Por José Eugenio Nsue
«El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgó una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro» (Martin Luther King; Atlanta, EEUU 1929 – 1968: activista y pastor; Premio Nobel de la Paz y Padre del Movimiento por los Derechos Civiles para los afroamericanos).
Estas palabras pronunciadas por uno de los excepcionales y extraordinarios activistas y defensores de los derechos civiles de los negros de todos los tiempos a mediados del pasado siglo, siguen retumbando en los oídos de todo el mundo como si fueran pronunciadas ayer, pero la gente sigue sin enterarse ni hacer caso; sigue actuando como los nacidos en la época de la barbarie de la que habla Martin Luther King. A pesar de que el mundo/universo ha conocido un desarrollo y progreso material y tecnológico sin parangón, la ciencia ha avanzado espectacularmente y ha hecho que la vida de las personas fuera cómoda, muchas enfermedades antes incurables sean tratadas, los desplazamientos, seguros y expeditivos; en cambio, desde el punto de vista humano y de la conciencia, las personas seguimos siendo unos enanos, pigmeos, mediocres. La conciencia de muchísimas personas simplemente se ha atrofiado si no muerta por eso sus reacciones siguen siendo primitivas e instintivas de cuyas consecuencias son el uso de la violencia.
Anteayer, martes 24, asistimos a la otra masacre en los Estados Unidos (Uvalde, Texas) donde un chaval de 18 años recién cumplidos mató a 21 personas (19 niños de 7 y 10 añitos y 2 profesores) en la Escuela Elemental Rolob, justamente en el día en el que iban a coger las vacaciones; antes de perpetrar la masacre había disparado a su abuela que dejó en estado crítico.
Lo que va de este año ha habido 27 tiroteos con víctimas mortales; en este mes de mayo se está batiendo récords, lleva 4 atentados entre las escuelas, el supermercado y la iglesia con diferentes motivaciones, desde la venganza hasta el racismo; en todos esos casos, los asesinos cada vez son más jóvenes que están llenos de odio y dispuestos a matar indiscriminadamente. No deja de ser una paradoja que la primera potencia mundial de la democracia, las libertades, el progreso tecnológico, de la economía, educación, sanidad, industria, armamentista como los Estados Unidos, a la vez es donde se perpetran las mayores masacres que se recuerdan en la postmodernidad, por la práctica de tenencia de armas como mecanismo de autodefensa una práctica que data desde la redacción y aprobación de la primera Constitución de 1787 y con sus modificaciones hasta llegar a la famosa Enmienda II. Independientemente de la idiosincrasia de los norteamericanos, su situación geográfica y demográfica donde hay una América interior, rural que es la mayoría, ahí se encuentran numerosos condados dispersos que se dedican a la agricultura y ganadería, y no cuenta con suficientes sheriffs y alguaciles para garantizar la seguridad de todas las aldeas y pueblos, y una América metropolitana que vemos en las películas, moderna, cosmopolita y superindustrializada. Dejar que todo el mundo tenga acceso a las armas de todo tipo hasta las semi automáticas que se utilizan en los combates para defenderse tal como se hacía en el siglo XVII, y creer que todos los hombres son lo suficientemente equilibrados, razonables y cabales por lo tanto aptos para portar armas, es la mayor barbaridad de este siglo XXI; que haya lobby como es la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que esté por encima de todos los Presidentes norteamericanos tanto de la derecha (Republicanos), como de izquierda (Demócratas); otra barbaridad; oír decir al Presidente actual norteamericano, Joe Biden que: » estoy harto y cansado de esto. Tenemos que actuar»; Obama se puso a llorar por otra masacre; Bill Clinton tampoco pudo hincarle el diente ni a la famosísima Asociación del Rifle, ni poder cambiar la famosa Enmienda II de la Constitución para regular de una vez por todas esta vieja moda de la tenencia de armas.
Ahora lloramos a los últimos 21 personas asesinadas en Uvalde – Texas, 19 de ellos eran impúberes de apenas 7 a 10 años por los que rogamos por su eterno descanso y para que, como tiene que ser, las puertas del paraíso se les abran de par en par porque todos eran unos angelitos; a sus profesores igualmente asesinados en el acto de servicio mientras estaban ejerciendo el oficio más noble de este mundo como es la formación de los niños, lo mismo; que Dios los tenga en su gloria, así mismo pedimos que el Señor consuela a todas sus familias afligidas. En el mundo no pasa un sólo día sin que unos desalmados sesguen y acaben con la vida de muchos inocentes ( Méjico, España, Ucrania, Francia, Inglaterra, etc, etc) o sea, en casi todas las partes del mundo que se creía civilizado; de África no hace falta hablar porque en ese continente quedó establecida in eternum la barbarie.
Llegado hasta aquí, cabe preguntarse una vez más: ¿qué ha pasado en la evolución humana? ¿Qué le ha pasado con la especie humana? ¿Dónde se han quedado el raciocinio, la ética y la moral en las personas? ¿Alguien sabe adónde se dirige el ser humano actual? ¿Esto tiene arreglo; cuál es? ¿Quién ha llevado la conciencia humana? ¿Seguimos siendo humanos?
Para mí, pienso que en lugar de hablar de la evolución humana, había que hablar de la involución humana. Cada vez el hombre no se parece a un ser razonable, me arrepiento de ser humano y de vivir con esta especie humana.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?