluta mendicidad, vivir en el exilio y al borde de la locura, vivir en la pobreza extrema, ganarte enemistades que no han leído una página de libro en la vida, terminar siendo un escritor con la inteligencia atrofiada, vivir el exilio interior, ser importante para pocas personas…
Las mujeres escritoras además de lo que hemos citado arriba, primero son definidas como “putas”. Y te llaman así cada quien a su manera. Se vigila con quien te has acostado y has dejado de hacerlo. Si no te ven por unos días, agárrate. “Donde está la escritora fulana? De viaje. ¡Otra vez firmando manifiestos feministas!” Aconsejan que tengas cuidado con tu discurso, podría dejarte soltera de por vida, podría multiplicarse en otras mujeres.
En las aceras, en las discotecas, en cualquier espacio te señalan, allí está, allí la tenéis, la mujer que habla mal de África, de nuestra cultura, la que aconseja los divorcios iniciados por mujeres, la que dice que en Guinea maltratamos a las mujeres, la que se ha creído un hombre. Ya hace cosas de los blancos como escribir. Y no solo haces cosas de los blancos, sino de los hombres negros y blancos.
Y cuídate con los títulos de tus libros. Si la obra se titula “El llanto de la perra” la perra eres tú. Si el título es “Herencia de bindendee” o herencia de prostitutas, la prostituta eres tú. “Las hijas de la mujer”, título de la novela de una joven escritora, la pregunta es qué pasa, ¿las hijas ya solo son de las mujeres? Todas nuestras obras son autobiográficas por lo visto. La creatividad es cosa de los hombres.
“La bastarda, la endendee, la negra, y muy pronto seré la albina”, me llaman así. Y lo más grave de todo, cuando una obra está bien escrita, el debate está servido. A María Nsue por la novela Ekomo se dijo que era una parte hombre por escribir bien. La otra parte de mujer se identificó con la maternidad y su matrimonio heterosexual.
Recuerdo que un compañero de trabajo, por amor a África, insistió, me aconsejó. “Deberías casarte con un hombre polígamo para dejar de escribir tonterías”. Hablando con él indicó que sus tres esposas eran felices y lo más agradable de la poligamia, se sentía importante por primera vez en la vida. “Tres mujeres compiten por mía través del arte culinario, lavado y planchado de chaquetas y servilismo en la cama”.
Los libros a las escritoras guineanas nos recuerdan el lugar cultural del que nunca debemos salir. No conozco “libro” de una guineoecuatoriana que no fuera reivindicativo. Son libros en su mayoría feministas. Porque el feminismo para nosotras, para mí, para ti, no es un manifiesto pendiente por redactar, no es un decreto que firmar, es la vida misma, es el derecho a vivir y a existir, es el derecho a la ciudadanía plena. El feminismo es necesario para Guinea Ecuatorial y el blanqueo de piel un llamamiento al feminismo. Hay más mujeres blanqueando la piel que hombres.
El blanqueo de piel en Guinea es un asunto de estado por las consecuencias sanitarias que trae consigo: infecciones de piel, cáncer de piel y otras patologías. Afectan más a las mujeres que a los hombres. Estamos hablando de un porcentaje alto de la ciudadanía, las mujeres. Hablamos de la mitad de una población que tiene fuertes problemas de identidad, que rechaza la piel negra.
Recuerdo los comentarios de una alumna universitaria y afectada por el problema del que hablamos aquí hoy. Se estaba gastando el dinero que su madre le enviaba de la Región Continental para pagarse los estudios en Malabo, en cremas. Una muchacha inteligente, atrevida, lista. Cada vez que pasaba a mi lado difundía un olor bastante desagradable. Tenía solo 17 años. El día que hablé con ella me dijo, “profe, no sabes lo que significa para mí que esta piel, antes negra, por fin brille. Los chicos ya me miran, antes me insultaban negra, ahora ya no, ahora brillo, mi piel puede brillar”.
La cooperación tiene una labor importante en el tema del blanqueo de la piel y en la consideración negra a los blancos como personas superiores. Llevo tiempo coordinando un colectivo LGTBI y feminista y créanme que si trabajas con y para un grupo de personas con fuertes problemas de identidad no hay nada que hacer. Las personas homosexuales guineanas aprenden desde temprana edad que son brujas, endemoniadas, enfermas, poco inteligentes, incapaces de desarrollarse y anti africanas. Sin embargo, les hablo de un colectivo lleno de gente muy inteligente, creativa, con ganas de amar pero residentes en una sociedad hostil, no preparada para acoger la diversidad sexo-afectiva.
La cooperación, un consejo. Los discursos, las actividades, los comportamientos, deberían ir acompañados de un trato en igualdad de condiciones, sin actitudes de superioridad blanca con respecto a la negra que muchas personas estamos acostumbradas a ver, y sembrando autoestima y motivación en la gente negra con la que trabajan. Esta tarde hacemos un ensayo. Estas son las posibles palabras mágicas que tú, cooperante, puedes utilizar para que el trabajo de empoderar a las personas negras africanas no termine cuando regreses a Occidente. Repitan conmigo por favor. “Tú eres una persona. Tú eres una persona negra. Las personas negras son iguales a las blancas. Tú vales la pena. Tú eres importante. Tú eres inteligente. Eres una persona trabajadora. La inteligencia y el trabajo cambian el mundo”. “Tú puedes cambiar el mundo”.
¿Quién se cree aquí en la sala que las personas negras sean capaces de todo eso?
Primero tenemos que creernos el discurso. Y luego trabajarlo.
Muchas gracias.
Trifonia Melibea Obono
Conferencia pronunciada en el II Congreso Formativo de Cooperación Internacional al Desarrollo en Valladolid, marzo 2018.