La empresa SEGESA se hunde por la avaricia de su consejo de administración

La empresa SEGESA es la encargada de producir y distribuir la energía eléctrica a todas las empresas y hogares de Guinea Ecuatorial. Resulta que esta empresa, desde su creación, está en permanente estado de reestructuración con unas fases que no se definen bien, ni por objetivos ni por estructura. Las fases de una estructuración no deben ser contraproducentes, sino complementarias entre sí para conseguir la consolidación de la estructura funcional y mejorar los niveles de gestión de la empresa.

El presidente del Consejo de Administración, siempre fue el ministro de Minas y Energía de turno, hasta el reciente “desguace” de dicho ministerio, cuando el responsable de Energía ha pasado a ser el nuevo presidente del Consejo de Administración. El presidente del Consejo de Administración de turno, al montar su propio plan de reestructuración, se carga, de inmediato, toda la estructura anterior, incluido todo aquello que haya podido funcionar dentro de dicha estructura.

Con la última remodelación del equipo de Gobierno, cuyo Coordinador Administrativo es Francisco Pascual Obama Asué, se ha creado, como se ha dicho, un ministerio de Industria y Energía, con lo cual SEGESA ha pasado a pertenecer a este último como ministerio tutor. En consecuencia, su actual ministro, Eugenio Edu Ndong, es el nuevo presidente del Consejo de Administración de SEGESA, una empresa que, dicho sea de paso, es de participación del Estado.

Obama Asué, en su espectáculo mediático de exhibirse como el que viene a poner todas las cosas en orden, ya visitó la empresa en el mes de julio de este mismo año, asegurando que en SEGESA hay más de 80 personas que están en nómina de la empresa sin trabajar, o en paradero desconocido, cuyo coste en salarios, según afirmó, asciende a unos 25 millones de FCFA cada mes. Obama, sin siquiera averiguar quiénes son esos “chupópteros” que cobran sin trabajar, prometió que reduciría el número de empleados de la firma. Como se sabe, hace mucho que SEGESA se convirtió en el centro de “asilo” de los parientes sin empleo del entorno de los dirigentes del PDGE, viudas de fallecidos del régimen, miembros encubiertos de la llamada “Seguridad”, y jubilados sin pensión de SEGESA o sus viudas.

Siendo Gabriel Mbega Obiang Lima (hijo del Presidente de la República) ministro de Minas, Industria y Energía y, por tanto, Presidente del Consejo de Administración de SEGESA, este ya hizo su reestructuración dividiendo a la empresa en SEGESA COMERCIAL, SEGESA TRANSMISIÓN y SEGESA REGENERACIÓN, y creando otras figuras como SEGESA HOLDING y la GERENCIA GENERAL. Nombró Gerente General a Lucas Nguema Mbulito, hijo del archiconocido Lucas Nguema Esono Nchama, exsecretario general del PDGE y ex ministro de Educación, entre otros. El señor Nguema Mbulito llegaba a la Gerencia de SEGESA de la mano del señor Mbega Obiang Lima tras ser su director de Gabinete en el ministerio de Minas. Durante la referida reestructuración, no se pudieron reducir los gastos de la empresa, sino todo lo contrario: el Holding vino a aumentar el número de empleados, y todos los ejecutivos del Holding, empezando por Nguema Mbulito, se fijaron para sí mismos unos salarios altísimos, por encima de los demás empleados de COMERCIAL, TRANSMISIÓN y GENERACIÓN.

El actual Presidente, Eugenio Edu Ndong, ya fue director general de SEGESA hace unos años, pero no hay antecedentes que le acrediten como buen gestor en su paso por la empresa. Edu Ndong, como todos sus antecesores, ha puesto en marcha su propio plan de reestructuración, eliminando las direcciones sectoriales y de áreas para “reducir nóminas”, con el objetivo de fomentar el ahorro en costes salariales. Sin embargo, parece que Edu Ndong no tiene ni la capacidad ni la voluntad, ni mucho menos la valentía de afrontar este reto, y antes de que sea cesado o se vea obligado a dimitir, ha decidido actuar con rapidez haciendo lo que él mismo y sus antecesores saben hacer, que es enriquecerse por encima de la vergüenza. Mientras que el número de los miembros del Consejo de Administración ha aumentado con la incorporación de familiares, amigos, personal del ministerio de Energía y ejecutivos del antiguo Holding (entre ellos Nguema Mbulito) y con los mismos salarios altos de siempre, los trabajadores de a pie acaban de ver sus salarios recortados en un 50%, sin previo aviso ni explicación a los afectados.

Cuando han decidido acabar con la situación de empleados parásitos o en paradero desconocido, procediendo a una especie de censo de trabajadores, el resultado no ha sido el esperado: han dado de baja a los empleados que estaban de vacaciones, los de permiso, incluido el permiso de maternidad, y enfermos de larga duración… Y para colmo, se ha introducido a gente nueva en la nómina como se ha dicho antes, con el consentimiento del presidente del Consejo de Administración, a pesar de que él mismo firmó una especie de decreto en agosto, mediante el cual prohibía la contratación de nuevo personal en SEGESA.El nuevo Consejo de Administración tiene, como única preocupación, mantener los suculentos salarios de sus miembros y, para no faltar al nepotismo que siempre ha reinado en SEGESA y en el resto del país, colocar a sus hijos, hermanos, primos, esposas y amigos como empleados de SEGESA, pero no se preocupan ni por el resto de trabajadores, ni por el buen funcionamiento de la empresa.

Trabajadores sin seguro social. Como prueba de lo que acabamos de decir, ningún Consejo de Administración ha sido capaz de resolver el eterno problema con INSESO. Resulta que, desde hace muchos años, se viene descontando de la nómina de los trabajadores el dinero correspondiente a la cotización de la Seguridad Social, pero los trabajadores de la empresa no reciben las prestaciones correspondientes, ni asistencia sanitaria, ni ayuda familiar, ni seguro social, ya que el dinero que se les descuenta no va a la caja de INSESO, sino que se desvía para otros fines. Tanto es así, que los trabajadores en edad de jubilación, no pueden dejar la empresa porque no hay quien les pague la pensión de jubilación, de tal forma que la empresa asume su continuidad con tal de seguir manteniéndoles en la nómina pese a que, por su avanzada edad, ya no pueden trabajar.

Por otra parte, la empresa SEGESA no tiene oficinas propias, a excepción de la sede central de Malabo, también en estado de deterioro, y la de Bata. Prefieren alquilar los inmuebles de gente del régimen para albergar las oficinas de la empresa pagando alquileres desorbitados, al tiempo que la mayoría de las empresas proveedoras de SEGESA, son también propiedad de las mismas personas. Estamos ante la fórmula perfecta para hundir a una empresa pública para beneficiar a personas concretas, a las personas de siempre.

Como todo en Guinea Ecuatorial, la avaricia, el nepotismo y el afán de obtener beneficios personales en perjuicio del interés general, es decir, la CORRUPCIÓN, están acabando con SEGESA, una empresa que estaba llamada a ser uno de los motores del desarrollo económico de este país, pero que hoy se ha convertido en algo parecido a la Cueva de Alí Babá.

Fuente: Comunicaciones CPDS

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