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Cameruneses deportados, la Guinea de los Obiang cada vez más se parece a la Alemania Nazi.

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Por José Eugenio Nsue

No sé podía empezar las presentes reflexiones sin tener presente la partida a la Casa del Padre de Su Santidad el Papa Francisco este lunes de Pascua. El Papa Francisco ha sido un hombre bueno, humilde y sencillo que, a pesar de su edad, tuvo un espíritu joven, moderno, reformista y dispuesto a innovar la Iglesia encontrando la férrea oposición de buena parte de la Curia romana; defensor de los niños, marginados, trabajadores (obreros); luchador incansable contra las injusticias, la pederastia en la iglesia y sus privilegios. Amante de la paz y el perdón; nunca se cansó de repetir que el Dios de Jesús perdona todo, todo y TODO: «¿quién soy yo para juzgar ni condenar?» Ha ido con la tristeza de no acabar con las guerras absurdas, la intolerancia, el hambre y la pobreza causadas por las injusticias, la avaricia, la indiferencia y el egoísmo del Primer mundo y los poderosos. Descanse en paz.

Hablar de Guinea Ecuatorial cada vez cuesta porque es un «Estado» que no se encaja con ningún otro en todo el mundo, es incompatible, incomparable, deforme, ingobernable, desordenado; un «Estado» sin ley, sin normas y sin reglas; esas las imponen la familia que se cree su dueña, los Obiang; solo así se explica las medidas y decisiones arbitrarias que toman las autoridades cada vez más estrambóticas, absurdas y descabelladas, no corresponden ni obedecen a ninguna legislativa vigente ni respetan si quiera los Tratados y Convenios Internacionales suscritos y firmados por su Gobierno.

Esta semana se ha vuelto a vivir otro escenario deprimente y vergonzoso de la deportación de los vecinos cameruneses en la frontera de Kye Ossi sin haber cometido delito ninguno, sin mandamiento judicial y sin una razón o explicación oficial, de repente se lleva a cabo una batida, cacería contra los cameruneses, no a todos los cameruneses ni a todos los extranjeros residentes en el territorio nacional, sólo a los residentes en los distritos de Micomiseng y Ebebiyín, muchos de ellos con arraigo de más de 10 años, casados con hijos, negocios, trabajos y casas propias, pero da igual; alguien de la superioridad, seguramente el Putin nacional, el Mandamás Nguema Obiang, Tontorín, asesorado por su tío Ministro y la Madre la Primera en todo, se le ha ocurrido o se le han dicho que ahora toca los cameruneses de la Provincia de Kie Ntem ser expulsados por el Comunicado del Consulado de Ebolowa y la orden de retenes por toda la Provincia, ha ordenado a sus pitbulls de la zona batear la zona y cazar a los cameruneses, llenar las furgonetas y tirarlos como basura en la frontera bajo las miradas incrédulas de los vecinos que viven en la zona e inexplicables de las autoridades fronterizas de Camerún a pesar de los balbuceos del jefe de expedición nguemista intentando explicar lo inexplicable y los lamentos de los deportados de no haberles permitido recoger sus pertenencias que tanto esfuerzo les ha supuesto y el tiempo dedicado.

¿Por qué solo deportan esta vez a los cameruneses residentes de Micomiseng y Ebebiyín y no a los de las otras provincias? ¿Qué habrán hecho esos para que la orden de expulsión sea solo para los de esa región? ¿Cómo se puede explicar que el Gobierno puede aplicar parcialmente una norma, si es que como quiso decir el jefe de expedición de los deportados: «en Guinea, no se puede residir ilegalmente ni con los pasaportes biométricos después de 90 días de entrada», sólo para algunos y deja a los otros, si es que es ilegal que un ciudadano miembro los países de la CEMAC decida residir o circular voluntaria y libremente en alguno? Si eso no es la arbitrariedad, el despotismo y ña discriminación, ¿qué es? ¿Por qué se ensañan casi siempre y habitualmente contra los cameruneses?

