Según fuentes nuestras, el INSESO atraviesa una crisis profunda marcada por el temor a una auditoría externa que podría destapar una red de corrupción sostenida durante años.Las nuevas autoridades del Instituto Nacional de Seguridad Social han solicitado esta auditoría tras descubrirse que la interna, controlada por la «jefa de contratos», Maripaz, no reveló ninguna irregularidad, a pesar de las múltiples denuncias de corrupción. Fuentes internas aseguran que Maripaz manipuló al departamento de auditoría para proteger sus intereses, designando a un responsable leal a ella con el fin de encubrir sus acciones.
La preocupación principal de Maripaz radica en que una auditoría externa exponga su implicación en la asignación irregular de contratos de servicios que, en muchos casos, nunca se ejecutaron. Junto a Pedro Claver, Maripaz habría boicoteado la implementación de un sistema informático, por el que se pagaron millones, para mantener el control manual de datos y seguir beneficiándose de la opacidad en la gestión. Incluso intentó presionar al anterior delegado para firmar un contrato ilegal de mantenimiento del programa sin contar con las licencias necesarias, lo que evidenció sus maniobras irregulares.
En paralelo, el jefe de nóminas, Ramón Mituy, está en el centro de un escándalo por asignar dobles salarios a familiares y amigos mediante cuentas duplicadas. Aunque la auditoría interna evitó denunciar estas irregularidades, la presión sobre el nuevo equipo directivo ha aumentado. Mituy ha acumulado una considerable fortuna, incluyendo propiedades en Guinea Ecuatorial y una vivienda en Valencia, España, valorada en 90.000 euros, además de mantener a su familia en un nivel de vida que no corresponde con su posición oficial.
Maripaz ha perdido gran parte de su poder, viéndose relegada de su oficina y obligada a pedir permiso para ingresar en áreas donde antes tenía acceso irrestricto. Un audio filtrado revela su intención de manipular al nuevo delegado, Moisés, para recuperar el control, lo que ha profundizado aún más las tensiones internas.
Siempre según fuentes nuestras, el temor a esta auditoría externa ha desatado una carrera contra el tiempo para encubrir evidencias. Sin embargo, la presión social es creciente, y la pregunta ahora es si las autoridades darán el paso definitivo para limpiar el INSESO o si, una vez más, la corrupción se impondrá.
