En cumplimiento con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y amparado por el Comité de Descolonización de la ONU, el Gobierno español concede la independencia a sus territorios del Golfo de Guinea, Fernando Póo y Río Muni, creando así una república unitaria el 12 de octubre de 1968.
“Decreto 2467/1968, de 9 de octubre, por el que se concede la independencia a Guinea Ecuatorial.
La firme decisión del Gobierno español de ir preparando el territorio de Guinea Ecuatorial para que en el momento adecuado pudiera alcanzar su plena independencia, inició un proceso que, arrancando de la Ley estableciendo el Régimen Autónomo, aprobada por referéndum del pueblo guineano el 15 de diciembre de 1963, culmino en la Ley 49/1968, de 27 de julio, autorizando al Gobierno a completar el proceso constitucional y a conceder la independencia a Guinea Ecuatorial.”
Tres años después de la ceremonia de entrega de poderes del Gobierno español al Presidente electo, Francisco Macías Nguema, el caos en la Administración Central del Estado, la violación sistemática de los derechos humanos y de las leyes por parte de la Autoridad guineana ya era un hecho indiscutible, convirtiendo así la república en una férrea dictadura. Los grupos políticos participantes de la Conferencia Constitucional celebrada en Madrid en julio de 1968, fueron abolidos en menos de dos años, y Macías crea sin dificultades su Partido Único Nacional, PUN, el día 7 de julio de 1970
La oposición política al gobierno en Plaza no había existido con anterioridad, salvo quizá cuando luchaba contra el colonialismo español, por lo que las personalidades políticas contrarias a Macías, algunas colaboradoras en su gobierno de coalición como ministros, embajadores, etc., no supieron reaccionar para reestablecer el orden. Si el enemigo común ya no era el colono en estos primeros años de independencia, ¿quién era el nuevo opresor en los territorios de Fernando Poo y Río Muni?
Los decretos presidenciales de 1971 y de 1972 son muy claros para entender cómo evolucionó la vida política del país escasos tres años después del fin del colonialismo español:
DECRETO núm. 115, de fecha 7 de mayo de 1971, por el que se derogan varios artículos de la Constitución de la República de Guinea Ecuatorial, asumiendo el presidente de la República todos los poderes directos de la Nación.
LEY CONSTITUIONAL, núm. 1/1972, por el que se proclama a su Excelencia don Francisco Macías Nguema como presidente vitalicio de la República de Guinea Ecuatorial y se le otorga otros títulos. Como: “Presidente Vitalicio de la República de Guinea Ecuatorial”, “General Mayor de los Ejércitos nacionales de la República de Guinea Ecuatorial” y “Gran Maestro de Educación, Ciencia y Cultura de la República de Guinea Ecuatorial”.
Macías adquiere esas condecoraciones y títulos por la sabia dirección que ha llevado al país desde su accesión a su plena soberanía nacional el 12 de octubre de 1968.
Los decretos presidenciales de Francisco Macías Nguema dictadas en 1971 y 1972, nos pueden resultar incoherentes, inaceptables y autoritarios, pero no se diferencian de los que redactan hoy los colaboradores de Teodoro Obiang Nguema a través de su Partido Democrático, PDGE, con sus múltiples y sucesivos gobiernos desde 1979 para someter y recolonizar al pueblo guineano, además de sostener a Obiang Nguema en el poder con todos los ensayos y locuras políticas habidas en Guinea Ecuatorial desde la ejecución de Francisco Macías Nguema el 29 de septiembre de 1979.
Varios episodios históricos y políticos ensangrentados, muestran que el entorno de los presidentes de Guinea Ecuatorial, tanto a nivel civil como militar, suscitan muchas dudas. Acaso los colaboradores de Teodoro Obiang Nguema, ¿son de una mentalidad diferente a los que tuvo ayer Macías Nguema?
El resultado de todo este entramado político nguemista y de frustraciones populares, concluye que la República de Guinea Ecuatorial es un Estado fallido que no debió crearse como tal, porque no es soberano ni independiente, ni democrático, y mucho menos social. Simplemente es un cortijo en manos de unos oportunistas sustentados con mercenarios desde el exterior.