No hace mucho, antes de la invasión, arresto, desalojo y destrucción de la sede de C.I., en Malabo, se llevaron a cabo otra macro redada contra los inmigrantes de la subregión del África Central en Malabo y Bata fundamentalmente; por las navidades volvieron a la caza de lis inmigrantes indiscriminadamente en las principales ciudades del país, entonces cogieron y deportaron no sólo a los cameruneses, también a los chadianos, malienses, centroafricanos y los acusaron entonces de estar organizando actos terroristas para desestabilizar el Gobierno, fueron deportados de la misma manera sin permitirles llevar nada.

Cazan a los inmigrantes, hermanos y vecinos nuestros en un país como el nuestro que sobrevive, subsiste gracias precisamente a los países vecinos donde hemos tenido que emigrar para buscar las oportunidades que nunca tuvimos desde que accedimos a la independencia en 1968. Con la primera dictadura de Macías Nguema Biyogo miles de guineoecuatorianos tuvieron que emigrar a Gabón, Camerún, Nigeria y los que tuvieron más suerte emigraron a Europa concretamente en España para buscar las oportunidades que no había en el país, a parte de salvar sus propias vidas ya que como consta en los anales de la historia y tragedia en Guinea, a pocos meses después de llegar al poder, se llevó a cabo en el país una persecución brutal, torturas y asesinatos masivos a los opositores, funcionarios, intelectuales, así como los familiares de esos sumiendo el país en una miseria sin precedentes y una dictadura bestial, situación que no cambió con el golpe de Estado del sobrino, Teodoro OBIANG NGUEMA, mano ejecutora y lugarteniente de su tío sanguinario, además fue su Ministro de defensa y máximo responsable en Malabo, capital de la nación.

En 1979, los guineoecuatorianos tuvimos que escoger de nuevo el exilio muy a nuestro pesar porque si la etapa de la primera dictadura fue terrible, la segunda dictadura está siendo cruel, brutal, más sanguinaria y criminal. En las dos dictaduras, la única posibilidad que teníamos los guineanos huérfanos de parientes pudientes, familiares de los Obiang y los mandamases del régimen o de Mongomo, era emigrar para poder trabajar, estudiar o curarse para así hacer realidad los sueños y mandar remesas a las familias. Así muchos, muchísimos guineanos han podido formar familias, acabar sus estudios, construir, escolarizar a sus hijos, casarlos y mandar tratar a sus progenitores y familiares en el extranjero.

Cuando vemos cómo los actuales dirigentes maltratan a los vecinos como nos maltrataron en Gabón por ejemplo o como nos exigían la documentación en España y expulsaban a los y las que además, habían cometido algún delito o falta grave, se nos ponen los pelos de punta y nos damos cuenta de que cada vez este país lejos de enderezar el rumbo, optar por la senda de la humanidad, solidaridad y cooperación subregional, a pesar de llenarse la boca con el panafricanismo de pacotilla, asistir a los funerales del Papa defensor de los inmigrantes, los pobres, excluidos y abandonados, o regalar los dineros del Estado a Palestina, Egipto o allá donde quiere que se les vea, lo están llevando al radicalismo a lo Donald Trump, Orban o Meloni.

Las limpiezas étnicas, el racismo o la xenofobia suelen empezar con las expulsiones masivas primero a los inmigrantes, los que no nacieron donde nacimos, después a los que no piensan como nosotros ni tienen mismas creencias, cultura, tradición para acabar con los que nos caen gordos o hacen uso de su libertad de expresión y advierten a la población y al mundo del peligro de los fanáticos, déspotas, absolutistas u oligarcas como los Obiang. Los ejemplos más recientes los tenemos en Alemania con los nazis, en Burundi y Ruanda con los tutsi y hutus o en Yugoslavia entre los serbios, bosnios y croatas.

En el caso de Guinea Ecuatorial, es una misma familia, los Obiang, que expulsa a inmigrantes, encarcela, tortura, secuestra y asesina a sus adversarios y activistas, separa y discrimina a las etnias y otras regiones, a pesar de asistir a misas dominicales y funerales papales. En ellos no hay humanismo.

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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