¿-Y cómo es él? _Preguntó.
-Una sonrisa brillantemente hermosa se reflejó en su rostro.
Aquella sonrisa tan sumamente adorable, y rica, dijo todo lo que yo quería saber.
Le adoré sin conocerle
y, empecé a quererlo.
No con la misma intensidad,
si no, por la forma y manera
que hacía, que su corazón llorase de felicidad y sin idioma.