El expediente desaparecido en Instrucción nº1 de Malabo


En un sorprendente giro de los acontecimientos, Carina Genoveva Mekuy Nguema ha desaparecido sin dejar rastro. Su hermano, quien ocupaba el cargo de jefe de nóminas de INSESO(Instituto de Seguridad Social) , está en el centro de un escándalo financiero que involucra a varios miembros de su familia. Según las informaciones disponibles, Mekuy Nguema habría incluida en la nómina de la institución por su hermano, sus padres y a sus suegros, a pesar de que ninguno de ellos trabajaba allí. Cada uno de ellos recibía un salario mensual de 2.800.000 XAF.

El verdadero artífice del aumento de los montos a pagar mensualmente a los pensionistas era el jefe de nóminas y hermano de Carina, aunque quisieron involucrar injustamente al jefe de servicios técnicos, a quien de manera injustificada el juez impuso una fianza de 1.500.000 que pagó en metálico y a día de hoy no le ha sido devuelto.

Este caso había causado un gran revuelo, no solo por las acusaciones de corrupción, sino también por la misteriosa falta de continuar el proceso judicial contra Carina Genoveva, quien era conocida por sus frecuentes lecciones de moral en las redes sociales; así como la desaparición del expediente que documentaba estas irregularidades. El expediente estaba bajo la custodia del Juzgado de Instrucción nº1 de Malabo, que en ese momento estaba a cargo del juez Antonio Ondo Nkulu Maye.

Una fuente consultada ha expresado su incredulidad ante la desaparición del expediente, sugiriendo la posibilidad de soborno. «Hay sospechas fundadas de que ‘dieron algo al juez’, porque no entiendo que, con la cantidad de pruebas que había, la dejara irse a casa para volver el lunes siguiente», comentó la fuente destacando la gravedad de la situación y la posibilidad de que, el sistema judicial esté más que comprometido.

Aunque el régimen de Malabo cambia periódicamente a los miembros de su gobierno, estas rotaciones no son más que un teatro político que oculta la continuidad de las mismas prácticas corruptas y abusivas. El reciente nombramiento de un nuevo ministro de Justicia, lejos de ser un motivo de esperanza, despierta escepticismo. La historia ha demostrado que estos cambios de cara no traen consigo ninguna renovación real, sino más bien una reafirmación de la impunidad y el encubrimiento. La pregunta no es si el nuevo ministro encontrará el expediente desaparecido y procesará a los implicados, sino si, como sus predecesores, también optará por barrer la corrupción bajo la alfombra y perpetuar un sistema donde la justicia es un concepto vacío.

Este caso deja muchas preguntas sin respuesta y pone en evidencia la fragilidad de las instituciones encargadas de velar por la llamada justicia en Guinea Ecuatorial. La desaparición del expediente y de Carina Genoveva plantea dudas sobre la integridad del proceso judicial y sugiere que las influencias externas podrían haber jugado un papel determinante en el desvanecimiento de las pruebas. Mientras tanto, el caso se mantiene envuelto en un manto de incertidumbre y sospecha.

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