El traje no tapa la vergüenza (ni detiene las inundaciones)

En la madrugada de hoy, mientras en la ciudad de Bata los vecinos sacaban cubos y baldes para achicar agua de sus casas inundadas, el Primer Mariachi de la República de Guinea Ecuatorial, Manuel Osa Nsue Nsua, firmaba con gran solemnidad una orden para imponer el uso obligatorio del traje formal en la Administración General del Estado.

Sí, leyó bien. No se trata de un plan de evacuación, ni de mejoras en el sistema de alcantarillado, ni de una estrategia para evitar que con cada llovizna Bata se convierta en una Venecia sin glamour. No. La máxima prioridad del Gobierno es que sus funcionarios lleven camisa de manga larga y corbata. Porque al parecer, si todo se va al garete, que al menos sea con estilo europeo.

Las lluvias comenzaron alrededor de la 1 de la madrugada y duraron varias horas. Calles anegadas, barrios enteros atrapados en el agua, techos colapsados. En algunos sectores, de haber llovido con más intensidad, habría sido necesario sacar cayucos para rescatar a familias enteras. Pero claro, eso no está en la agenda del Ejecutivo. Lo que sí está, es que las funcionarias usen vestido largo o pantalón formal. Prioridades de Estado, versión tropical.

La nueva “orden de vestimenta” es una joya de hipocresía institucional. Se exige “decoro”, “presentación” y “uniformidad” en un aparato administrativo dominado por familiares, amantes y conocidos, muchos de los cuales ni siquiera se presentan a trabajar. Pero eso sí, cuando lo hacen, que sea bien planchados.

¿Y qué hay de los barrios enchabolados, sin drenaje, sin aceras, sin urbanismo alguno? ¿Dónde está la imagen del país cuando la gente vive rodeada de aguas negras, techos de lata y barro hasta las rodillas? Nada de eso merece un decreto. No es urgente. Lo urgente es el traje.

La orden, firmada con sello rojo y aires de grandeza por el mismísimo Primer Ministro, amenaza con sanciones a quien no respete el “dress code”. Lo curioso es que no se aplican sanciones a quienes desvían fondos públicos, ni a los que abandonan sus funciones, ni a los que prometen escuelas que nunca se construyen.

Esto no es una política de orden; es un chiste de mal gusto. Una cortina de humo con cuello y corbata para ocultar la podredumbre institucional. El Gobierno quiere lavarse la cara… pero no los pies, ni las calles, ni los barrios. Solo la cara, y si es con perfume de imitación barata, mejor.

El mensaje es claro: en Guinea Ecuatorial no importa si sabes trabajar, si robas fondos públicos o si pisoteas derechos humanos. Lo importante es que lo hagas bien vestido. Con traje. Con estilo. Y con absoluta impunidad.

Radio Macuto, aunque no llevemos corbata, seguirá informando…