Un juez de instrucción es detenido «manu militari» por orden del ministro de la (In)seguridad nacional y fue trasladado a las dependencias conocidas como Guantánamo, donde goza de privilegios que niegan a otros presos que ahí se agolpan, sin acusación formal alguna presentada contra ellos; ya no digamos respetar el «hábeas corpus» presentado por los abogados
Es un privilegio servir al régimen de Malabo,en cualquiera de las situaciones; y más si, cortejas a una de las hijas «empotradas» al primer magistrado de la Nación.
El primer magistrado ese, parece haber faltado a clase el día que dieron la lección de la separación de poderes ; o en su caso, compró el título de licenciado en derecho en una rifa de igual manera que los «honoris causa»al no entender que, un ministro no tiene «autoritas» para ordenar la detención de un juez sin orden judicial otorgada por la máxima autoridad del órgano; Ya que, los jueces gozan de inmunidad y sólo pueden ser despojados de dicha por un órgano colegiado del estamento judicial.
¿ Por qué hablamos del primer magistrado y no del ministro que dio la orden de detención? Porque el último, no es más que un «Palanganero»( dícese de una expresión coloquial que, se refiere a la persona que hace los trabajos sucios, desagradables y serviles en nombre de otra superior que, por lo general nunca da la cara). Palanganero , es lo que es Nicolas Obama Nchama.
Hablábamos del privilegio que tiene cierto preso en el Guantánamo de Teodoro en Malabo, donde recibe la visita de los ministros, previa evacuación , antes de la hora prevista para el fin de las demás visitas que han podido recibir los otros a duras penas.
Otro privilegio es la posesión de un teléfono móvil mientras estás detenido y poder intercambiar conversaciones con la amante de oficio.
Del primer privilegio no tenemos pruebas, pero consta; al segundo, ya nos dirán si no hemos de tener «envidia» a esa gente que, hasta siendo presos como los demás, gozan de cierto estatus: