Una alarmante escasez de alimentos y la pobreza generalizada en Guinea, hacen que las navidades fueran un valle de lágrimas.

Por José Eugenio Nsue

Si la pobreza y el hambre son males intolerables en cualquier momento del año, en fechas como estas, la situación se convierte en un drama y un verdadero quebradero de cabeza para el más del 80% de la población guineana que vive en una pobreza extrema hasta los trabajadores porque ni con esto pueden hacer frente con los gastos elementales, no les alcanza cubrir las necesidades básicas como garantizar las 3 comidas diarias, las matrículas de los hijos en la mal llamada enseñanza pública, vestirse o costear un tratamiento o una visita médica.

Cuando en todo el mundo generalmente las personas ya están sacando los presupuestos, hacer las recetas y los menús a elaborar y degustar durante la Nochebuena y Nochevieja, los regalos que van a intercambiar y hacer a los niños, sobrinos y nietos en Navidad (Papá Noel) o en los Reyes; cuando los mercados, supermercados, centros comerciales están a rebosar y haciendo acopio para disponer de stock para las compras compulsivas y los gastos desorbitantes típicos de las fechas; en la Guinea Ecuatorial de los Obiang, la gente está desesperada, no hay en plaza ni el arroz, alimento fundamental para los guineanos, otras veces, al alcance de los bolsillos modestos, ni la carne, ni el pescado, ni mariscos; todo escasea, lo poco que hay no está al alcance de los bolsillos de cientos de miles de guineoecuatorianos porque los comerciantes están haciendo su agosto subiendo los precios; las quejas y lamentaciones son generales mientras que los Obiang y su inútil e inservible Gobierno continúan haciendo el ridículo y tomando el pelo a la población, promete traer de Serbia barcos de alimentos y productos de primera necesidad para abastecer los mercados nacionales, vendérselos a los comerciantes mayoristas y minoristas para así garantizar que haya alimentos en estas navidades, lo que es inaudito e insólito; que sea el Gobierno el que vaya a comprar víveres en el exterior para luego venderlo a los comerciantes en un Estado de libre mercado con empresarios y comerciantes mayoristas; es como si el Presidente de España y el Gobierno, deciden ir a Francia, Alemania o a Australia a comprar los alimentos y productos de primera necesidad para venir a venderlos a Mercadona, Heroski, Carrefour, Lidel, Hiperdino o El Corte Inglés; lo mismo hicieron con la construcción de los hoteles cuando el boom del petróleo; con el dinero del Estado se pusieron a construir hoteles de lujo, clínicas con apariencia de lujo (la Paz, Guadalupe…), para luego repartírselos entre ellos mismos, familiares, parientes y cuñadísimos para el beneficio personal. Con esto, los Obiang y su Gobierno reconocen su incompetencia, inoperancia e inutilidad; reconocen que durante más de 46 años en el poder, no han sido capaces de promover, fomentar industrias cárnicas, pesqueras y agropecuarias para abastecer los mercados nacionales, ya ni hablamos de exportar los productos nacionales al menos en la subregión; somos como un recién nacido, dependemos absolutamente del exterior, hasta para encender el fuego; lo peor es que mienten como bellacos, nada de lo que prometen a la población lo cumplen, salvo cuando se trata de torturar, encarcelar, extorsionar, secuestrar o matar. A menos de 20 días de la Navidad, no se otea ningún barco en el alta mar procedente de Serbia cargado con lo prometido por los Obiang, y eso que no hace nada que el moribundo Presidente-padre estuvo ahí con su amuleto, la Primera en todo; ¿a qué fueron a Serbia?

Dicho sea de paso, lo de esa mujer con el marido es alucinante: o es un amor de ensueño e invidiable, más de 46 años acompañándolo en todos sus desplazamientos domésticos e internacionales, seguro que hasta en el baño también lo acompaña y comparten la cama; esto es estar perdidamente enamorada, más de 50 años de casados y siguen gustándose y durmiendo abrazaditos, aunque no se explica de dónde sacaba él el tiempo para ponerle cachos (cuernos) a centenares; puede ser que ella con su hermano Teo Biyogo, el Jefe de protocolo de cabecera, le hacen un marcaje para que no se le ocurra salir con la suya otra vez, dar un paso en falso, ni hacer cualquier movimiento que suponga la pérdida de control de poder omnímodo que tienen ahora; o será porque Obiang la está arrastrando contra su voluntad como una prisionera para que ella no ose en destronarle en su ausencia para colocar al hijo. No es normal lo de esa pareja, nada de lo que hace esa pareja es normal.

Más del 80% de los guineanos no van a poder regalar a sus hijos nada este año tampoco porque no les alcanza si quiera para comer dignamente cada día, ni tampoco tienen garantizado cenar o comer decentemente en Navidad y Fin de año; se ve que se han vuelto insensibles y resignados ante esta cruda y triste realidad por eso no se quejan, pero aun así en cambio, les veremos desde este mismo 8, fiesta de la Patrona nacional, la Madre Bisila, Inmaculada, bailando y bailando sin motivo y a pesar de todo (les guinéens comme le reste des africains, dansent et dansent malgré leur situation). Y pronto veremos a uno de los principales culpables y responsables de las desgracias y las miserias que sufren los guineanos, el Tonto nacional, haciendo sus habituales payasadas y burlándose de los hijos de los pobres guineanos repartiendo juguetes de plástico made in China, que no sirven para nada.

Ya puestos a seguir riéndose de los pobres mentales de los guineanos, ¿por qué no repartir a los padres rabos de cerdo, zancas de pollo o algún kilo de chicharro, aunque caducados, seguro que les serviría más que hacer que los menores pasen horas y horas en la intemperie, hambrientos y bajo un sol y una humedad insoportables? Seguro que así te seguirán endiosando y adorando aúnmás. Te lo aseguro, Hermano Mayor, Patrón.

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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