Orden y contra orden, igual a desorden

 

Entre el Dictador Teodoro Obiang, su mujer que emula a Grace Mugabe y su hijo tonto, lo que reina en sus cabezas es el desorden. Un desorden que, afecta todos los escalones sociales de Guinea Ecuatorial e incluso lo que sustenta el régimen manteniedoles en el poder, los militares.

En menos de 72 horas, se ha ido de la orden de expulsar del ejército de Guinea Ecuatorial a unos 700 militares con dos generales que dieron forzosamente la jubilación, Antonio Mba Nguema y Melanio Ebendeng Nsomo a  una contra orden.

Hoy, en la tarde , se ha sabido que ya hay una contra orden que empezó en el mismo día de la orden, con la reincorporación inmediata de Antonio Mba Nguema , que normalmente está entre una cama y otra de algún que otro hospital , pero todos lejos de «La Paz«; culminando con la definitiva, aparentemente, contra orden de reincorparación de todos los 700 que en su día ya dieron de baja.

La orden de expulsión fue dada por el encargado de la Defensa y Seguridad nacional; y ésta sólo podía ser arrebatada por alguien de superior rango y que él no puede faltar al respecto como es habitual en él, su padre. Y así está el patio de desordenado.

Los militares guineanos son los más despreciados por sus jefes superiores últimos, les cambian de destinos a mitad del curso escolar sin miras a que sus hijos pueden perder el ritmo, les mantienen meses sin cobrar los salarios, sin miedo a una posible revuelta en los cuarteles; y se entiende porque, realmente con quienes cuentan , en caso de una eventualidad son los mercenarios; los cuales son mantenidos con salarios solo equiparables con los ministros y parlamentarios, abastecidos por la cadena de supermercados propiedad de la primera en todo, «Muankaban» y alojados en cuarteles perfectamente equipados con agua y luz corriente las 24/24 horas. Todo eso, en contraste con los militares guineanos que ,…»olés mbuan«.

Comparar Guinea Ecuatorial con una república bananera , es de una injusticia descomunal con tan rica fruta,la banana.

Todos a sus filas y cuadrando al jefe

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