Por José Eugenio Nsue
A pesar de que desde la antigüedad se nos vienen advirtiendo de la perversidad que pudiera llegar a ser el oficio de la política:
- «La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros» (Anónimo).
- «La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir» (Jacques Benigne Bossuet, 1627-1704; clérigo católico francés y escritor).
- «La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos» (Louis Dumur, 1863-1933; escritor suizo).
- «Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya ríos» (Nikita Jruhchov, 1894-1971; político ruso).
- «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados» (Groucho Marx,1890-1977; actor estadounidense).
- «Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad» (Miguel Delibes, 1920-2010; escritor español). Etc, etc; sin embargo no se puede concebir la organización y el orden social sin la política y sin la presencia de los políticos tal como se entiende actualmente ese concepto: 1. Ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados; 2. Actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país (Oxford Languages), que a su vez se basa en el concepto que tenía Platón sobre la política: ‘el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento‘.
Entonces, lo que debía ser un noble oficio de ocuparse de los asuntos de los ciudadanos del estado o de la sociedad para que reinen la armonía, la felicidad y la prosperidad entre ellos, se ha convertido, en muchas partes del planeta, en unas verdaderas organizaciones mafiosas que menos ocuparse de las personas, se valen de ellas para lograr sus aspiraciones y ambiciones personales; en algunos casos los que alcanzan el poder, hacen la vida imposible a los aspirantes a llegar al poder para no apartarles, a la vez que someten a la población privándole de todos sus derechos fundamentales; es el caso de los dictadores y criminales que tanto hemos denunciado aquí donde la República de Guinea Ecuatorial es el paradigma; ahí, los dos parientes dictadores (Macías Nguema y Obiang Nguema) que han dirigido el país con sus aparatos represores y propagandísticos (PUNT: Partido Único Nacional de los Trabajadores, y el sindicato del crimen organizado, PDGE: Partido Democrático de Guinea Ecuatorial) pasan por el foro los Derechos Humanos y Civiles de la población y tratan a los ciudadanos como si fueran estiércoles despojándoles de cualquier dignidad humana; en otros casos la felonía ocurre en el seno de las mismas formaciones políticas donde el afán de poder, los celos y los egos por la popularidad y la fama de los compañeros, el odio y las viejas rencillas y demás intereses espurios, hacen que los compañeros utilicen artimañas, juegos sucios como los espionajes, escuchas ilegales y hasta envenenamientos…, para eliminarse, desacreditarse, etc, etc, aunque eso suponga hundir el partido del que dicen pertenecer, perjudicar gravemente al gobierno o alejar la posibilidad de ser alternativa de gobierno.
Entre la oposición guineana llueve sobre mojado; ya lo comentamos tropecientas veces, lo hemos denunciado, criticado, afeado; desde antes de la autonomía, los actores políticos que luchaban por la independencia del país tras los asesinatos de Enrique Nvo del IPGE (Idea Popular de Guinea Ecuatorial) en 1959, Acacio Mañe del MONALIGE (Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial), también en 1959, etc, supuestamente a manos de los colonos españoles que no permitían ni toleraban movimientos independentistas en un territorio que decían que les pertenecía; la clase política guineana se ha caracterizado por la deslealtad, la traición, la desconfianza y la falta de seriedad que ha ido creciendo sobre todo tras la independencia de 1968 y la consolidación de regímenes dictatoriales y criminales de los dictadores familiares antes citados. Desde entonces es casi imposible encontrar una sola formación política sólida, consolidada, unida, cohesionada y sin disidencias internas. Entre que el abyecto, criminal y asesino Obiang y su sindicato del crimen organizado atosigan y compras voluntades entre los opositores famélicos, muchos de ellos, lo que crea bicefalias en los partidos; y los que se dejan vender por sus ambiciones y estrecheces fomentando así la traición, los partidos de la oposición están inutilizados, inservibles e increíbles.
En las últimas semanas estamos viendo y asistiendo, atónitos, el bochornoso espectáculo y el harakiri de los que fueron hasta anteayer inseparables; cómo se están matándose y acusándose de espías y traidores a sueldo del régimen de Obiang; Salomón Abeso de la facción de CORED contra José Nve Elò; este contra todos y sobre todo contra Salomón y los audistas Ondo Ekekam y la tal Juliana Esimi, portavoz de la CORED de Salomón; Juliana contra sus mentores Salomón y Filiberto; el verso suelto Genoveva Nchama que anda visgoneando y fiscalizando los demás partidos para descalificar y desacreditar, y nunca presenta, funda o renueva el suyo propio; atacando, ahora, a Salomón. Parece ser que finalmente han descubierto que el tal Salomón Abeso es el actual topo de Obiang entre la oposición exiliada; es el que está desbaratando todas y cada una de las iniciativas de la oposición y ha traicionado a todos los activistas y opositores secuestrados por Obiang; dicen de él, ahora, que nadie sabe a qué se dedica pero vive igual de bien como los gerifaltes de la monarquía de Akoakam porque recibe los fondos de esa para vivir como vive y también para comprar las voluntades y para espiar a la oposición al igual que el actual alcalde de Mongomo, primo del sátrapa, Santiago Eneme (ALANDI), antes Ayudante de campo del primo Obiang, después Ministro de AAEE para luego refugiarse en Valencia, España, y declararse opositor acérrimo del régimen que había servido; finalmente después de esa pantomima, volvió a casa y fue premiado condecorándole como alcalde de su distrito.
En febrero de este año, tras varios meses de supuesta negociación entre todas las formaciones opositoras en el exilio con el fin de unificar la oposición, crear una plataforma o coalición frente a Obiang, se hizo un escrito dirigido al rey Obiang donde se exigía la amnistía general de todos los políticos, legalización de todas formaciones políticas y las elecciones limpias (brindis al sol) y la predisposición a participar en las elecciones de este año; en el momento de firmar el escrito, algunos de los que habían promovido la idea de la unidad, se echaron para atrás; otra vez, la CORED de Salomón y cía., lo que demuestra la imposibilidad cuasi de unidad y entendimiento entre la llamada oposición al régimen criminal de Obiang.
De la situación del PP español, otro desastre; el partido llamado a ser la alternativa del gobierno Frankenstein del Dr. Sánchez, se hace añicos en una semana por la torpeza, la avaricia, la ambición de poder, los egos y los celos y envidia, además de los complejos de su presidencia (Casado y De Egea) frente a uno de los activos más importantes del partido, Isabel Ayuso, Pta.de la Comunidad de Madrid; se han dicho de todo menos lo bonito. Lo mismo pasó con la Dirección del PSOE con el ínclito Pedro Sánchez lo que provocó su salida o expulsión del partido hasta que reconquistó la Secretaría General tras unas primarias; en el Podemos, ídem; en menos de tres años de su fundación, muchos de sus cofundadores tuvieron que abandonar el partido (Monedero, Erejón, Carolina Bescansa…), no sin graves acusaciones y malas praxis; en Convergencia i Unió, lo mismo; dentro de la Convergencia, igual.
Se mire por donde se mire, parece que el arte u oficio de la política, al menos en España y Guinea Ecuatorial, mis dos países de residencia y nacimiento, no es tanto para ocuparse, como creía, de las personas sino para buscar el enriquecimiento rápido personal haciendo trampas y acabar con los adversarios e incómodos; y si en esto consiste hacer política, me niego a entrar a formar parte de este espectáculo de cínicos, soberbios y arribistas. No quiero ser político a lo hispano – guineano.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?