Dicen que el poder corrompe, y cuando es absoluto corrompe absolutamente. Se esté de acuerdo o no con esta aseveración, lo que es evidente es que el poder en Guinea Ecuatorial está absolutamente corrompido. La corrupción es nuestra forma de gobierno. Es la razón de ser de nuestra administración pública. El motor que hace funcionar a nuestras disfuncionales instituciones. Es, seguramente, lo único que ha mejorado en los casi cuarenta años de obianguemismo. En Guinea cada vez se corrompe más. Cada vez se corrompe mejor… Y este artículo va de eso: de corruptos y de corruptores.
Hace unas semanas, la Radio Macuto descubrió, casi sin pretenderlo, un hecho que revela el grado de maldad, de traición y de ignorancia que tienen quienes hoy dirigen el país. Sucede que estábamos –los colaboradores de Radio Macuto– investigando sobre casos de corrupción en torno a los Permisos de Residencia Permanente otorgados por el Estado guineano a través de su administración. En ello andábamos cuando cayó en nuestras manos un documento que pone de manifiesto que nuestro actual sistema político-administrativo es un disparate. Resulta que una señora con pasaporte colombiano y que responde al nombre de Yennis Ma BERTEL MORA, es, desde julio de 2012, quien asesora a nuestro Ministerio de Hacienda y Presupuestos. Hasta aquí todo normal, pues es bastante normal que tanto entidades privadas como gubernamentales requieran los servicios de asesores externos para su mejor funcionamiento. Este asesoramiento suele consistir generalmente en cursos de formación de personal, asistencia técnica, logística y cosas así. Lo que no es tan normal es que se otorgue a un extranjero –en este caso una extranjera– datos y poder de decisión sobre el funcionamiento de un país. Según estos documentos, la señora antes mencionada tendrá, en Guinea Ecuatorial, voz y voto sobre cómo manejar los Presupuestos Generales, Tribunales de Cuentas, Gasto Público, Bases de Datos, Cuentas del estado en BEAC y en el exterior, etc. Toda esa información, todos esos datos, todo ese material pasará por las manos de la ciudadana colombiana a cambio de unas más que generosas condiciones contractuales: Un sueldo, libre de impuestos, de 10.000€/mes (6,6 millones de FCfa.); una vivienda facilitada por el Ministerio de Hacienda, con los gastos de agua, electricidad y vigilancia cubiertos; vacaciones pagadas; permiso de residencia y visado de múltiples entradas; vehículo y teléfono de trabajo… y alguna cosas más. Sólo nos faltó conseguirle –pues hacienda somos todos– unos hijos, un marido, algún amante y la lencería.
De todo esto se deduce que en el año 2012, más de veinte años después del inicio de la explotación del petróleo del que ha malvivido la población guineana, y del que se han lucrado tanto y tantos, no había todavía guineanos con capacidad para asesorar o tomar decisiones en lo relativo a la economía del país. Los cuadros profesionales de los que presume el señor Obiang en sus discursos cuando hace recuento de sus éxitos al frente del país no parecen estar capacitados para asumir este tipo de responsabilidades.
Hemos empezado esta publicación hablando de corrupción. Pero si la corrupción es una consecuencia de la perversión moral de las personas y las sociedades, creemos, sin embargo, que sólo la corrupción no explica tan deleznable comportamiento. Nuestra clase dirigente, antes que corrupta, es amoral, indecente, mediocre, incapaz, estúpida, supinamente ignorante y profundamente inculta. Por lo tanto, la corrupción no es sino una consecuencia lógica de todo lo anterior. Poner en manos de un extranjero datos tan sensibles no sólo es una muestra de estupidez, también es una muestra de traición. Es vender un país. Entregar su soberanía. Que lo hayan hecho con una señora de apariencia inofensiva y de aparentes buenas intenciones, demuestra que bien pueden hacerlo ante cualquiera que les ofrezca un exilio bien pagado llegado el momento. Esa es la forma de actuar de quienes predican su patriotismo en sus discursos, a la vez que tachan de poco patriotas a quienes se muestran en contra de su régimen. Conociendo como conocemos a los gerifaltes del régimen, en esta redacción no nos cabe la menor duda de que la asignación del contrato a la señora Bertel Mora no es más que otra corrupta artimaña tras la que se esconde la intención de falsear presupuestos y documentos por un lado, mientras por el otro se llevan –ministros, directores, secretarios, etc– dinero público de las arcas del estado para goce y disfrute personal.
Así están las cosas. Y así es como se las contamos.
Una ciudadana extranjera sí tiene voz y voto sobre los presupuestos de Guinea Ecuatorial. mientras que nuestras cámaras (Parlamento y Senado) no tienen ni idea, como lo acaba de denunciar el célebre politico antidictatorial, D. Plácido Micó Abogo. Seguramente,Obiang Nguema será lasificado como el peor expresidente de este país de hoy a 50 años. La Historia le juzgará a Obiang con su gentuza criminal en el gobierno.