La carretera nacional de MBINI, una de las principales vías de transporte en Guinea Ecuatorial, está colapsando bajo el peso del tráfico pesado que día tras día la recorre. La ruta, construida con una sola capa de pavimento, ahora se encuentra en un estado de deterioro alarmante, debido a la circulación de más de 100 camiones diarios que transportan cemento. Estos camiones pertenecen a empresas controladas por la familia del sátrapa Teodoro Obiang, particularmente vinculadas al traslado del material desde la ciudad de Kogo, donde se extrae el polvo de cemento. La sobrecarga ha devastado la infraestructura y, actualmente, las autoridades se ven obligadas a realizar reparaciones urgentes en el puente principal de la carretera.
El deterioro de la carretera de MBINI es un síntoma más de cómo el régimen de Obiang prioriza sus intereses económicos por encima del bienestar del país. En lugar de garantizar el mantenimiento adecuado de infraestructuras públicas, el gobierno permite que estas sean destruidas en beneficio de los negocios familiares, dejando a la población local lidiando con las consecuencias: transporte limitado, acceso restringido a servicios básicos y una infraestructura vital cada vez más precaria.
Annobón, un eco de la misma destrucción
La conexión entre el colapso de la carretera de MBINI y los recientes acontecimientos en la isla de Annobón es clara. Allí, el uso de dinamita ha desencadenado una represión masiva por parte del gobierno, con detenciones que han llevado a decenas de isleños a enfrentar un juicio sumarísimo. Aunque los detalles del uso de la dinamita aún no están claros, las motivaciones del gobierno son familiares: el control absoluto de los recursos naturales, a menudo sin tomar en cuenta el impacto ambiental o social.
Lo que sucede en Annobón es otro ejemplo del modelo extractivista que Obiang y su familia imponen en todo el país. La explotación desmedida de recursos y la represión ante cualquier protesta forman parte de la misma estrategia que permite que empresas vinculadas a la élite destruyan las carreteras y demás infraestructuras públicas en el continente, sin que haya ningún tipo de rendición de cuentas.
Un país en crisis bajo el peso del beneficio personal
La destrucción sistemática de Guinea Ecuatorial, tanto en la isla de Annobón como en la carretera de MBINI, es una representación clara de cómo el régimen de Obiang ha puesto su interés personal por encima del bienestar colectivo. La falta de inversión en infraestructuras, sumada a la represión constante, ha creado un ciclo de deterioro que parece no tener fin. Mientras las élites se benefician, el resto de la población sufre el abandono y el descuido de un gobierno que parece dispuesto a sacrificar el futuro del país para su propio enriquecimiento.
La destrucción del país por intereses privados no es sostenible, y el pueblo de Guinea Ecuatorial está pagando un precio demasiado alto.Las demandas de soluciones y un cambio de rumbo siguen siendo ignoradas, mientras el régimen continúa consolidando su control a expensas de la nación.