De Macías a Obiang nada ha cambiado. Una mirada retrospectiva de la Presidencia de la República con Macías “al frente”, nos puede ilustrar mejor las directrices impartidas por Obiang durante su largo mandato de 38 años. Y del por qué al Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko, MAIB, le resulta preocupante e incierto el destino próximo de esta república fallida. No solo se ha derrochado el aval y potencial económico heredado de la Administración colonial español (cacao, café, madera, pesca, etc.), sino también se ha despilfarrado el reciente aval que generaron los hidrocarburos (gas y petróleo), en explotación desde 1991. Amén de los asesinatos selectivos, persecuciones políticas, detenciones arbitrarias, encarcelamientos, torturas, juicios sumarísimos sin garantías procesales, clientelismo para proteger intereses propios, discriminación étnica, marginación social, paro laboral, deficiencia sanitaria y educativa, corrupción institucionalizada, mortandad materno-infantil, etc.
Los ingresos del Estado destinados a crear bienes y servicios, y estabilidad entre las capas sociales más desfavorecidas, son cuestionables o de procedencia dudosa en cuanto a su origen legal ( el cacao, café, yuca, madera, pesca, etc.), o ilegal (la extorción, prevaricación, tráfico de influencia, drogas, tráfico de armas, tráfico de órganos, piedras preciosas, evasión de capital, blanqueo de dinero, corrupción generalizada, etc.), al no existir en toda Guinea Ecuatorial un registro contable fiable, ni datos estadísticos en cuanto al desarrollo sostenible del sector privado o mixto. Desde el poder y directrices impartidas por Obiang, tampoco se registran otros medios de ingresos seguros que puedan garantizar a la sociedad una estabilidad económica fuera del petróleo. La diversificación y programas para el desarrollo social son nulas.
El pasado 12 de octubre cumplimos 49 años de independencia, y nadie tuvo la alegría de celebrarlo, ni siquiera las instituciones del Estado. Para el colmo de la ironía que roza al insulto, el Gobierno de los Estados Unidos tiene a bien felicitar al Pueblo de Guinea Ecuatorial, y solo al pueblo, porque Guinea Ecuatorial diversifica su economía y abarca el desarrollo de una sociedad libre anclada en las instituciones democráticas. Cómo hemos de entender esta ironía de la primera potencia mundial que presume de instituciones democráticas.
Esta ironía norteamericana ya resumida en lo que hoy es Guinea Ecuatorial, ha motivado a que la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados español, presente el pasado 25 de octubre una Proposición no de Ley (PNL) sobre las relaciones de España con la República de Guinea Ecuatorial. Dicha Comisión, entre otras cosas, pide al Gobierno de España que, “estreche las relaciones con aquel país, que coadyuve a que el mismo avance en el respeto de los derechos humanos, en el progreso de la población, que esto mismo se interese de la Unión Europea como ya se ha hecho en otras ocasiones. Y finalmente, como quiera que España va a formar parte durante el trienio 2018-2020 del Consejo de Naciones Unidas de Derechos Humanos, se interese el Gobierno de España durante ese trienio por la evolución de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial”
Desde la perspectiva política del Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko, MAIB, seguimos teniendo graves dudas sobre el futuro de Guinea Ecuatorial, hasta el extremo de plantearnos la posibilidad de una política económica separada entre la Región Insular (Isla de Bioko) y la Región Continental (Río Muni) y retomar así nuestro estatus de autonomía de las provincias, entre 1964 y 1968, entendiéndose hoy desde el punto de vista de las 3Ds y del PIB de cada región, y como primicia la explotación de los hidrocarburos para impulsar nuestro desarrollo y la estabilidad socio-política en ambas regiones. El proyecto del Estado unitario creado por España, y a través del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas en 1968, ha resultado ser un rotundo fracaso político como Estado, y con una profunda crisis de valores, causando una ruina sin precedentes para la isla de Bioko y su población.
Por todo cuanto antecede, el MAIB ha propuesto en más de una ocasión la reestructuración del actual Estado unitario bajo los principios de las 3Ds; Democracia, Desarrollo y Descentralización. Guinea Ecuatorial como Estado fallido, precisa con urgencia la formación de un gobierno de unidad nacional de transición, sin la presencia del nguemismo, para fijar las bases de un nuevo Estado y retomar así su continuidad como tal en el contexto internacional de las Naciones.
Malabo, 27 de diciembre de 2017
Weja Chicampo Puye,
Coordinador General del MAIB.