En el entorno político de los regímenes autoritarios, la aparente seguridad que ofrecen las alianzas con el poder puede ser una ilusión mortal. En el caso de Guinea Ecuatorial, bajo la dictadura de Teodoro Obiang, el riesgo de estar cerca del poder supera con creces el peligro de ser un opositor. Esta realidad, trágicamente ilustrada por el destino de numerosos colaboradores del régimen, sirve como advertencia para aquellos que buscan seguridad en la proximidad al poder.
La ilusión de la seguridad: El caso de los colaboradores del régimen
En los regímenes autoritarios, la lealtad y la proximidad al líder supremo no garantizan protección; más bien, a menudo conducen a una traición aún más brutal. Los colaboradores que una vez fueron considerados piezas clave en el engranaje del poder descubren, a menudo demasiado tarde, que su posición es precaria y su vida, frágil. El gobierno de Teodoro Obiang se ha caracterizado por un sistema de lealtades cambiantes y traiciones impredecibles, donde los aliados pueden- y suelen – convertirse en víctimas a un ritmo alarmante.
El destino de muchos colaboradores del régimen de Obiang ha sido particularmente sombrío. Las muertes de figuras prominentes se han producido en circunstancias que sugieren un patrón sistemático de eliminación. Accidente tras accidente de tráfico, muertes por enfermedades que se agravan por la falta de atención médica, y una sospechosa escasez de recursos médicos son indicativos de un entorno donde la seguridad de los aliados es una mera ilusión.
Los “accidentes” y la negación de atención médica: Un modo de control
La negación de atención médica y la práctica de enviar a pacientes al exilio sanitario se han convertido en herramientas de control en el régimen de Obiang. Las muertes súbitas de colaboradores bajo circunstancias sospechosas, a menudo en accidentes de tráfico simulados o debido a una inexplicable falta de atención médica, ilustran el riesgo mortal de estar alineado con el régimen.
Los informes indican que muchos de estos colaboradores han sufrido “accidentes” de tráfico, cuyo diseño parece ser más un método de ejecución encubierta que un simple incidente fortuito. La falta de atención médica adecuada, combinada con la tardanza en el acceso a tratamientos en el extranjero, ha exacerbado las condiciones de salud de aquellos que se han visto atrapados en el círculo vicioso del poder de Obiang. El “suero” mencionado, que supuestamente se administra en horas inoportunas y en circunstancias comprometidas, es un ejemplo de cómo la traición puede disfrazarse de asistencia médica.
La trampa de la proximidad
El riesgo inherente de aliarse con un régimen autoritario radica en la naturaleza impredecible y traicionera del poder absoluto. A medida que el líder autoritario mantiene un control absoluto sobre todos los aspectos del gobierno y la sociedad, el peligro para aquellos que una vez fueron aliados se vuelve inminente. La lealtad, en lugar de proteger, se convierte en una cadena que puede ser utilizada para arrastrar a los colaboradores a su perdición.
La tragedia de los colaboradores del régimen de Obiang subraya una verdad universal en los regímenes autoritarios: el poder absoluto no tolera a los potenciales rivales, ni siquiera entre sus aliados. La aparente seguridad de la cercanía al poder se convierte en una trampa mortal, donde la traición y el peligro acechan constantemente.
En conclusión, la experiencia de Guinea Ecuatorial bajo Teodoro Obiang ofrece una advertencia clara y urgente para quienes buscan seguridad en la proximidad al poder autoritario. La traición y la eliminación de colaboradores son características comunes de estos regímenes, y la supuesta protección ofrecida por la alianza con el líder puede ser una ilusión mortal. La historia ha demostrado que en los regímenes autoritarios, ser un aliado puede ser más letal que ser un enemigo, y el riesgo de caer en la trampa de la proximidad al poder es una realidad que no debe ser ignorada.