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El Estado que no educa, ahora también prohíbe celebrar

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Una denuncia anónima atribuida a un joven analista de laboratorio con formación en España circula desde hace horas en redes sociales, levantando una indignación silenciosa y preocupación. El mensaje, dirigido directamente al vicepresidente de su padre, pone al descubierto una presunta trama criminal dentro del sistema sanitario guineoecuatoriano: la falsificación deliberada de diagnósticos de VIH con el objetivo de lucrarse mediante la venta clandestina de medicamentos antirretrovirales (ARV).
“Excelencia, no es solo corrupción. No es solo una violación médica. Es un crimen contra la vida, la dignidad y los derechos de la gente”, se lee en el mensaje.
Según el testimonio, que el remitente asegura haber enviado con pleno conocimiento del riesgo que supone para su empleo y seguridad personal, cerca del 90% de los resultados de laboratorio sobre VIH estarían siendo manipulados intencionadamente. El mecanismo descrito es escalofriante: se emiten falsos diagnósticos positivos, se convence a los pacientes de evitar el sistema público para mantener el anonimato y se les ofrece la posibilidad de adquirir los medicamentos por la vía privada.
“Una vez obtenidos esos ARV, llamamos a los afectados, vienen y pagan burradas de dinero en efectivo sin estar infectados”, revela el denunciante.
La corrupción médica denunciada no solo tiene consecuencias económicas para los ciudadanos, sino también efectos devastadores en su salud física y mental. Personas sanas estarían consumiendo medicamentos potentes sin necesidad alguna, lo que conlleva riesgos tóxicos, efectos secundarios graves, ansiedad, depresión y aislamiento social. En palabras del remitente, “eso es lo que realmente los mata a muchos”.
Aún más grave, el mensaje sostiene que la manipulación sistemática de diagnósticos ha creado una desconfianza generalizada hacia cualquier análisis médico. Muchos ciudadanos, según el testimonio, evitarían realizarse pruebas por miedo a ser falsamente diagnosticados con VIH.
La denuncia surge días después de que Teddy hiciera una publicación alarmante sobre el alto número de contagios de VIH en el país, sin ofrecer detalles técnicos ni medidas claras para afrontarlo. La revelación de esta supuesta red de corrupción sanitaria da un giro oscuro al debate, que pone en evidencia el fracaso institucional en garantizar un sistema de salud digno y libre de mafias internas.
Hasta el momento, no se ha producido ningún pronunciamiento oficial por parte de las autoridad competentes, el Ministerio de Sanidad o el propio tuitero mayor sobre esta grave acusación. Tampoco se conocen investigaciones en curso ni acciones administrativas para esclarecer los hechos.
Si se confirmara la veracidad de esta denuncia, estaríamos ante uno de los escándalos más escabrosos del sector sanitario guineoecuatoriano, donde la vida de los ciudadanos se ve manipulada por una lógica criminal disfrazada de bata blanca.
En un país donde la represión alienta el silencio, el mensaje de este joven podría convertirse en el primer grito de muchos.
El ministerio de sanidad de Guinea quien realmente lo dirige es la primera dama. Ella es la culpable de todo