Un reflejo de la crisis sanitaria en Guinea Ecuatorial
El Hospital Dr Loeri Comba, ubicado en la capital, Malabo, alguna vez fue considerado un baluarte de atención médica en Guinea Ecuatorial. Hoy, sus condiciones distan de ser un lugar seguro para el cuidado de los enfermos. Diversas imágenes recientes han puesto al descubierto la alarmante situación en que se encuentra este centro sanitario, donde las infraestructuras muestran un avanzado estado de deterioro. Techos caídos, moho visible, paneles de pared rotos y ductos expuestos son solo algunos de los síntomas del abandono.



Estas imágenes, revelan una verdad incómoda: lo que debería ser un lugar de esperanza y recuperación es ahora un entorno peligroso e insalubre. Las paredes descuidadas y los techos que amenazan con colapsar en cualquier momento no solo son una amenaza física, sino también una muestra de la falta de inversión en la sanidad pública por parte del régimen de Teodoro Obiang. Es increíble pensar que en pleno siglo XXI, un hospital de una capital se encuentre en tal estado de ruina.
Este abandono sistemático no es casualidad. En Guinea Ecuatorial, los hospitales públicos son vistos por las élites del poder como lugares para «los demás», mientras ellos buscan tratamientos médicos en el extranjero. Los prohombres del régimen, comenzando por el propio Teodoro Obiang, optan por lo que se conoce como «exilio sanitario». En lugar de buscar soluciones para mejorar el sistema de salud local, prefieren volar a Europa o América, a clínicas privadas de alto nivel, mientras el pueblo se ve obligado a lidiar con las consecuencias del desinterés y la corrupción.
Este doble estándar no solo es injusto, sino también indignante. El mismo régimen que públicamente critica a Occidente en todas sus apariciones no duda en aprovechar los servicios médicos de esos países cuando se trata de sus propias vidas o las de sus familias. Mientras tanto, los hospitales locales como Loeri Comba, que deberían ser un refugio para los enfermos, son lugares donde se pone en riesgo la salud de los pacientes debido a las pésimas condiciones de las instalaciones.
Con los recursos naturales con los que cuenta el país, la situación de la sanidad en Guinea Ecuatorial es inadmisible. En lugar de destinar los fondos necesarios para garantizar un sistema de salud adecuado para todos, el gobierno parece priorizar proyectos sin impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos, relegando la sanidad pública al olvido. El resultado es evidente: hospitales como Loeri Comba se encuentran en condiciones que ni siquiera cumplen con los estándares más básicos de higiene y seguridad.
El hecho de que existan más de tres imágenes que documentan la situación deplorable del Hospital Loeri Comba no es un hecho aislado, sino la confirmación de un problema estructural más profundo: un sistema sanitario colapsado, olvidado y desatendido. Mientras el gobierno sigue optando por el «exilio sanitario», el pueblo se queda sin opciones, atrapado en hospitales en ruinas, sin los recursos ni la atención que merece.