Guinea Ecuatorial recibió la independencia de forma prematura.

Guinea Ecuatorial obtuvo su independencia de España el 12 de octubre de 1968. Sin embargo, el país no estaba preparado para asumir las responsabilidades que conllevaba el autogobierno. ¡¡¡Nos precipitamos!!!

España había gobernado el territorio durante más de un siglo y la incipiente elite política no estaba preparada para tomar el control de su propio destino. La falta de preparación fue evidente en varios aspectos, la poca e incipiente clase emergente, que incluía a funcionarios, maestros, empleados, catequistas y suboficiales de la Guardia Colonial, todos ellos auxiliares de la Administración. La nula cultura democrática de la elite intelectual y el pueblo, así como el nivel de educación del pueblo en general fueron los factores determinantes.

La capacidad de un país para autogestionarse es un aspecto vital de su desarrollo y progreso. La autogestión eficaz permite a una nación hacerse cargo de su propio destino, tomar decisiones informadas y resolver sus problemas de forma independiente. Sin embargo, para lograr este nivel de autonomía requiere una comprensión profunda de los distintos factores que influyen en el crecimiento y la estabilidad de un país. Entonces, ¿qué podíamos esperar de catequistas y auxiliares?

Un país necesita comprender sus fortalezas y debilidades económicas, incluidos sus recursos naturales, relaciones comerciales y políticas fiscales. Este conocimiento permite a una nación tomar decisiones informadas sobre su desarrollo económico, gestionar sus recursos de manera eficaz y crear un entorno empresarial favorable. La alfabetización que precedió a la independencia era de un nivel de enseñanza primaria. El grupo aculturado lo formaban mecanógrafos y auxiliares que precisaban tanto la Administración como los negocios privados, incluyendo los empleados de las factorías. Cuando la congregación vaticana abre el seminario de Banapa en 1912, y la Asociación de Religiosas Indígenas instauran el noviciado de las Oblatas de Maria Inmaculada en 1936, la misión principal de la Iglesia es netamente la propagación de la fe. Es así como se fue formando un grupo creciente de catequistas, entre los que sale la elite política de aquel entonces: Acacio Mañe, Enrique Nvo Okenve, Bonifacio Ondo Edu, Atanasio Ndong Miyone, etc. Estos, son los que el país contaba el país para navegar por la compleja economía global, negociar acuerdos comerciales justos y atraer inversión extranjera. Claro, el país necesitaba de personas que disponían de un conocimiento profundo de su sistema político y su estructura de gobernanza. Esto incluye el conocimiento de su constitución, leyes e instituciones, así como el papel de sus ciudadanos en el proceso de toma de decisiones. Necesitábamos de una elite que comprenda sistemas políticos que puedan garantizar la rendición de cuentas, la transparencia y la participación, que son esenciales para la buena gobernanza y el desarrollo sostenible.

Una de las principales razones por las que Guinea Ecuatorial no estaba preparada para la independencia fue la ausencia de un liderazgo político fuerte. El país no tenía experiencia en autogobierno y los políticos locales no estaban preparados para gestionar las complejidades de dirigir una nación. El régimen colonial hizo todo lo posible para incluir en su intensa política de españolización franquista la moral católica. Esto dio lugar a la formación de cuadros nativos que simplemente se subordinaba a los colonizadores.

Los españoles habían suprimido cualquier forma de disidencia política y, como resultado, había una falta de madurez política entre la población local. El primer presidente, Francisco Macías Nguema, fue un ejemplo de ello. Era ex alcalde de un pueblo pequeño y no tenía experiencia en política nacional. Su régimen estuvo marcado por el autoritarismo, el nepotismo y la corrupción, lo que exacerbó aún más los problemas del país. El sistema político en la metrópoli , las luchas ideológicas entre la misma clase política española de aquel entonces y los constantes enfrentamientos entre los ministros Castilla y Carrero Blanco, contribuyeron enormemente al fracaso de la Guinea independiente.

La economía de Guinea Ecuatorial tampoco estaba preparada para la independencia. Cuando llega el primer gobernador español en la isla de Santa Isabel en 1858, la ciudad contaba ya con un importante número de Fernandinos o criollos bien acomodados. Sin embargo, con el paso del tiempo, el cacao y el comercio fueron quedando cada vez más en manos de grandes empresas españolas, y así los criollos iban perdiendo su peso económico paulatinamente. Y esto hizo que el país dependiese en gran medida de España para obtener ayuda económica y la economía local no estaba diversificada. Los españoles habían explotado los recursos naturales del país, el gas y la madera, sin invertir en la economía local. Como resultado, el país carecía de la infraestructura necesaria para respaldar el crecimiento económico. La falta de preparación económica significó que el país no pudo sostenerse después de la independencia, lo que provocó una pobreza y un desempleo generalizados.

La infraestructura de Guinea Ecuatorial tampoco estaba preparada para la independencia. La red de transporte del país estaba subdesarrollada y las carreteras, puertos y aeropuertos no podían soportar el crecimiento económico. Los españoles no habían invertido en la infraestructura del país y, como resultado, el país no pudo conectarse con el resto del mundo. La falta de infraestructura también significó que el país no pudiera proporcionar servicios básicos como electricidad, agua y saneamiento a sus ciudadanos.

Además de estos desafíos, Guinea Ecuatorial también enfrentó una fuga de cerebros después de la independencia. Muchas de las mejores mentes del país habían abandonado el país para estudiar en el extranjero y no regresaron después de la independencia. Esto significó que el país no pudo aprovechar las habilidades y la experiencia de sus propios ciudadanos, lo que exacerbó aún más los problemas del país. La fuga de cerebros también significó que el país no pudo desarrollar su propia capacidad para resolver sus problemas y tuvo que depender de expertos extranjeros para brindar soluciones.

En conclusión, Guinea Ecuatorial no estaba preparada para la independencia en 1968. El país carecía del liderazgo político, la preparación económica, la educación, y los recursos humanos necesarios para asumir las responsabilidades del autogobierno. Los problemas del país se vieron exacerbados aún más por la fuga de cerebros y la falta de inversión en sectores clave como la educación, la sanidad y la economía.


Minang Esenvus, 26 Junio 2024
Constantino Chernenko Nguema Mansogo

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