Trabajadores de seguridad privada en Guinea Ecuatorial denuncian despojo de sus derechos laborales tras el retiro de Ampco

Entre lágrimas y con el corazón partido, más de 150 empleados de seguridad privada en Guinea Ecuatorial denuncian una maniobra corrupta que los deja sin sus derechos laborales tras el retiro de la empresa estadounidense Ampco. Los trabajadores, quienes han prestado servicios de vigilancia durante décadas, aseguran que la compañía liquidó y pagó indemnizaciones conforme a la ley, pero el dinero ha sido bloqueado por la agencia local M.S.S., controlada por la conocida por Mondita( Anastasia Ivina Buambo), la viuda de Antonio Mba Nguema, hermano del dictador Teodoro Obiang Nguema.

«Ampco ya nos ha liquidado, pero M.S.S. nos impone como verdugo para no pagarnos nada porque pertenece a Mondita. Ahora nos obligan a firmar un nuevo contrato con MGPL sin liquidar el anterior, lo que significa que perderemos todo lo que nos corresponde«, denuncia uno de los trabajadores afectados.

La situación se produce después de que MGPL, empresa estadounidense que reemplazó a Marathon y ahora opera conjuntamente con ConocoPhillips, tomara el control de las operaciones. Los trabajadores, algunos con hasta 22 años de servicio, esperaban recibir sumas millonarias en concepto de liquidación e indemnización, con cifras que oscilan los 70 millones de francos CFA por empleado según la antigüedad. Sin embargo, en lugar de recibir lo que legalmente les corresponde, se les está obligando a aceptar un nuevo contrato bajo MGPL sin previo finiquito de su relación laboral con Ampco.

«Es un fraude. Quieren quedarse con nuestro dinero y luego sacarnos poco a poco, para que ya no podamos reclamarlo«, lamenta otro de los afectados.

Esta práctica no es aislada en Guinea Ecuatorial, donde el saqueo sistemático de los derechos laborales es parte del aparato de corrupción que favorece a los círculos de poder. En un país donde el régimen maneja la ley a su conveniencia, los trabajadores quedan a merced de las influencias políticas y la impunidad.

Mientras tanto, Mondita y sus aliados en el gobierno continúan acumulando fortunas a costa del sacrificio de los empleados que, despojados de sus derechos, no tienen más recurso que el llanto y la indignación.