El patio de mi casa

 

Por Zanghadji Maêt Salet

Tierra de hombres rudos, bastardos y crueles; vasallos apéndices de un dios menor, que sostiene dardos y mofas, cavando trincheras en la espalda del tiempo; en una lucha de hombres titanes por pisar al siguiente: apretando dientes, tragando silencios y escupiendo conjuros, rayos por espadas y pócimas evaporantes. Mientras, suena la trompeta; y cae el siguiente.

«¡Fuera de combate!» – grita el Presidente-

Necios en celo, aquí huele a muerte;

Subo al despacho, es bastante comfortable.

Suena la trompeta, la selva llama a la guerra; pero hay un sabio en mi pueblo que grita diciendo:

«¡Aquí no hay hombres con un par de huevos!»

Entonces, le ordena la alcaldesa de mi pueblo:

«¡Talad árboles por doquier!».

Y un gran «Caballo blanco» le relincha:

«¡Señoría, aquí mando yo!»

Cesa la trifulca y se reanudan los combates;

los titanes, a gramos de conjuros por barba, pujan cielos por galones escupiendo pócimas; y cae el siguiente; y también el siguiente.

Los fuertes, son fuertes; bien fuertes y muy fuertes; eso no se acaba, hay mucho bosque por talar; pues que aquí, todos quieren trepar; y quedan aún mucha cabezas por pisar; aunque el más tonto del pueblo, dijo en la plaza mayor:

«¡No me pises, que llevo chanclas!».

El silencio de su voz, sonó por todo el hemiciclo; pero, la única voz autorizada, dijo para todos:

«¡Que empiece la fiesta!»

Guerreros y paisanos, se incharon a beber; porque, entre las nubes de estrellas fugaces, el que paga manda.

Y, en esto que llega el telegrama de Annobón:

«¡Caído el siguiente. Stop.!»

Y un millonario del Club, mira hacia el lado contrario, sin sospechar que le está observando el viento que arrecia:

«El patio de mi casa, es particular; cuando llueve se moja, como los demás;…»

Tan alta sonaba la música, que el siguiente no escuchó que debía agacharse; y cayó el siguiente.

Tumbas, nichos, burdeles y glorias;

Despachos, hechizos, conjuros y pócimas;

Esto es el patio de mi casa:

Lucha de titanes, hombres de negocios; duendes poderosos y ausencia de mi pueblo.

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