La compañía de comunicaciones francesa hizo retener en Ginebra el avión presidencial de Guinea Ecuatorial. La justicia les quita la razón.
En una resolución de la última semana, el Juzgado de Primera Instancia del cantón ha revocado la orden de embargo del Boeing del presidente de la República ecuatoguineana en el aeropuerto de Ginebra.
El avión fue paralizado el 20 de junio por las autoridades a petición de Orange Middle East and Africa. La filial del gigante de la telecomunicación francesa quería así forzar a la nación africana al pago de 90 millones de euros, una deuda que le debe desde hace muchos años.
El 30 de junio, el régimen de Malabo se opuso al secuestro y la pasada semana la justicia ginebrina ha resuelto que su posición es admisible cuando argumenta que no existe relación entre esa deuda y Suiza.
El avión se encuentra ciertamente en suelo helvético. Un acuerdo entre Orange y Malabo – en el que este último se comprometía a pagar una factura de 135 millones de euros en tres plazos de 45 millones – se firmó en 2016. La firma tuvo lugar en Ginebra, en presencia del presidente de Guinea Ecuatorial. Sin embargo, a ojos de la justicia, la relación de la deuda con Suiza es insuficiente para justificar el embargo.
Sin embargo, el avión – utilizado por la mujer de Obiang en el momento del embargo, no puede abandonar el tarmac ginebrino en las actuales circunstancias porque Orange quiere recurrir la decisión del tribunal. Puestos en contacto con los abogados de ambas partes, ninguna ha querido comentar los hechos.
Fuente: Tribune de Genève
Vergüenza mayúscula. Las autoridades políticas de mi país hacen los acuerdos en beneficio de ellos mismos y no para el progreso del Estado, cobran grandes comisiones para el beneficio propio mientras perjudican siempre al país. En condiciones normales, un Estado no debe ser incapaz de pagar las facturas de una simple empresa cuando las negociaciones han sido hechas prestando la merecida atención a todos los detalles, cuando los míos ya quieren quitar provecho, jamás piensan dos veces antes de firmar, y cuando esos contratos ya surten los correspondientes efectos empezamos con el indio, y terminamos dañando la credibilidad y reputación de nuestra querida Guinea Ecuatorial. PENA