OFIVEGE : Una ventanilla única para la corrupción y el desorden en Malabo

En un país donde la corrupción y el nepotismo están a la orden del día, la Oficina de Vehículos (OFIVE) de Malabo se ha convertido en un símbolo de la ineficacia administrativa y el descontento ciudadano. Lo que debería ser un proceso simplificado y eficiente para los taxistas se ha transformado en un calvario burocrático plagado de sobornos, trámites duplicados y desorganización. A través de esta crónica, desglosamos el calvario que viven los taxistas al intentar regularizar su situación en esta supuesta «ventanilla única».

El engaño del pago único

Para registrar un taxi en OFIVE,por ejemplo se exige un pago inicial de 220 mil XAF, una cifra que se presenta como la solución a todos los trámites necesarios. Este monto debe ser depositado en una cuenta de BANGE (Banco Nacional de Guinea Ecuatorial), prometiendo cubrir todos los procesos relacionados con la autorización del vehículo. Sin embargo, la realidad es muy diferente. «Es un robo abierto. Los 220 mil que ingresas en BANGE no satisfacen a todas las bocas del circuito a pasar. Hay que sumar otro monto en miles«, denuncia un usuario frustrado, evidenciando el engaño detrás de esta fachada de simplificación administrativa.

Un laberinto de trámites y sobornos

El proceso no termina con el depósito inicial. Una vez realizado el pago, el taxista debe dirigirse a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para obtener una simple cartulina. Luego, el permiso de circulación debe ser gestionado en el Ministerio del Interior, donde se exige un pago adicional de 25 mil XAF, sin la emisión de un comprobante oficial. «Es un despropósito pagar sin recibir ningún documento oficial. Claramente, ese dinero no está registrado en ninguna parte legalmente», comenta otro afectado.

El siguiente paso lleva al taxista al Consistorio, donde se requiere otra tarifa de 26,500 XAF por una pegatina. Finalmente, al intentar obtener la matrícula, se descubre que los 220 mil XAF iniciales solo cubren el número de la placa, pero no su fabricación, lo que implica un gasto adicional de 30 mil XAF. La suma de estos costos ocultos y pagos no documentados revela un sistema diseñado no para servir al ciudadano, sino para exprimirlo económicamente.

Un feudo del nepotismo

OFIVE no solo es un ejemplo de corrupción monetaria, sino también de nepotismo descarado. Esta oficina se ha convertido en un refugio para los hijos de tal, amantes y familiares de los altos funcionarios del régimen.

«OFIVE es actualmente la oficina del despotismo absoluto del régimen de Malabo, es la oficina considerada para dar empleo a los hijos biológicos, hijos de los amantes, las mismas amantes de los gerifaltes, todo tipo de escoria que no encajó en CNADOGE, GEPEtrol y demás«, afirma un empleado anónimo de otra institución pública, evidenciando cómo el favoritismo y el amiguismo prevalecen sobre la competencia y la meritocracia.

Infraestructura de lujo, servicio deficiente

A pesar de contar con oficinas nuevas y decentes en infraestructura, el trato humano y la atención al cliente en OFIVE son deplorables.

«Oficinas nuevas y decentes en infraestructura de cemento. Pero cero en el trato humano y atención al cliente«, señala un taxista que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a represalias.

La descoordinación con otras instituciones, como Tráfico e ITV, es notoria, provocando duplicidad de procesos y pagos innecesarios.

Una trampa para los quejosos

Para colmo, cualquier intento de presentar una queja es rápidamente sofocado por el temor a represalias. La hoja de reclamaciones requiere nombre, apellidos y copia del documento de identidad del reclamante, lo que disuade a muchos de expresar sus quejas.

«Las quejas y sugerencias se basan precisamente en el anonimato, para que el cliente tenga la libertad de explicar el motivo de la queja, sin riesgo de represalias y más en un régimen opresor como el nuestro«, comenta un ciudadano indignado, destacando cómo el miedo a ser identificado y perseguido limita la posibilidad de mejoras a través del feedback ciudadano.

La OFIVE, lejos de ser la solución a la burocracia para la población, se ha convertido en un claro ejemplo de corrupción, nepotismo y desorganización. Lo que comenzó como una promesa de eficiencia y simplicidad, ha resultado ser un entramado de pagos ocultos y sobornos que afecta gravemente a los taxistas y al público en general. Mientras no se implementen reformas profundas y se combata la corrupción de manera efectiva, OFIVE seguirá siendo un símbolo de las fallas estructurales del régimen y la administración pública en Guinea Ecuatorial.

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