Teodoro Obiang Nguema gira sobre sí mismo

 

Hace más de un mes que Obiang, a su vuelta de la reunión de la UA en Addis Abeba, comenzó una gira por la isla de Bioko y el territorio continental de Rio Muni. Su candidato a la Secretaria Ejecutiva de la Unión Africana solo tuvo dos votos de los más de 150 votantes, lo que evidencia su aislamiento internacional. Puede que ese fracaso estrepitoso del falso panafricanista le haya aconsejado a buscar el baño de multitud.

No hay dinero y esa gira que acabó el viernes 24 de marzo de 2017, ha costado mucho dinero, pero eso no le dice nada. El cerebro de Obiang no funciona para evitar problemas o para arreglar cosas. Solo funciona para producirle satisfacción ejecutando sus deseos. Y sus deseos no son nada normales ni entendibles. El Torcido vive en un mundo donde la racionalidad no existe.

Para los que buscan una razón a esta gira, decirles que no lo van a encontrar. Los colaboradores del Torcido están cada vez más alejados de él, pero están a bordo de un barco sin piloto en medio de un mar embravecido. No quieren saltar del barco ni pueden tripular el barco.

En la gira, el protocolo ha sido siempre el mismo: llegar a la cabecera de distrito, saludar a sus mismos acompañantes que le esperan media hora antes de su arribada, escuchar los insípidos discursos del delegado, del alcalde, del jefe local del partido único PDGE y del ministro de infraestructuras. El delegado y el alcalde pone la ciudad al servicio del déspota, el jefe local del partido aclama al dictador como enviado de Dios que gana las elecciones con mayoría absolutísima y el ministro ofrece cifras de gastos de las obras que se van a hacer en la demarcación, cifras sin fundamento, difíciles de contrastar y a las que nadie parecen importar. Pero el ministro insiste en sus cifras, remarcando que eso ha sido posible porque Obiang es un personaje especialmente bondadoso.

El déspota, cuando toma la palabra en último lugar, comienza alabando a la paz, sin la cual, dice, no estaría ahí. Lo mismo que dijo en su visita a Mikomeseng en 1985. Y ante la ola de atracos y violencia que hay en el país, consecuencia de la desesperación de algunos a causa de la crisis económica, el Torcido le echa la culpa a los vasallos que le escuchan, cosa que no es cierta pero esto a él poco le importa. Lleva toda la vida mintiendo con descaro. Y los vasallos no pueden, no se atreven a corregirle.

En cada uno de los pueblos de cada distrito, esos que el dictador llama inexplicablemente distrito urbano, se hace también un mismo protocolo: el discurso del tirano sobre la paz, el del ministro y el del presidente del consejo del pueblo, convertido éste último en delegado del delegado del gobierno y encargado de mantener el vasallaje en el pueblo, contraviniendo lo que dice la Ley y contraviniendo los principios de la democracia, de la división de poderes, etc.- Los discursos se hacen en una explanada rodeado de unos pocos esqueletos de edificios que el tirano pone la primera piedra. No hay dinero en las arcas del Estado y es muy probable que estas construcciones no se acaben, como ya pasa en gran parte del país. Y como pasa con frecuencia, la corrupción se ha quedado con un porcentaje alto del presupuesto.

El Consejo del Pueblo, cuyo presidente es un vasallo del dictador, es en teoría un órgano electivo al servicio de los vecinos para el desarrollo del pueblo. Pero Obiang y su gente han cambiado las cosas. Ahora funciona como un órgano del gobierno dictatorial. Reciben instrucciones del delegado gubernativo y convocan a los vecinos para transmitirles esas instrucciones, como si fueran funcionarios. Por cierto, no se han realizado otras elecciones de los Consejos desde hace más de 20 años, contraviniendo las leyes del régimen local y de entidades menores.

Un dato llamativo de esta gira es que el tirano ha aconsejado a los guineanos que sean sinvergüenzas como él. Que cojan los dineros que les ofrezcan los candidatos pero que voten a los que se lo merecen. Y también ha dado a entender que él es el verdadero líder y se le votó a él en las pasadas presidenciales y no al pdge, evocando así un divorcio entre él y su partido. Y también les anunció unas elecciones legislativas y locales para este año, sin dar la fecha. Crea expectativa para que los ambiciosos inicien su s maniobras para ganarse los favores del tirano.

¿Y qué ha conseguido Obiang con esta gira? Como decíamos al principio, nada perceptible, nada que veamos. Sus amigos y enemigos podrían valorarle de nuevo como líder único por las muestras de vasallaje rendidas por las masas y colaboradores durante la gira. Eso cree él. Pero su visión de la realidad no coincide con la visión que el resto del mundo tiene. Se ha paseado por el país gastando dinero sin dar la apariencia de sentir nada por los problemas que tiene el país. No dijo en ningún sitio cómo pensaba acabar con la crisis económica que azota el país. No tiene ninguna solución para la crisis económica ni para la crisis políticay ha pretendido ocultar la gravedad de la situación. Con eso ha dado muestras de una absoluta irresponsabilidad, impropia de un gobernante. Obiang es un caballo desbocado que gira en torno a una noria, pisoteándolo todo y corriendo cada vez más rápido. Sus pisadas alocadas van destruyendo el piso sobre el que se asienta su tinglado, su democratura construida con petrodólares. Cuanto más rápido vaya, más rápido se destruye su régimen.

 

Celestino Nvo Okenve Ndo

Presidente de Unión Popular

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