La dictadura lucrativa de Teodoro Obiang pretende fiscalizar una empresa que ella misma destruyó
El régimen de Malabo ha anunciado su intención de realizar una auditoría a GECOMSA, la empresa estatal de telecomunicaciones que ha colapsado por una desastrosa gestión interna. Lo que podría sonar como un gesto de transparencia es, en realidad, una maniobra llena de contradicciones. El principal deudor de GECOMSA no es otro que el propio Estado, con los Ministerios de Defensa y Seguridad Nacional que tienen como responsable último quien torpemente los dirige desde un peril de X (antiguo twitter), Teodoro Nguema Obiang Mangue, el vicepresidente de su padre.
El sistema de «gotas», un servicio exclusivo de telefonía por satélite, estaba destinado a uso oficial, pero fue desviado por los altos mandos militares para satisfacer intereses personales. Según una fuente cercana al caso, «muchos de estos aparatos, asignados al Estado, terminaron en manos de civiles, amantes de altos mandos militares e incluso expatriados comerciantes que los utilizaban para llamar al extranjero o vendían saldo por debajo de la mesa«. Este abuso de poder contribuyó de manera significativa a la ruina de la empresa.
La directora general de GECOMSA, María Jesús, reveló que entre 2013 y 2020, cuando el Estado se convirtió en el socio mayoritario, la empresa acumuló una deuda de 12.244 millones de francos CFA, principalmente con ORTEL y GITGE, además de la deuda interna con el propio Estado. A pesar de esta situación, los pagos del gobierno eran escasos y se realizaban bajo un sistema de compensación que nunca permitió cubrir los gastos de mantenimiento ni renovar la tecnología obsoleta. Las consecuencias eran inevitables: GECOMSA cerró sus puertas.
¿Es realista pensar que una auditoría que depende de los responsables de su quiebra arrojará resultados fiables? Las dudas crecen, especialmente cuando el propio vicepresidente, apodado en redes como «Teddy», se mantiene en silencio frente a la gravedad del asunto. Según fuentes fidedignas, él es quien más conoce los detalles oscuros de esta crisis.
El régimen de Teodoro Obiang sigue usando el Estado como su caja privada, saqueando empresas públicas mientras culpa a la mala gestión. En este caso, GECOMSA es solo la última víctima de una dictadura lucrativa que no solo ha quebrado la economía, sino que ha institucionalizado la corrupción. El anuncio de una auditoría no es más que una burla a la inteligencia de la nación.
¿Qué auditoría podrá salvar a una empresa arruinada por el propio Estado? Mientras la familia Obiang continúe al mando, la única constante será la ruina, el saqueo y el aniquilamiento físico de la población. No solo destruyen el patrimonio del país, sino que también sesgan vidas humanas de los nacionales, perpetuando un ciclo de opresión, violencia y muerte.