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¿Jubilarse o no? El incierto futuro de las pensiones en Guinea Ecuatorial

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El Sistema de Pensiones del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSESO) de Guinea Ecuatorial enfrenta una amenaza estructural sin precedentes. Así lo plantea Perry N. Oyono Avomo en una reflexión publicada en su perfil de Facebook, donde cuestiona la sostenibilidad del sistema y la capacidad del Estado para garantizar pensiones dignas a quienes están a punto de retirarse.

Su análisis se centra especialmente en generaciones clave: los nacidos entre 1968 y 1978 (los niños de la independencia), la generación “Etofili” y la conocida como “Epang Obiang”, marcada por el ideal de construir una Guinea mejor. Muchos de estos ciudadanos iniciaron su vida laboral en la década de los 90, justo cuando el país comenzó a producir petróleo a escala industrial.

En 1995, el inicio de la era petrolera fue calificado por algunos como un “milagro económico”. La edad media de los guineanos que comenzaron a trabajar en el sector era de 25 años, con un salario mensual de aproximadamente 700 mil FCFA (unos 1.000 dólares de la época). Treinta años después, esos mismos trabajadores rondan hoy los 55 años y tienen salarios que alcanzan, en promedio, los 2 millones de FCFA mensuales.

Si la ley se aplica, estos trabajadores se jubilarán a los 60 años, como establece la normativa vigente para el sector privado. Con 30 años de cotización, deberían percibir el 80% de su salario medio del último año trabajado. Sin embargo, las cifras que se avecinan para el INSESO plantean una presión sin precedentes.

Según las estimaciones, más de 2.000 guineanos con sueldos elevados se jubilarán antes de 2030. Esto obligaría al sistema a desembolsar unos 3.200 millones de FCFA mensuales en concepto de pensiones, lo que representa unos 38.400 millones al año. Una carga que, según Oyono Avomo, el INSESO no está en condiciones de asumir.

La raíz del problema es doble: por un lado, un déficit estructural histórico en el sistema, y por otro, la perspectiva de un mercado laboral a la baja. La época dorada del petróleo ya ha quedado atrás, y no se prevé una generación de empleo suficiente que garantice ingresos por cotizaciones capaces de sostener las pensiones futuras. En otras palabras, los jóvenes trabajadores de hoy no ganarán lo suficiente, ni serán los suficientes, para mantener a los jubilados de mañana.

Frente a este panorama, Oyono propone dos medidas urgentes: la creación de un fondo nacional de pensiones bajo un modelo de cofinanciación entre el Estado y los cotizantes, y el aumento de la edad de jubilación hasta los 65 años, argumentando que las capacidades físicas y mentales de los trabajadores lo permiten.

Esta advertencia se suma a otras voces que, en los últimos años, han señalado la falta de transparencia y de sostenibilidad del sistema de pensiones en Guinea Ecuatorial. La pregunta, entonces, ya no es solo si el país podrá pagar las pensiones, sino si está dispuesto a reformar un sistema que amenaza con desplomarse justo cuando más se le necesita.

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Un comentario

  1. Yo ni pongo mi cabeza en eso. Estoy cotizando y no figuro que cotizo, harta de pasar por lNSESO.

    Las empresas y la misma institución están casados en lo que respecta a las artes y trapicheos de corrupción

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