Una farsa que refleja la mediocridad de la FEGUIFUT

Hoy lunes 4 de noviembre, la Federación Ecuatoguineana de Fútbol (FEGUIFUT) anunció con entusiasmo la “LIFGE” (Liga de Fútbol de Guinea Ecuatorial) como la nueva denominación oficial de sus competiciones. Sin embargo, lo que debía ser un paso hacia la consolidación de la identidad del fútbol ecuatoguineano ha resultado ser una desilusión. El diseño del nuevo logo de LIFGE es, a todas luces, un plagio descarado del emblema de la Liga de Fútbol de Paraguay, evidenciando la falta de creatividad, profesionalismo y respeto por la identidad nacional de parte de la FEGUIFUT.

Un plagio descarado como reflejo de la mediocridad
El logo de la LIFGE es una copia cuasi exacta del logo paraguayo, con apenas leves modificaciones que ni siquiera logran disimular el “copia y pega”. Este acto no solo es una falta de respeto al fútbol paraguayo, sino, lo que es peor, al propio fútbol guineano y a sus aficionados.

¿Qué dice este plagio sobre la calidad de la gestión de la FEGUIFUT? Es una muestra clara de una institución carente de visión, liderada por directivos que, en lugar de trabajar en una identidad auténtica y significativa para el deporte nacional, prefieren tomar atajos baratos y mediocres.

La creación de un logo propio debería haber sido una oportunidad para reflejar los valores, la cultura y la pasión de Guinea Ecuatorial por el fútbol. Sin embargo, en lugar de eso, la FEGUIFUT optó por un logo reciclado, evidenciando una falta de originalidad y seriedad que resulta insultante para todos aquellos que desean ver progresar el fútbol en nuestro país.

Directivos sin visión y sin vergüenza
El plagio del logo es solo el síntoma de un problema más profundo: la mediocridad que impera en la dirección de la FEGUIFUT, encabezada por figuras como el secretario general Juan Antonio Nguema Meñe. Su incapacidad para gestionar una federación de manera profesional y ética ha quedado una vez más en evidencia. En lugar de construir una liga y una federación dignas de respeto, estos directivos parecen más interesados en adoptar estrategias de «copia y pega», una actitud que retrata el desdén y la falta de compromiso que tienen hacia el fútbol nacional.

En lugar de centrarse en el desarrollo de talento local, en la mejora de las infraestructuras deportivas, o en la capacitación de entrenadores, la federación se ha conformado con este vergonzoso logo copiado, dejando claro que no tienen ni la capacidad ni el interés para liderar un proyecto serio. Nguema Meñe y sus colegas directivos no están enfocados en mejorar las competiciones ni en elevar la calidad del fútbol en el país; más bien, su gestión está marcada por la falta de ideas y la búsqueda de soluciones superficiales que solo consiguen desprestigiar aún más a la FEGUIFUT.

¿Una nueva identidad o un simple espejismo?
La presentación de la LIFGE como “nueva identidad” del fútbol ecuatoguineano es un espejismo. Cambiar el nombre y pegar un logo ajeno no representan una transformación real ni un avance; son simplemente gestos vacíos que buscan dar una falsa sensación de renovación. Las deficiencias fundamentales persisten: no hay una estructura sólida, no hay inversión en categorías inferiores, ni un verdadero compromiso con el desarrollo del fútbol guineoecuatoriano.

Esto no es más que una fachada, un intento de aparentar modernización cuando, en realidad, no hay ningún esfuerzo genuino por dignificar el deporte ni por atender las necesidades reales del fútbol en el país.

Una vergonzosa exhibición de mediocridad
El estreno de LIFGE no es un avance, es un insulto. El logo copiado no solo es una falta de respeto, sino una vergonzosa muestra de la incompetencia de los directivos de la FEGUIFUT, encabezados por alguien que no parece apto para nada más que para «copiar y pegar». ¿Este plagio es lo mejor que pueden ofrecer? ¿Una imitación desvergonzada de la Liga de Paraguay? Esto no es innovación ni creatividad; es la prueba irrefutable de que la FEGUIFUT está gestionada por personas sin visión, sin compromiso y sin la más mínima idea de lo que significa trabajar por el fútbol nacional.

Mientras figuras tan ineptas como Juan Antonio Nguema Meñana sigan ocupando puestos clave, el fútbol ecuatoguineano no será más que una triste parodia, un deporte dirigido por personas que parecen incapaces de sentir siquiera un ápice de vergüenza. Hasta que esta federación esté en manos de verdaderos líderes, cada paso que den estos directivos seguirá hundiendo más la imagen de nuestro fútbol, convirtiéndolo en un espectáculo lamentable en lugar de un motivo de orgullo.

Que no se engañen: la afición no es ciega, y los guineanos no son tontos. Saben reconocer una estafa cuando la ven, y este «nuevo logo» no es más que otro intento barato y mediocre de aparentar algo que no son ni serán mientras sigan tomando atajos. El fútbol de Guinea Ecuatorial merece respeto, autenticidad y un liderazgo digno, no esta vergonzosa exhibición de mediocridad.

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