La reciente oferta de ayuda de Guinea Ecuatorial a España tras los desastres causados por la DANA ha generado un aluvión de críticas, no solo en redes sociales, sino también entre los mismos guineoecuatorianos, quienes ven en este gesto una desconexión absoluta con las necesidades urgentes de su propio país. A pesar de ser una nación rica en recursos naturales, Guinea Ecuatorial atraviesa graves carencias en servicios básicos, alimentación y vivienda para su población. La aparente generosidad del vicepresidente de su padre, parece más un intento de proyectar una imagen internacional que una verdadera muestra de solidaridad, ya que la ayuda parece llegar siempre a los de fuera mientras el propio pueblo sigue desatendido y olvidado.
“El dinero podría ser más útil en su país”
La polémica explotó cuando un usuario español en X( antiguo Twitter), «Repartidor de propinas«, agradeció el gesto de Guinea Ecuatorial pero señaló con dureza que ese millón de euros podría ser de mayor utilidad en el propio país africano, dada su situación de necesidad extrema. Este comentario refleja el sentir de muchos guineanos que ven cómo su gobierno parece más interesado en ganar prestigio internacional que en atender las urgencias locales. En un país como Guinea Ecuatorial, afectado por problemas estructurales de pobreza y falta de servicios, ese millón podría cambiar vidas; en España, solo sería una gota en el océano de la reconstrucción que requiere miles de millones de euros.
“Como español, les agradezco el gesto, pero siendo sincero, creo que ese dinero puede ser más útil en su país que en el nuestro. Reconstruir todo lo perdido mínimo serán 3000 Mill€. Un millón puede marcar una gran diferencia en Guinea; lamentablemente, aquí no.”
Un país desatendido
La indignación pública se intensifica al recordar las condiciones actuales de Guinea Ecuatorial, donde los problemas no solo son persistentes, sino que parecen ignorarse a nivel gubernamental. En los últimos días, el país enfrenta una crisis de abastecimiento de alimentos esenciales, como el arroz, en los grandes almacenes. Mientras el gobierno ofrece ayuda al extranjero, miles de guineanos luchan por acceder a lo más básico. La falta de alimentos no es el único problema: la infraestructura en sectores como la salud, educación y servicios públicos sigue siendo deficiente, lo que incrementa la vulnerabilidad de la población.
Además, Guinea Ecuatorial ha sido escenario de tragedias recientes, como la catástrofe de Timbabe, donde la explosión de un camión cisterna de la empresa estatal GEPETROL causó múltiples muertes y dejó a muchas familias afectadas. Sin embargo, a diferencia de la rápida oferta de ayuda a España, el gobierno no ha brindado siquiera un funeral digno para las víctimas ni ha ofrecido compensaciones a sus familias. Este abandono, mientras se prioriza el donativo a España, es un recordatorio cruel de las prioridades erróneas de sus malos gobernantes.
El ejemplo de Calle La Ronda
El abandono estatal también se evidencia en otro caso emblemático: el incendio en la Calle La Ronda de Malabo. Hace más de dos años, el presidente Teodoro Obiang Nguema prometió ante las cámaras de la televisión construir viviendas para las familias que perdieron todo en el siniestro. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, los afectados siguen esperando en vano. Ni una sola piedra se ha colocado desde aquella promesa pública, y el pasado 28 de octubre, el vicepresidente volvió a prometer soluciones sin resultados concretos.
Para muchas familias de Malabo, el tiempo solo ha confirmado que las palabras de los dirigentes rara vez se traducen en acciones. Este episodio de promesas incumplidas refleja la desconexión entre las autoridades y la realidad de sus ciudadanos, mientras los recursos del país se destinan a objetivos que parecen diseñados para obtener reconocimiento en el extranjero más que para mejorar la vida de la gente.
¿Qué se quiere demostrar ayudando a España?
La pregunta clave que surge es inevitable: ¿qué pretende demostrar el gobierno de Guinea Ecuatorial al donar un millón de euros a una potencia europea mientras descuida a su propio pueblo? En un país que carece de lo más básico, esta ayuda externa resulta no solo paradójica, sino insensible. Para muchos, el gesto de ayuda a España es un intento de ganar prestigio en la escena internacional, un modo de proyectar una imagen de país generoso mientras se ignora sistemáticamente a los ciudadanos que, en realidad, dependen de esos fondos.
Esta ayuda externa parece una fachada, un acto que busca reconocimiento antes que resultados reales. Al ofrecer un donativo simbólico a un país mucho más desarrollado, el gobierno de Guinea Ecuatorial pone en evidencia una política de prioridades que no contempla las necesidades de su propio pueblo, mientras se concentra en causar buena impresión en el exterior.
Conclusión
En un mundo donde la solidaridad internacional es importante, esta debe comenzar en casa. Guinea Ecuatorial enfrenta desafíos internos que deberían priorizarse antes de intentar ganar reconocimiento externo. La ayuda a España, aunque pueda ser bien intencionada, expone la ironía de un gobierno que proyecta una imagen de generosidad mientras abandona a sus ciudadanos a una vida de privaciones y promesas vacías.
Nguema Obiang es un verdadero mongólico.
Esto es brujería 😖😖😖😖😖😖 ósea ni siquiera han anunciado ayuda alguna al incendio que acaba de ocurrir en Guinea.