Como nos consta a todos, la libertad, en Guinea Ecuatorial, ha sido siempre una excepción. Lo normal ha sido y es la falta de libertad.
Tal es así que siempre afirmo que la libertad duró en Guinea los mismo que duró el que yo llamo «período de tanteo«. Es decir, del 12 de octubre de 1968 hasta el 5 de marzo de 1969.
Terminada toda la parafernalia de la conferencia constitucional, referéndum, campaña y elecciones, llegó el sorprendente acuerdo de gobernabilidad, en el que no creían ni siquiera los mismos firmantes.
Ndong y Macias de sabían incompatibles. Por lo que, más que colaboradores, eran competidores vigilantes. El uno vigilaba al otro, y viceversa. Ndong mismo lo revelaba, cuando, a las doce de la medía noche de ese día 12 de octubre hace un llamamiento a la calma, para que el Pueblo reciba la independencia en paz y con calma.
Yo estaba situado justo, enfrente de él, mirándole fijamente, y soltó una de sus mejores piezas de oratoria política: » Todo el mundo está a la expectativa, que no pase lo que temen: que de la unión de Ndong y Macías no va a salir nada bueno«.
Al termino de la conferencia constitucional, se publicó una declaración de intenciones, en la que se resumía lo que España quería hacer o iba a hacer para ayudar al nuevo estado que nacía. Era como ir devolviendo algo de lo acumulado, durante décadas, por los sindicatos de café, madera y cacao. Había que reformar la vetusta administración colonial, modernizarla; el programa de vivienda; la sanidad; la educación; las infraestructuras; la seguridad y la defensa.
La espera se inicia el doce de octubre. España sabía que el nuevo estado tenía ministros, pero no ministerios. Guinea no tenia ni un duro, y en lugar de acortar el período de la espera, Carrero lo convierte en periodo de tanteo.
Carrero Blanco pretendía el fracaso de la unión Ndong-Macías, por eso congela la ayuda.
Esto hará que Macías se vaya poniéndose nervioso, hasta que, con el incidente de las banderas, en Bata, se inicia el principio del fin de la paz y la libertad en Guinea. El cinco de marzo ya fue el día del estoque. Y concluye el período de tanteo. Ya nadie oculta sus cartas marcadas.
Lo más grande de esta historia es que, una vez entrados en el oscuro túnel de la historia, un período de casi once años, cuando los jóvenes oficiales del «ejército» deciden librar al Pueblo de la tiranía, van y consagran la continuación de la tiranía, nombrando sucesor al mayor sicario del régimen contra el que se alzan.
Sería bueno que, por coherencia y respeto al Pueblo, estos oficiales, antes de que dejen la cuchara, expliquen al Pueblo una decisión tan funesta.
El día que un Nguema no suceda a otro Nguema, será cuando se le hará justicia al Pueblo guineano; nacerá la democracia y se reanudará el período de libertad, que se interrumpió con la conclusión del «período de tanteo».
Con Macias se combatía a un individuo, con Obiang se combate una dinastía. No lo olviden. Tenerlo presente nos ayudará a ser celosos con nuestra libertad. Siempre que un Nguema suceda a otro Nguema, nuestra libertad estará en un corral vigilado por la zorra.